Ecos del Supermartes

Autor: Rafael Bravo
8 marzo de 2020 - 12:04 AM

Lo ocurrido en los 14 estados que componen el Supermartes con una victoria contundente aunado a los apoyos de los candidatos Buttigieg y la senadora Klobuchar catapultaron a Biden

Medellín

Para entender lo ocurrido en el Supermartes en los Estados Unidos se hace necesario explicar lo que significa desde el punto de vista electoral. El sistema de elección del nominado a la Presidencia de cada uno de los partidos se hace a través de las primarias en cada estado de la Unión. Previo a ese evento hubo comicios en Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur. Fue en este último donde gracias al apoyo de los negros, mayoría de electores en ese estado, que el ex vicepresidente Joe Biden superó a sus principales rivales. Ese suceso llevó a los también candidatos Pete Buttigieg y Amy Klobuchar a declinar sus aspiraciones adhiriendo a Biden.

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El candidato por el ala más radical, el senador Bernie Sanders, había acumulado el mayor número de delegados a la Convención antes de los comicios de Carolina del Sur, un hecho que prendió las alarmas del sector moderado del partido demócrata. Para los analistas políticos, la nominación de Sanders con su ideología socialdemócrata y estatista implica un cambio radical en el papel del estado, la tributación para los ricos y la desaparición de los seguros de salud privados, un valor de enorme aceptación para los millones de personas que han logrado estar cubiertos a través de sus empleos. El costo del programa además de no estar debidamente calculado implicaría un esfuerzo fiscal insostenible.

Lo ocurrido en los 14 estados que componen el Supermartes con una victoria contundente aunado a los apoyos de los candidatos Buttigieg y la senadora Klobuchar catapultaron a Biden quien logró recomponer una coalición entre la comunidad negra, muy poderosa en el sur de los Estados Unidos, sectores urbanos, clase trabajadora anglo y votantes de la tercera edad. Además, la participación del número de sufragantes fue sorprendentemente más alta en casi todos los estados desde 2016, confirmando que es Trump y su gobierno lo que ha motivado a la base demócrata a salir masivamente a votar y encontrar en Biden el candidato de consenso de mayor opción.

Por su parte, Bernie Sanders un autodenominado socialista que a lo largo de su historia legislativa jamás se había declarado formalmente demócrata, ha logrado el soporte de los jóvenes, hispanos y una minoría de legisladores en el Congreso. Lamentablemente, sus posiciones dogmáticas en muchos temas, su lenguaje populista, su agenda maximalista y su historia simpatizando con gobiernos autoritarios, crearon un contra-movimiento que se tradujo en una avalancha de electores atemorizados con su candidatura. Sanders, que contaba con una participación masiva de jóvenes como premisa para el triunfo, sorpresivamente no encontró la respuesta esperada.

En un gobierno donde el aspecto humano, la decencia y el respeto a los demás han sido tan escasos, Biden brilla por esas virtudes. Reiteradamente, cita el dolor que le produjo a él y su familia la muerte de su hijo Beau, conectándose con personas que han sufrido la pérdida de un ser querido y lo que ello significa. Ese lenguaje verbal desprovisto de la agresión y descalificación será un arma frente a un Trump cuyo patrón de insultos y conflicto tiene a los norteamericanos divididos y polarizados.

Sanders cuyas fortalezas son la consistencia y pasión por sus ideas, tiende a ver la política como un choque de intereses viendo a la gente como algo abstracto e impersonal. A Sanders parece costarle conectar y proyectar empatía con quienes atraviesan las vicisitudes del día a día. Bien lo dijo Pete Buttigieg, el que desde ya tiene un futuro promisorio en la política: “presentarse como candidato a la presidencia es un ejercicio de esperanza y humildad”.

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Debe quedar claro que la contienda está más viva que nunca. Sanders dispone de una caja que le permite respirar con tranquilidad y unos seguidores que irán con el candidato hasta el final. Esa resiliencia es una ventaja frente a su contendor. Biden se enfrenta a esos repetidos gafes que lo ponen en evidencia y que desnudan sus debilidades.

 

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