De los pactos y las alianzas

Autor: Tomás Castrillón Oberndorfer
28 febrero de 2020 - 12:00 AM

Con frecuencia los resultados de las ALIANZAS acomodaticias y postizas son, a la larga, nefastos.

Medellín

Al cumplirse recientemente 75 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, se han presentado una serie de rememoraciones y comentarios relacionados con sus antecedentes, su desarrollo y su final. Es conveniente detenerse a mirar algunos aspectos y ver además su influencia en los acontecimientos actuales, porque es preciso recordar que: “Quien olvida la historia está condenado a volverla a vivir” lo que se aplica plenamente al acontecer diario colombiano.

Entendiendo que, como se puede ver fácilmente en la red, Pacto es: “Acuerdo, alianza, tratado o compromiso” que claramente “establece un compromiso que obliga al cumplimiento de ciertas pautas”, es fácil ver que, en el desarrollo de los acontecimientos relacionados con la Segunda Guerra Mundial, existen numerosos pactos, compromisos y una gran ALIANZA que para bien o para mal nos siguen afectando. Todos esos compromisos son originados por las intenciones, o fines, o propósitos, legítimos o no, que las partes involucradas buscaban.

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Un somero repaso muestra la necesidad de mirar dos pactos que precedieron a la contienda. Primero hay que recordar el Pacto de Munich, cuando “entregaron la región checa de los sudetes porque Hitler jugó con el miedo de Europa”. El segundo es el Pacto de no agresión germano soviética firmado por Ribbentropp y Molotov y es bien sabido que culminó con la invasión a Rusia.

Durante el desarrollo de la contienda se tuvieron lo que eufemísticamente llamaron Conferencias.

Es interesante hacer un seguimiento.  Se empezó con la conferencia de Casablanca en 1943, y se definió la figura de los “Tres grandes” que en esta ocasión fueron:  Roosevelt (USA), Churchill (Reino Unido), y De Gaulle (Francia) y se definieron además las estrategias a seguir.

Con el desenvolvimiento de la guerra, se desarrollaron otras conferencias a saber: Teherán, también en 1943, entre Roosevelt (USA), Churchill (Reino Unido) y aparece Stalin (Rusia). Desaparece Francia.

Luego se tuvo en 1945 la conferencia de Yalta entre Churchill, Roosevelt muy disminuido físicamente y Stalin.

Finalmente se tuvo la conferencia de Postdam entre Truman, reemplazando al recientemente fallecido Roosevelt, Churchill y Stalin.

Hay varios aspectos fundamentales a tener en cuenta. Entre las conferencias de Teherán y Yalta se notó el gran deterioro físico de Roosevelt y de los “Tres grandes” de la ocasión, pudo decirse que: Los tres grandes eran dos: Stalin. Es decir que se trató de una “terna de uno” como se sigue usando. El “padrecito” logró sus objetivos y de ahí salió toda la Guerra Fría.

Pero hay mucho más que parece ser olvidado por los mamertos criollos. Resulta que con las ALIANZAS puede mezclarse “el agua y el aceite” y en la Segunda Guerra Mundial la gran mezcla fue la alianza de los aliados entre el Capitalismo y el Comunismo, contra un enemigo común el Eje (Alemania, Japón e Italia). En pocas palabras el Capitalismo le ayudó al Comunismo, entre otras cosas con la Ley de Préstamo y Arriendo de USA a Rusia. Cuando ya vencieron al enemigo común ya se pusieron en su lugar y volvieron a asumir sus papeles y la pelea ya fue entre ellos: La Guerra Fría que sigue vigente. Esto es lo que suele ocurrir cuando las motivaciones de las ALIANZAS son egoístas y poco sólidas.

Maquiavélicamente se aplican entonces criterios como: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo” y “Los enemigos de ayer son los amigos de hoy” y viceversa, que resultan en una gran deformación y acomodamiento de las doctrinas, los principios y los valores.

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Estas deformaciones justificadas con aquello de que “La política es dinámica”, se aplican proporcionalmente en todos los niveles: Mundial, nacional, departamental, municipal y comunal o barrial. Continuamente se pactan acuerdos que no se cumplen muchas veces, porque son prácticamente irrealizables.

Otro tipo de ALIANZAS que en Colombia se ha vuelto frecuente, es cuando se da la formación de este tipo de acuerdos, o pactos, buscando entre otras cosas la satisfacción mutua de las aspiraciones burocráticas de los involucrados, como la repartición de mermelada, que, claramente, está ocurriendo en todos los niveles.

A nivel local, vale la pena analizar las últimas elecciones de carácter regional: Gobernación de Antioquia y alcaldía de Medellín. ¿Hubo alianzas? ¿Cuáles? ¿Cuál era el objeto? ¿Se logró? ¿Quién era el “enemigo”? El que entendió, entendió. Y así por el estilo.

Con frecuencia los resultados de las ALIANZAS acomodaticias y postizas son, a la larga, nefastos.

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2020-02-29 11:20:04
Es correcto, Don Tomás, en toda su extensión. Stalin logró lo suyo hipnotizando a sus "amigos", y ahora pagamos las consecuencias. Y respecto de alianzas, recordemos cómo entre nosotros, el Partido Liberal con la jefatura de César Gaviria, apoyó a Iván Duque con la certeza de lograr los puestecitos en cada ministerio, pero oH sorpresa! el Presidente proclamó cero mermelada, a la que están acostumbrados todos, bueno casi todos, los congresistas. Por ello César Gaviria y sus compinches retiraron su apoyo a cualquier iniciativa del Gobierno. Es que hay síndrome de abstinencia, y ese es un problema muy fregado.

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