Trump tiene la capacidad de sorprender hasta el más pesimista como lo muestran otras dos joyas que afectarán el futuro de la humanidad como lo hará su regresión a la carbon economy.
Cierto que la elección de un paranoide narcisista omnipotente sin cualificación alguna para gobernar como presidente del mundo anunciaba desastres, pero la realidad está resultando aun peor que los temores. Peor no sólo para los americanos que lo eligieron pues sus promesas populistas no tienen sentido de realidad económica, sino también para los americanos que se alarmaron con semejante desastre. Y peor para el mundo entero.
Joyas como el retiro del acuerdo de Paris y la torpe y miope regresión a la carbon economy torpedean la lucha contra el calentamiento global a pesar de los desastres de huracanes e incendios por sequias que vienen aquejando varias partes de la geografía norteamericana. Como el torpedeo a los acuerdos comerciales (NAFTA y Pacifico) que alteran las redes productivas y comerciales en forma que será perjudicial incluso para los votantes de la desindustrializada rust belt del mid west and the lakes engañados por su populismo. Como asimismo la forma como está escalando el conflicto con Norcorea incluso desautorizando las iniciativas del secretario Tennyson, en una espiral de agresiones verbales entre dos psicópatas que fácilmente se traduce en cientos de miles de muertos en la península de Corea (de la cual solo nos podría salvar que la sensatez de los generales americanos compensara la insensatez de Trump).
Pero Trump tiene la capacidad de sorprender hasta el más pesimista como lo muestran otras dos joyas que afectarán el futuro de la humanidad como lo hará su regresión a la carbon economy (ej. el aumento del nivel del mar no solo en Bangladesh sino también en la Florida). La semana pasada enterró toda posibilidad de estabilizar el medio oriente uniéndose a Netanyahu en sepultar la solución de los dos estados al reconocer a Jerusalén como capital del estado de Israel, lo cual, como lo declaró esta semana la Conferencia de Países Islámicos en Estambul, sanciona la agresión y opresión de los Palestinos por parte de ese estado e inhabilita a USA (cuyo sesgo a favor de Israel había llevado hace mucho tiempo al gran Mandela a señalar la imposibilidad de que USA fuera un honest broker) para mediar en el conflicto Palestino Israelí .Torpeza condenada universalmente (salvo claro Netanyahu) incluidos los aliados de USA en la región y en la UE, que se une a la de amenazar el acuerdo con Irán y a apoyar a Arabia Saudita (la fuente del terrorismo islámico sunita) en su extremismo contra Irán (incluso en la bellacada del sitio a Yemen en donde están matando centenares de miles de personas de hambre, cólera y difteria).
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Y esta semana logra que la Comisión de comunicaciones derrumbe la regulación de protección de la neutralidad de la red instaurada por Obama. Esto es un horror cuyo alcance no alcanzamos a dimensionar: significa que en adelante el acceso a la red no será igual para cualquiera sino que los ciudadanos comunes tendremos acceso residual, es decir tendremos que esperar a que las grandes compañías de las comunicaciones y los medios nos den el chance de conectarnos a la red por cuyo acceso privilegiado ellos pagarán a los proveedores de banda ancha (AT&T, Comcast, Verizon, etc) quienes podrán bloquear websites o cobrar por un servicio superior o acceso a contenidos; además de que el gobierno no podrá regular la provisión de internet de alta velocidad como un servicio público como el teléfono. Es una regresión que ha motivado airadas protestas del inventor de la www Tim Berners-Lee por reversar las maravillosas oportunidades que el flujo ilimitado y acceso ilimitado a la red que veníamos disfrutando abrió para la humanidad, de manera que la brecha digital que separa a quienes van adelante en la implementación de TIC y el networking productivo y los marginados de éste se ampliará por darle a los primeros acceso privilegiado; muy de acuerdo a la ley de hierro del desarrollo en condiciones de globalización enunciada por Jesús en Mateo (aquel que tiene recibirá más y a quien no tiene lo poco que tiene le será quitado) que bien caracteriza la lógica excluyente de la globamericanización en sus aspectos comercial-productivo, financiero y tecnológico (en cuyo caso las asimetrías de información se agudizarán aún más profundizando la inequidad).
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Un paso monumental en la agenda neoliberal de Trump que como en el caso de las aseguradoras en los servicios de salud (al reversar Obamacare), niega el acceso a los más pobres y rentabiliza la prestación de estos servicios. Como en la peor de las pesadillas de globamericanización todo deviene una mercancía a rentabilizar: salud, educación y ahora información. Precisamente cuando estábamos celebrando las enormes posibilidades para el flujo/acceso de esta/a esta que significaba la red destacadas al hablar de la 4ª Revolución Industrial (ver Navegar estratégicamente el Tsunami de la 4ª Revolución Industrial.) y se había empezado a hablar de la generación U por Unlimited information, aquellos menores cuya interacción con la red y a través de ella creaba posibilidades completamente nuevas mediante el acceso ilimitado a información. ¿Que veremos en este proceso de mercantilización neoliberal que Trump está impulsando? Ya el agua esta mayormente en manos de pocas multinacionales como lo ilustra la maravillosa película También la lluvia, con guion de Paul Laverty (una garantía de su calidad crítica como lo muestran las películas de Ken Loach como I Dave Blake, ganadora en Cannes, sobre la privatización de los servicios sociales). La pesadilla que nos impone la codicia no tiene fin: si encontraran la tecnología y la estructura regulatoria para ello privatizarían también el aire….