El mamertismo ignora claramente las circunstancias de emergencia nacional que se están viviendo en la actualidad, y ha seguido actuando dentro de “todas las formas de lucha” atacando a quienes le son contrarios y, además buscando el desprestigio y la desinstitucionalización de las entidades.
No se trata del galardón que se les da a algunos toreros que, ejerciendo el arte de la tauromaquia, tienen éxito y son destacados otorgándoles las orejas del bruto sacrificado.
Se trata el episodio evangélico que relata lo que aconteció en el huerto de los olivos cuando Jesús oraba y se pretendió su detención, ante lo cual el apóstol Pedro esgrimió su espada y le cortó una oreja a un siervo. La “versión callejera” del evangelio dice que Cristo lo reprendió diciendo: “Mira Pedro como estamos, y tu te pones a cortar orejas”. Más generalmente la aplicación popular se expresa con la frase: “En las que estamos y tu cortando orejas”
Sin pretender analizar las muchas versiones que hay del episodio, se trata, más bien del sentido que la imaginación popular le da al mismo, al aplicarlo a la circunstancia, que suele ocurrir, cuando se presentan situaciones que ameritan intervenciones y comportamientos colectivos drásticos y urgentes de la comunidad, resultando en la toma de decisiones generales que en su gran mayoría se acatan y se aplican. Pero resulta que, en ocasiones, se presentan individuos o grupos que se apartan de las decisiones y normativas colectivas tomadas, y actúan como verdaderas “ruedas sueltas”.
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Un ejemplo clásico es el de las familias que fueron muy acaudaladas, cuando la rueda de la fortuna les limita drásticamente los recursos financieros, y, por lo tanto, se ven obligados a tomar la decisión de asumir un comportamiento austero, y acontece que uno de los vástagos se la pasa en fiestas y francachelas. Es entonces cuando los mayores del grupo familiar, al reconvenirlo, le dicen: Mira en “las que estamos y tu cortando orejas”. (o sea dilapidando lo que no se tiene).
En resumen, las palabras: “En las que estamos”, se refieren a hechos, o acontecimientos, o circunstancias plenamente vigentes o que se están desarrollando en el momento en que se utilizan, mientras que la otra parte de la frase, o sea: “y tu cortando orejas” se refiere al actuar o accionar de personas o grupos cuyas actuaciones no corresponden a la situación que se está viviendo.
Para ilustración basta considerar casos que se están viviendo en la actualidad.
Respecto a la cuarentena que ha sido obligada debido a la pandemia viral, que constituye el “En las que estamos”, hay que reconocer que respecto a la actitud que han asumido algunos grupos es aplicable el “tu cortando orejas” cambiando a: “tu atacando a los médicos”, “tu organizando peleas de gallo, partidos de fútbol y bailes” y, además “tu desatendiendo los protocolos de seguridad, higiene, separación social, etc.”. Y a los alcaldes de Bogotá y Medellín les es aplicable un “Y tu autorizando desfiles y marchas” y, a nivel local, llegando a extremos como “Y tu autorizando decorar la Joya de la Corona con la bandera de los “diversos”.
Es imperativo agregar al “en las que estamos” pandémico, un “en las que estamos de inseguridad y terrorismo” y en consecuencia a los grupos subversivos se les puede aplicar el “y tu secuestrando niños, volando oleoductos, etc.”. Y claro a los países garantes del “tal” acuerdo de Paz como dizque son Cuba y Venezuela, se les puede aplicar un: “y tu asilando narcoterroristas”.
Y hay muchas otras circunstancias en donde cabe la aplicación de la frase, y que además deben ser analizadas por la sociedad. Por ejemplo: Recientemente se informó que prácticamente la disminución, con gran sacrificio y costo, de los cultivos ilícitos de droga fue muy poca y que, aun así, aumentó la producción de drogas. Entonces este informe constituye el “en las que estamos” y entonces al gobierno nacional puede aplicársele el “y tu vacilando para proceder a la fumigación aérea”.
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Finalmente es claro que “en las que estamos” el mamertismo ignora claramente las circunstancias de emergencia nacional que se están viviendo en la actualidad, y ha seguido actuando dentro de “todas las formas de lucha” atacando a quienes le son contrarios y, además buscando el desprestigio y la desinstitucionalización de las entidades.
Han surgido en medio de “en las que estamos” ataques contra la señora vicepresidente y el senador Uribe encabezados por el “intocable” senador Petro. Respecto a la confrontación con el presidente Uribe, hay que recordar que en estos acontecimientos de las “luchas políticas” se aplica aquello de las categorías como en el boxeo. Para mayor claridad, no puede haber un encuentro entre un boxeador de la categoría peso pesado y un contrincante de la categoría peso pluma, y entonces es preciso recomendarle al expresidente Uribe que no debe entrar en confrontación con quienes no están en su categoría. “El que entendió, entendió”.
Desgraciadamente, “en las que estamos” también se presentó el malhadado episodio de un grupo de soldados que, según ha trascendido, presuntamente atacaron y violaron a una niña indígena. Esto ha sido aprovechado (¿Cuándo no?) por el mamertismo para desacreditar al ejército. Esperando que la administración de justicia actúe rápida y efectivamente, es necesario plantear la revisión y análisis de una circunstancia que no ha sido analizada como se debiera: Se trata de que los soldados eran bachilleres y de inmediato surge la inquietud por la clase de valores que se están inculcando en la educación secundaria. ¡Queda la inquietud!