Distintos actores viales coinciden en que esta práctica atenta contra la seguridad de todos y que hacen falta controles de las autoridades para erradicarlos.
En las vías de Medellín trece ciclistas murieron hasta el 17 de diciembre del año pasado, mientras que 609 resultaron lesionados. Aunque las circunstancias son diversas, taxistas, camioneros y juristas coinciden en que estos actores viales deben tener más cuidado, y a su vez, más control para que se cumplan las normas.
Por las empinadas lomas de las comunas de Medellín y las salidas intermunicipales o a los corregimientos, se evidencian ciclistas que se sostienen en los buses o camiones, poniendo en riesgo su vida y la de otros: peatones, motociclistas y conductores. Ninguno está exento de un accidente, pero el ciclista puede llevar la peor parte, no solo por los que vienen detrás sino porque el vehículo en el que se sostienen, podría frenar de improvisto o de manera fuerte.
Conductores de los vehículos de carga, uno de los que más son usados para este fin, confirman que esto es una problemática en la ciudad. “Para el sector de transporte de carga es una preocupación, y acá en Medellín que es muy recurrente. Es supremamente delicado porque una estructura tan grande como un camión en el momento en que frena o hace un giro, sin tener el conocimiento de que lleva una persona ocasiona, lo que ocasiona por lo general es un fallecido”, señaló Felipe Muñoz, director de gestión gremial de la Asociación de Transportadores de Carga (ATC).
El líder de los conductores señaló que en ciertos barrios en las zonas altas de Medellín, ocurre en mayor medida en los transportadores de gaseosas o cerveza, porque es más fácil “colgarse” de estos vehículos. No obstante, fue enfático en que el camión es una herramienta de trabajo y los ciclistas comprometidos tienen buenas práticas de autocuidado.
“No podemos seguir perdiendo vidas por imprudencias de este tipo y convirtiendo un deporte como es el ciclismo en un tema tan riesgoso. Esto es un tema netamente cultural”, indicó Muñoz, al tiempo que señaló que en sectores como Las Palmas, San Javier y Manrique se evidencia este fenómeno.
Otros afectados
Los camiones y los buses, vehículos de los que se cuelgan estos ciclistas, no son los únicos que se sienten afectados con esta práctica. Dany Alexánder García, líder taxista de Enrutados para la vida, expuso que “es muy riesgoso y uno los ve normalmente por la vía a Santo Domingo, Las Palmas y San Cristóbal. Para uno también es riesgoso porque donde un tipo de esos se caiga, sufre uno como vehículo, sea taxi o particular”.
Pitar o señalarle a los conductores que detrás vienen algunos de estos “muchachos colgados” (identifica que la mayoría son adolescentes) es una práctica que ha hecho García, puesto que prefiere que el camión pueda frenar, bajar a los ciclistas y evitar un accidente.
Aunque no considera que sea muy recurrente, el líder taxista mencionó el fatal accidente ocurrido el pasado 12 de enero, en el que un ciclista perdió la vida en la Loma de El Escobero, en Envigado, mientras que el conductor del vehículo fantasma huyó del lugar.
“La Loma de El Escobero es muy peligrosa, inclusive para nosotros los que transitamos en vehículo o en moto. No sé el contexto de la información que dieron”, indicó García.
Volviendo a los ciclistas que se sostienen de los vehículos grandes, el líder de la ATC recordó que de resultar fatal un accidente con estos jóvenes, también se afecta la vida del conductor.
“Estos muchachos no entienden que con esto se le tiran la vida a un conductor, queda reseñado, tuvo una muerte. Así haya sido inocente, conseguir trabajo nuevamente como conductor es casi imposible, realmente no son conscientes del daño que hacen cuando se arriesgan de esta manera”.
A su vez, desde la Gerencia de Movilidad Humana de la secretaría de Movilidad, se hizo un llamado a quienes realizan esta actividad a que no arriesguen sus vidas, con lo que también afectan a otros actores viales. "Esta es una actividad que deja el mínimo espacio de reacción a cualquier actor vial, uan persona que va en estas condiciones a un vehículo de esta magnitud, los demás actores de la movilidad no tienen una visibilidad de estas personas y en este contexto, una maniobra inadecuada genera una reacción indebida que a altas velocidades puede generar accidentes importantes", indicó Juan Camilo Gómez, gerente de dicha dependencia.
Jorge Iván Avendaño, abogado y profesor de la materia Accidentología Vial de la Universidad de Medellín señaló que sí existe normativa contra este tipo de prácticas, como lo es la Ley 769 del 2002 o Código Nacional de Tránsito, en el que el capítulo 5 está dedicado a ciclistas y motociclistas, los deberes en las vías y las precauciones.
“La norma es muy clara en el artículo 94 de la Ley 769 de 2002 donde indica que los ciclistas tienen una normativa específica que respetar, la ley le hace un mandamiento a todo este tipo de conductores y les dice que deben transitar por la derecha, lo que no se ve”, indicó Avendaño.
No usar las vías exclusivas para el servicio público, ni zigzaguear; vestir chaleco y llevar una identificación que lo haga visible; transitar en grupo uno tras otro (no amontonados) son normas que estás establecidas en este código para los ciclistas, algunas visiblemente incumplidas por estos actores viales, según Avendaño.
“Usted encuentra un montón de ciclistas suicidas, bajando por la Medellín Bogotá, la Avenida Las Palmas, la Vía al Mar; bajando a toda velocidad y ningún distintivo, tres o cuatro personas ocupando la mitad de un carril. tenemos unas grandes fallas y falta de disciplina por parte de los ciclistas y la ley lo contempla”, detalló el abogado y docente.
En el caso preciso de los ciclistas que se sujetan de buses y camiones con elementos como ganchos, tiras o lazos, o con sus manos, el abogado explicó que “la ley dice que no debe sujetarse de otro vehículo, y que no debe viajar cerca de otro carruaje de mayor tamaño, que lo oculte de la vista de otros conductores”.
En caso de que ocurriese un accidente, Avendaño señaló que jurídicamente se acude a una figura jurídica denominada la culpa, con la cual se determina que podría ser por parte de estos ciclistas por “omitir el deber objetivo de cuidado”. Esto porque iba incumpliendo las normas de tránsito, careciendo de elementos de protección como el casco, chaleco reflectivo y luces.
La alta ocurrencia de este tipo de conductas se debe, en parte, a que no se hacen los controles necesarios. “Debemos propender para que el Estado persiga este tipo de conductas”, señaló Avendaño, quien agregó que cuando las personas ven la ausencia de control, se siente en mayor libertad de cometer estos actos.
A su vez, Muñoz opinó que hacen falta controles para este tipo de ciclistas. “Nadie quiere hacerse cargo de este problema: ni la Policía de vigilancia, ni la de Tránsito y es muy importante recordarle a estos muchachos que a ellos los esperan en la casa y los conductores están prestando un servicio que también es para ellos”.
Desde el punto de vista institucional no se precisió si se hacen controles, pero sí pedagogía con estos ciclistas. "Todo parte desde la Subsecretaría de Control y Educación Vial precisamente orientado al ejercicio del autocuidado y seguridad en la vía, siempre invitando al autorespeto. Si bien estas son prácticas que se realizan por estos grupos de Gravity, arriesgando su vida, ya nos hemos sentado con varios grupos, hecho sensibilizaciones haciendo un llamado a la seguridad vial y a entenderse como actores de la movilidad", detalló Juan Camilo Gómez, gerente de Movilidad Humana de la Alcaldía de Medellín.