Derechos para todos

Autor: Alfonso Monsalve Solórzano
23 febrero de 2020 - 12:06 AM

Allí no hay incomodidad a la que se someten los ciudadanos, según la alcalde, sino una violación de sus derechos fundamentales

Medellín

La alcalde de Bogotá diseñó un complejo protocolo para garantizar el derecho a marchar de quienes protestan contra el Estado. Lleva incluso, veedores para monitorear las posibles agresiones contra los manifestantes, con el ánimo de evitar excesos de la fuerza pública.

Lea también: Atentado, terrorismo y fallas

Todo bien, pero, me pregunto ¿cómo cumplir los derechos de quienes no protestan? Porque los innumerables pasos que hay que satisfacer para que se autorice la acción de la fuerza pública cuando se les impide a estos ir a trabajar, a estudiar, a asistir a citas de salud, etc.

Ya la funcionaria dijo que jamás violaría la autonomía universitaria, como si esta significara, no la posibilidad que tienen esas instituciones, basada en la libertad de pensamiento, expresión y de libre discusión, de proponer sus currículos, la investigación y la extensión que consideren adecuada desde su misión y visión, sino extraterritorialidad, es decir, lugares en los que no funcionan las leyes de la república, y se convierten en sitios para planear y ejecutar todo tipo de acciones violentas, incluido el uso de explosivos, contra el estado y los ciudadanos inermes (sin mencionar el amedrentamiento que sufre la mayoría de los estudiantes en los campus, por parte de los violentos).

Ese concepto de autonomía ha sido utilizado por la extrema izquierda durante más de sesenta años, con excelentes resultados, con argumentos como que el “tropel” se justifica por las injusticias sociales del país, se convierte en una especie de conciencia moral de los colombianos y dedo acusador a los distintos gobiernos; y que ponerlo en cintura afecta la poca democracia que hay en Colombia. La conclusión es que este tipo de violencia sólo se acabará cuando se terminen las desigualdades en el país. Es decir, que la las heridas y muertes que causan y la destrucción de los bienes públicos y privados, están moral y políticamente autorizados, sólo porque se incuban en los campus.

Esto significa que hay destrucciones y violaciones de derechos de los colombianos que son buenas porque son realizadas por jóvenes altruistas y preocupados por la desigualdad. Nada más falso. Basta recordar los excesos a los que ha llevado esa línea de conducta, encarnados en los crímenes de las Farc, el Eln y otras organizaciones de extrema izquierda. La lucha por los derechos y las libertades no se resuelve, sino que se agudiza con tales acciones., perjudicando, sobre todo, a quienes dicen defender.

Y el concepto que acabo de expresar también es válido en la manifestación callejera. En efecto, es bastante complicado, si no, imposible reprimir los actos de vandalismo de los encapuchados en las calles cuando estas son usadas para la destrucción sistemática de la infraestructura que usan los más pobres y que viven más lejos, y el uso de explosivos que ponen en riesgo la vida de los ciudadanos y de los agentes del orden.

Pero, quiero llamar también la atención sobre una violencia más sutil: la que se infringe “pacíficamente” mediante el método de copar las calles para impedir el tránsito. No hay un evidente uso de la fuerza, pero hay uno de hecho. Una ciudad bloqueada por horas y horas y días y días. Allí no hay incomodidad a la que se someten los ciudadanos, según la alcalde, sino una violación de sus derechos fundamentales. Incomodidad sería que hubiese vías alternas de fácil acceso y que las movilizaciones fueran la excepción y no la regla, producto, además, independientemente de la buena fe de la mayoría de los marchantes, de una agenda política oculta por parte de los organizadores. ¿Cuáles derechos defiende la funcionaria?

Le puede interesar: Derrotados hoy, derrotados mañana

Llamo a la reflexión sobre esos puntos, para que podamos entender de qué se trata cuando hablamos de respetar los derechos de los ciudadanos en caso de una protesta callejera.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2020-02-24 11:38:26
La protesta, como un derecho fundamental, bienvenida. Hasta aquí, todo bién, como decía aquél. Pero resulta que en una protesta, como las que estamos viviendo, ya es normal el vandalismo de algunos "infiltrados", sea en el propio campus universitario, sea en la calle. Además que las tales manifestaciones impiden el libre tránsito de quienes no estamos en esos paseos, entonces se están violando flagrantemente los derechos de la gran mayoría que no marcha.
juan guillermo
juan guillermo
2020-02-23 11:14:01
EL MAL AJENO ES MUY LLEVADERO, AHORA QUE ESTA DEL OTRO LADO DEL ESCRITORIO, SE ESTA TOAMDO SUS PROPIOS MIAOS...QUE SE VALLA CON ESE MANTO A MISA...ESTA CORCOBIANDO CON LA ENJALMA...MANECERA Y VEREMOS...DIJO EL CIEGO....SIQUIERA SE MURIERON LOS ABUELOS...JRO...

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Fecode en paro
Columnistas

Privatizando la educación

Escuelas y colegios se convierten en centros de indoctrinación de los niños y jóvenes en el odio al estado democrático de derecho y el amor por las ideas socialistas.

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
2
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
3
Columnistas /

¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias...
4
Suroeste /

Balcones coloniales pintan de color el Suroeste

Jardín es reconocido por ser el pueblo con los balcones más bellos de Colombia, pero no es el único...
5
Palabra & Obra /

En The Guilty, un cuestionado policía que intenta hacer el bien

La sólida actuación de Jacob Cedergren es fundamental para potenciar el filme
6
Seguridad /

Se conmemoran diez años de la Operación Jaque

Los rescatados fueron, además de la excandidata presidencial Betancourt, los contratistas estadounidenses...