Lástima que en su momento se hubieran desoído las voces que desde distintas tribunas alertábamos y denunciábamos que era un despropósito no aprovechar nuestra principal ventaja energética
Para nadie es un secreto que la topografía antioqueña y el liderazgo indiscutido de EPM han permitido que nuestro Departamento se haya consolidado como el mayor proveedor de energía hidroeléctrica del país, además, en permanente crecimiento como lo evidencia hoy, la construcción de Hidroituango que va en un nivel de avance cercano al 80%.
Resulta tragicómico que aquí nos demos el lujo de equivocarnos de manera palmaria desde el principio de algunos proyectos, para después darnos el gusto de presentar la corrección como un aporte ingenioso al desarrollo, qué en una sociedad como éstas, se confunde con los conceptos de reconstrucción o de desatrase. Acaba de aprobar el Concejo de Medellín un Acuerdo mediante el cual los buses del Metroplús funcionen con energía y para que en el 2030 todo el transporte público urbano de la ciudad se mueva con electricidad.
Lea sobre el acuerdo del Concejo
Enhorabuena por el Honorable Concejo Municipal. Lástima que en su momento se hubieran desoído las voces que desde distintas tribunas alertábamos y denunciábamos que era un despropósito no aprovechar nuestra principal ventaja energética como fuente de funcionamiento de los diferentes medios de transporte masivo que lo permitieran. Argumentos forzados llevaron a emplear el gas como fuente hoy a reemplazar. Ni hablemos de los costos económicos. Solamente el impacto ambiental mitigado hubiera sido una razón contundente para haber empleado la energía eléctrica desde el inicio.
Recuerdo al genial humorista Hebert Castro, el “Coloso del humorismo”, cuando a través de su personaje Pirula, reclamaba de manera jocosa…. “Se le dijo, se le advirtió, se le recomendó, no hizo caso, se pasó la advertencia por la faja y…. le pasó tal cosa”.
Qué lamentable que todos los grandes esfuerzos que hemos realizado en los últimos 30 años por posicionar a Medellín como una ciudad innovadora, se puedan ir al traste por el tema del embotellamiento vehicular creciente, los ya famosos tacos de Medellín que compiten tú a tú con los de Bogotá, de quien nos burlábamos desde nuestras montañas hace apenas algunos pocos años; además de la contaminación ambiental que ha deteriorado nuestro aire y ha provocado varias declaratorias de emergencia con todas las implicaciones directas e indirectas que esto tiene, y eso sin tener en cuenta la inseguridad inocultable a la cual estamos sometidos a pesar de los esfuerzos innegables que se han realizado por parte de las autoridades.
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Excelente noticia la del avance paulatino de reconstrucción del Ferrocarril de Antioquia con respecto al trayecto planteado de manera preliminar. Ojalá nos toque volver a ver pasar el tren como era cotidiano, por allá en los desarrollados años cincuenta y sesenta: Otro ejemplo de reconstrucción que se presenta como desarrollo.
Se anuncia por fin, la definición del Puerto sobre la costa Atlántica antioqueña, al firmar el acta para la construcción de Puerto Antioquia, después de que don Gonzalo Mejía lo visionara junto con la carretera al mar, tampoco concluida a la fecha, por allá a principios del siglo anterior. Siquiera no nos correspondió a los antioqueños construir las pirámides de Egipto, pues a la fecha, estarían todavía en construcción.
Rescatemos del olvido la letra del “Himno a la carretera al mar”, compuesta en 1927, hace 90 años, que sirvió de mecanismo promocional y divulgativo de la idea e integró en su momento, los espíritus antioqueños alrededor de esta gran causa. “Vamos al mar mi dulce bien/ de mis montañas la más bella flor/ que el porvenir nos muestra allí/ rico tesoro y grato olor/. Vamos volando que nos esperan/ mil emociones en la extensión/ sobre las ondas son los anhelos/ y son los cantos del corazón/. Vamos todos, ancianos y niños/ ricos y pobres el Golfo a buscar/ si a las ruedas hacemos caminos/ Medellín será puerto de mar/. Antioqueños de raza de atletas/ con azadas y palas abrid/ por los montes la gran carretera/ que hará puerto de mar a Medellín/. Gayas hijas de Antioquia la bella/ vuestros cofres de perlas brindad/ que un tesoro más rico os espera/ al llegar el camión a Urabá/. Estadistas, banqueros, gobierno/ un empréstito magno lucid/ ¡que el guerrero se torne ingeniero/ y que cambie por barra el fusil!
Seguimos a la espera de la culminación definitiva de esta obra que está próxima a cumplir 100 años.
Por ahora, insistimos en la posibilidad de reconstruir el Teatro Junín y de paso dotar a Medellín de un adecuado Centro de Espectáculos.