Estados Unidos y Colombia, entre otros países, manifestaron su apoyo a una España unida. Los catalanes de a pie no tienen seguro lo que sigue. Unos están felices con la independencia; otros no.
Pocas horas después de conocerse la decisión del Parlamento catalán de declarar a esa región como independiente de España, el presidente de ese país, Mariano Rajoy, destituyó todo el Gobierno regional de Cataluña, disolvió el Parlamento y convocó a elecciones para el 21 de diciembre próximo para que sean los propios catalanes quienes decidan el camino a seguir.
Las acciones separatistas, declaradas ilegales por tribunales españoles, llevaron finalmente este viernes a una declaración independentista que no es apoyada ni por el gobierno español ni por países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, así como la Unión Europea, la ONU y la OTAN.
Carles Puigdemont , quien se declara aún presidente regional de Cataluña; su vicepresidente, Oriol Junqueras, todos sus consejeros y hasta del director general de la Policía autonómica catalana (Mossos d’Esquadra), Pere Soler, siguen en “pie de lucha” en el camino por separar a Cataluña de una España que “los trata inequitativamente”.
En respuesta a esta coyuntura, las calles de Barcelona se llenaron este domingo de miles de manifestantes, quienes defienden la unidad de España y la normalidad institucional.
Contrario a lo dispuesto por el director Soler, la cúpula de los Mossos d'Esquadra ordenó a sus agentes retirar todas las imágenes oficiales de miembros del gobierno catalán de las comisarías y edificios oficiales de la policía autonómica.
Hay incertidumbre por la resistencia, institucional y ciudadana, que se puede generar en Cataluña a las iniciativas legales de Rajoy, respaldadas también por los socialistas del PSOE y los liberales de Ciudadanos. Y se esperan choques en las calles entre manifestantes que están a favor y en contra de la secesión.
Con este panorama de tensión, analistas plantearon el escenario hipotético en el que se desenvolverán los próximos acontecimientos en el país europeo.
“Muchas respuestas se esperan. La movilización de los ciudadanos, por ejemplo. Puigdemont llamó a sus ciudadanos a mantener el pulso secesionista. Lo que podría llevar a que se presenten choques con la policía que seguramente querrá apagar los ánimos separatistas. De hecho dos líderes de esos movimientos están encarcelados por sedición”, señaló el profesor Gustavo Adolfo Soto Marín, especialista en estudios políticos y profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia.
El docente explicó que es primera vez que se aplica el artículo 155 de la Constitución española, que Cataluña “padece” un “chantaje” por parte de organismos como la Unión Europea, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y que las elecciones no le garantizan nada a España. “Podría pasar que en las elecciones del 21 de diciembre se elijan a mayorías independentistas. Entonces, España, que se ha dicho democrática, ¿qué hará?, ¿dejará participar en las elecciones a los candidatos preindependentistas?, o ¿los perseguirá como ha hecho con quienes se han manifestado a favor de la separación?”, pregunto el profesor Soto.
El profesor Soto cree que un acuerdo es la salida. “Cataluña quiere que la traten mejor en el tema tributario. En este momento ellos aportan entre el 30 y el 35 %, mientras que los vascos solo el 8 %. De pronto les ofrecen mayores prebendas que las otorgadas al País Vasco. En este momento España, sin darse la independencia, empezó a sentir afectaciones en su economía, que aun sigue aporreada por la crisis de 2008. Entonces lo mejor para los dos es seguir unidos, pero concediendo beneficios a Cataluña.
Por su parte, Carlos Julio Pérez, docente de la Universidad Autónoma Latinoamericana en las facultades de Derecho y Economía, consideró que a Cataluña se le debe respetar el derecho de autodeterminación que tienen los pueblos a elegir libremente sobre su pertenencia o no a un Estado, derecho que está estipulado en la Carta de la ONU.
“El poder de la gente debe estar por encima de cualquier gobierno. La solución federalista también está en la mesa. Que cada comunidad española reclame la independencia y pueda manejar su dinero. Que se busquen soluciones al problema sin acudir a la violencia, ese no es el camino”, expresó el docente. Y agregó: “Yo no sé qué vendrá ahora para Cataluña. Es incierto. Pero las marchas no faltarán y la represión por parte del gobierno español tampoco. Es que Cataluña cuenta con un poder económico grande que lo necesita España. Ese tema económico es el principal motivo de un pueblo que se quiere separar y de una España que presionada por su propia realidad y por la Unión Europea quiere impedir a toda costa esa secesión. La Cataluña separatista está muy segura y quiere seguir, no sabe hacia dónde, pero seguirá”, puntualizó el profesor Pérez.