Jóvenes: hay vida después del celular, de las aplicaciones, de internet, del wifi. Jóvenes: hubo vida antes de las nuevas tecnologías.
El internet de las rosas... Jamás lo olvidemos: existe desde hace miles de años. Su fragancia que viaja generosa con el viento. Su tersura que a las almas transmite ternura. Su belleza celestina propagadora de amores. Su simbolismo de poder, dioses, religiones, sentimientos y arraigo.
Claro que el internet y las nuevas tecnologías, sin duda toda una revolución (“la cuarta revolución industrial”) ha sido, es y seguirá siendo trascendental para el desarrollo de la humanidad, y también, claro, depende de cómo y para qué se use; como todo.
El internet de las cosas es una de sus manifestaciones más sorprendentes.
Sin embargo, no olvidemos otra red que nos ha acompañado siempre: la de la humanidad humana. El internet de la inteligencia y la sensibilidad humanas, del arte y de todos los sentimientos, los altos y también los bajos, todo eso que nos nace, fluye y se esparce desde el alma o desde el espíritu o desde ese lugar recóndito y misterioso de la mente, como se le quiera creer o llamar.
Sin esos sentimientos no hubieran sido posibles el internet ni esta fronda de tecnologías maravillosas pero también a veces indigeribles, invasoras, agobiantes y vertiginosas (¡calma, por favor!). Sin los sentimientos no puede nacer ni avanzar nada por mucho que algunos quieran esconderlos o intentar aplacarlos, disfrazarlos o negarlos porque los creen debilidad cuando por el contrario son la gran fortaleza. La misma frialdad es un sentimiento. Los sentimientos solo desaparecen con la muerte.
Jóvenes: hay vida después del celular, de las aplicaciones, de internet, del wifi. Jóvenes: hubo vida antes de las nuevas tecnologías. Jóvenes: La clave no son las claves, la clave es lo humano de la humanidad, la clave es eso que sientes cuando te gusta una chica o un chico y te enamoras, lo que sientes por amigos, amigas y familiares. Exprésalo con tu boca, con un instrumento musical, cántales, dilo con una pintura tuya pintada en un lienzo, en un muro o aunque sea en una servilleta, sonríeles, míralos a los ojos, regálales una rosa.
La humanidad se ha interconectado milenariamente con las altas y bajas pasiones o sentimientos surgidos y echados a andar en forma de rosas y decenas de flores, poemas, músicas y todas las artes, gritos de guerra y afectos, verdades verdaderas y falsas: viajan el amor, el odio, la ambición, la vanidad, el orgullo, la solidaridad, el eros, la curiosidad, la admiración, el miedo, la envidia, por solo mencionar algunos efluvios del espíritu cuando van de persona en persona, de tribu en tribu, de aldea en aldea, de país en país, por todo el planeta y quizá más allá succionados por un agujero negro.
No, no es lo mismo que te llegue un e-mail a que te llegue una rosa, no es lo mismo una carita feliz en WhatsApp que una sonrisa viva frente a ti, no es lo mismo una rosa en tu pantalla que una rosa en flor con olor que puedas oler y con pétalos que puedas rozar.
Solo así llegará tu verdad, solo así dejarás estelas indelebles.
Una flor paradigmática como la rosa ha unido, identificado y simbolizado; ha conectado seres, naciones e imperios. “La rosa ha sido desde la noche de los tiempos la reina de las flores. Los primeros datos de su utilización ornamental se remontan a Creta (siglo XVII a. de C.). La rosa era considerada como símbolo de belleza por babilonios, sirios, egipcios, romanos y griegos. En Egipto y Grecia tuvo una especial relevancia, y mucho más en Roma…”. (www.infojardin.com).
El internet de las rosas, de los tulipanes, de las azucenas, de las margaritas, de los claveles, de los crisantemos, de nuestras orquídeas, del lirio o su flor de lis. Sus colores, sus fragancias, su belleza. Por ahí dicen que “dígalo con flores”, y sí: escríbalo con flores, cántelo con flores, píntelo con flores, interactúe con flores: el medio ideal, la red ideal, la red real.
Y entre todas las flores, ¡su majestad la rosa! Rosa moschata, Rosa gallica, Rosa damascena, Rosa wichuraiana, Rosa califórnica, Rosa stellata, Rosa rugosa, Rosa Luxemburgo, El caballero de la rosa, modo rosa, Rosa Rosa tan maravillosa como blanca diosa, la Guerra de las Dos Rosas, mi vida está pendiente de una rosa, ni con el pétalo de una rosa, una rosa morena en la noche serena, la rosa de los vientos, El nombre de la rosa… Lo importante es la rosa, créeme…