El opositor habría sido retenido cuando intentaba cruzar hacia Costa Rica. El líder -según testimonios- no tenía cuentas pendientes con la justicia.
Manifestantes nicaragüenses denunciaron este lunes el "secuestro" de su líder, Cristhian Fajardo, en la ciudad de Masaya por parte del Ejército de Nicaragua, cuando intentaba cruzar la frontera con Costa Rica.
"Es confirmado", aseguró un líder de los manifestantes de Masaya, quien pidió ser identificado como Jab y que no dio más detalles por razones de seguridad.
Fajardo fue detenido junto con una mujer identificada como María Adilia Cerrato, también nicaragüense, en una situación que no ha sido esclarecida y que los manifestantes relacionaron con la represión gubernamental que ha dejado entre 277 y 351 muertos desde abril pasado.
"Lo agarraron los del Ejército, tratando de pasar para Costa Rica, no quisieron soltarlo, lo entregaron a la Policía, no sabemos dónde está", dijo un manifestante anónimo de Masaya en un audio difundido en redes sociales.
Organizaciones humanitarias de Nicaragua clasificaron la supuesta detención como un "secuestro", debido a que se dio en condiciones similares a las de más de 700 personas que han protestado contra el presidente Daniel Ortega, debido a que Fajardo aparentemente no tenía causas pendientes ante los tribunales.
El líder opositor ya había sufrido el rechazo de las fuerzas oficialistas el 18 de julio pasado, cuando un hotel de su propiedad, ubicado en Masaya, 29 kilómetros al sureste de Managua, fue incendiado en presencia de policías, según las denuncias de los testigos.
El incendio ocurrió días después de que Fajardo denunciara que Masaya establecería "un gobierno popular", alternativo al de Ortega.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado a Ortega de graves violaciones de los derechos humanos, "asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias". El Gobierno de Nicaragua ha rechazado los señalamientos.
Nicaragua vive la crisis socio-política más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado, por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.