Hay motivos para sentirnos de visita en Medellín, así como nos sometemos a extensos recorridos de museos cuando salimos de nuestro país (mientras pasamos años o toda la vida sin pisar un museo en nuestra propia ciudad)
De las más de 300 entidades que conforman la Red Nacional de Museos, Medellín registra 41 espacios museales1. Ese asombroso abanico contiene desde museos de arte y ciencia hasta los más insospechados, como el Scout. Algunos son tan solo una simple sala de recibo, otros a lo sumo disponen de dos espacios; y hay los que no deberían incluirse al no cumplir siquiera con la definición del vocablo museo. Es presumible que algunos se tomen la licencia de llamarse Museo para acceder a recursos o programas para su financiación y supervivencia. Mas hoy el objetivo es referirnos a los museos en regla, como ejercicio de apropiación ciudadana de estos espacios que contribuyen a ampliar los horizontes culturales, a reconocernos, a entender nuestra historia, al tiempo que se le da otro sentido al tiempo libre, diferente al de deambular por horas en los laberintos denominados centros comerciales.
El Museo de Antioquia que preside la Plaza Botero -donde se emplazan 23 esculturas del maestro- opera en el que fue el imponente Palacio Municipal. Se recorre fácil (escaleras o ascensor) por la clara distribución de sus salas: colonial y republicana, didáctica, exposiciones temporales, Pedrito Botero, proyectos especiales, tiene un menú para todos los gustos; está el Programa Barrios Amigos que posibilita la conexión con su entorno y la Casa del Encuentro. Dispone de agenda académica, talleres de arte, conferencias, cine, conciertos, biblioteca. No olvidar pasarse por los dos cafés, el restaurante y las tiendas.
El Museo de Arte Moderno (MAMM), localizado en el sector Ciudad del Río explica: “Ponemos al alcance del público diversas maneras de ver e interpretar el mundo, brindando experiencias significativas en torno al arte”2. En sus 10.000 metros cuadrados (dispone de escaleras y ascensores) brinda un variado portafolio: talleres y laboratorios para niños y adultos; vinculación con el entorno mediante noche extendida con cine o música; conversatorios y conferencias en torno al arte y al aprendizaje; auditorio y sala de cine; sala de estudio y hasta alquiler de espacios (internos y externos) para actividades culturales.
La Casa Museo Pedro Nel Gómez, fundamentado en la conservación del legado del Maestro que le da su nombre, exhibe una colección de 3.200 de sus obras entre óleos, acuarelas, pasteles, dibujos y esculturas. Dispone de material complementario como libros, cartas, fotografías y documentos, que revelan inusitados datos sobre la vida y obra del artista, lo que le valió la declaratoria de Bien de Interés Cultural de la Ciudad. Los murales que revisten varias paredes de la Casa figuran como Bien de Interés de la Nación. Posee una confortable y amplia biblioteca especializada. Su ubicación en el tradicional barrio Aranjuez y la adecuada inserción en la comunidad han llevado a que los habitantes del entorno se apropien del lugar mediante actividades artísticas y culturales. Lectura, baile, teatro, música, performance, son algunas de las manifestaciones que le dan vida a este que es el único museo de nuestro recorrido en el que el pago del ingreso es optativo de parte del visitante. No tiene facilidades para el desplazamiento de personas con movilidad reducida; no obstante se resalta la calidez del personal de apoyo.
El Castillo está en la Loma de los Balsos “Es el Museo con la mayor colección de Artes Decorativas de Medellín…”3. Esta ecléctica edificación (autodenominada del gótico medieval) construida en 1930 como vivienda de José Tobón Uribe, alberga una importante colección de retratos y paisajes al óleo que su segundo dueño Diego Echavarría Misas (fundador de Coltejer) encargó a pintores europeos. El edificio está en medio de extensos parques, jardines y alamedas que hacen parte del recorrido obligado (no dispone de rampas ni ascensor). Portafolio: visita guiada por la edificación donde se conserva el mobiliario, la decoración y gran parte de las pertenencias de la familia Echavarría; Escuela de Artes de música, danza y pintura; exposiciones temporales de artes decorativas, textiles, bordados; realización de subastas y bazares; exposición de pesebres de navidad que este año realiza la 34 versión.
Hay motivos para sentirnos de visita en Medellín, así como nos sometemos a extensos recorridos de museos cuando salimos de nuestro país (mientras pasamos años o toda la vida sin pisar un museo en nuestra propia ciudad), recordemos que están ahí a la espera de nuestra visita, de nuestro juicio, de nuestra interacción. Así ellos se robustecerán y nosotros, los ciudadanos, seremos más universales, mientras los artistas confrontarán sus propuestas.
NOTAS: