Se requieren medidas para reactivar la producción endógena
A pesar de que diferentes medios de opinión han manejado lo relacionado con el Covid-19 como una guerra que está desafiando al gobierno colombiano, lo cierto es que las decisiones (en forma de decretos presidenciales) dadas a conocer en estos últimos días no corresponden con una política relacionada con una economía de guerra.
En una economía de guerra, los gobiernos claramente diseñan sus políticas para proteger las empresas nacionales, propician mecanismos de financiación para incentivar la producción endógena, proporcionan recursos para adelantar proyectos de investigación e innovación, identifican los sectores en donde claramente se debe trabajar para impulsar una política de sustitución de importaciones, que permita el autoabastecimiento, todo lo anterior con un mayor control por parte del Estado.
El mismo presidente Duque ha mencionado que hoy en el mundo hay una gran disputa por tener insumos sanitarios y médicos, como jabones, antibacteriales, desinfectantes, mecanismos de protección para el trabajo en los hospitales, en las empresas, en las fábricas. El país debería tener autosuficiencia en la producción de estos insumos básicos, con posibilidad de tener excedentes para exportar y de paso ayudar a otras economías.
Las recientes noticias producidas en el contexto universitario, como el aislamiento en el laboratorio del virus SARS-CoV2, agente de la pandemia Covid-19, por parte del Grupo de Investigación en Inmunovirología de la Universidad de Antioquia (UdeA), o los tres prototipos de respiradores mecánicos que pueden atender pacientes con dificultades respiratorias, desarrollados por profesores de la UdeA (Grupo de Investigación en Bioinstrumentación e Ingeniería Clínica) y EIA, con el concurso de Industrias Médicas Sampedro y el apoyo financiero del sector privado, son emprendimientos con impacto empresarial que pueden generar empleos y traer recursos a nuestra economía.
El avance científico del grupo de Inmunovirología permite el desarrollo de una línea de investigación e innovación que puede tener aplicaciones en la industria de los medicamentos, identificando aquéllos que pueden tener relación con el tratamiento de la enfermedad; de igual manera los investigadores han mencionado la posibilidad de desarrollar tecnologías que permita desactivar el virus en instrumentos y ropas de uso quirúrgica, extendiendo su aplicación a muchas actividades de la vida de los ciudadanos.
En cuanto al segundo desarrollo, los respiradores mecánicos, además de proporcionar autosuficiencia y ahorro a escala, en la dotación de las UCI que requieren los hospitales de Colombia, su fabricación a escala se puede convertir en un reglón de exportación a nivel de la regional latinoamericana, que puede ayudar a la reactivación de un sector de la economía del país. Según Mauricio Hernández, profesor de la UdeA, cada ventilador puede tener un costo de producción de ocho millones de pesos, muy lejos del costo que tiene un ventilador comercial que oscila su precio entre los 100 y 150 millones de pesos.
En una emergencia sanitaria cuya duración en meses es incierta y con las consecuencias que estamos viendo en la economía nacional y en el posible cierre de fuentes de empleo, pero con un sector académico y científico que puede adelantar investigación básica y aplicada en áreas estratégicas como la producción de alimentos, la sanidad, el desarrollo de tecnologías blandas, entre otras, el Gobierno Nacional debería rápidamente avanzar con un grupo de iniciativas dirigidas a estimular el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación para que el potencial de científicos que están en las universidades colombianas, públicas y privados, se vinculen con propuestas de investigación e innovación como las mencionadas en esta columna. Hasta el momento las medidas emitidas por el gobierno están dirigidas a brindar exención transitoria del IVA en la importación de dispositivos médicos y elementos de protección personal (Decreto 438 de 2020) dentro de los que se mencionan al menos 24 equipos médicos que podrían ser producidos en Colombia.
En otras áreas de la economía como la producción de alimentos, el gobierno ha expedido el Decreto 527 de 2020, dirigido a suprimir los aranceles para la importación de materia prima como el maíz amarillo duro, el sorgo, la soya y la torta de soya con el fin facilitar la producción de alimentos (carne de cerdo, pollos, huevos, peces, entre otros), sin tener en cuenta que estas medidas pueden tener un impacto negativo en el sector agroalimentario que produce estas materias primas en Colombia. Según Fenalce, el gobierno ha perdido una oportunidad de impulsar una política que fortalezca al sector agroalimentario, desestimulando la producción de alimentos y materias primas a nivel local.
Se requiere poner en práctica los principios de las economías de guerra para favorecer la identificación y apoyo del talento humano en beneficio del desarrollo científico, tecnológico y productivo de Colombia. Se requiere que el gobierno nacional sancione un paquete de medidas complementarias, que permitan activar sectores de la economía en donde las alianzas entre la academia, el estado y el sector privado ya tienen avances significativos.