El arte de la moda, tiene una base que debe ser solida, perfecta, minuciosa al extremo del detalle y la pulcritud. Es la costura, la maquina, el hilo, las medidas, el patrón. Es la destellante imaginación del costurero ante el montaje de todas las piezas que dan como resultado un maravilloso “vestido” al “estilo” de ese hombre y mujer que se ponen al frente de la máquina y al que se le llama con orgullo modisto.
El bloque americano entra en escena con las pasarelas que pronostican lo que vendrá para el próximo tiempo, en la ciudad de Nueva York. Es una de las pasarelas que entra en el calendario mundial de las semanas de la moda junto a Milán, París, Londres. Aquí desfilan los novedosos, los que en las vitrinas atraen y hacen mover la registradora porque en Nueva York, todo es business.
Del otro lado del continente llegan diseñadores orientales y españoles. Pero esta vez la que se hizo dueña de la pasarela, de las noticias de primera en prensa y revistas de moda, fue la diseñadora venezolana, Carolina Herrera.
Una mujer con estilo propio en su manera de vestir, siendo ella misma la marca de su trabajo: elegante, glamorosa, clásica y discreta. Estilo que imprimió siempre y con el que hizo historia sobre todo con sus camisas y faldas. Su eterna e impecable camisa blanca. Un estilo atemporal. El atelier Carolina Herrera ha tenido distinción desde que comenzó a trabajar por su pulcritud, elegancia, perfección en cada uno de sus diseños que han vestido mujeres importantes de la realeza, del cine y de diferentes gobiernos, una de ellas Jacqueline Kennedy por mucho tiempo.
La noticia fue sencilla, amable, fina al estilo de ella: “dejo de ser la cabeza del atelier, pero no me retiro, doy un paso adelante, voy a ser la embajadora de la marca en todo el mundo”. En su lugar deja a Wes Gordon, que ha estado trabajando con la diseñadora en los últimos tiempos.
Esta mujer venezolana que desde niña ha tenido sus ojos pegados de la moda por la enorme influencia de su abuela, María Cristina Passios de Niño, la misma que la llevó a la edad de 13 años a un desfile de Balenciaga y de la que siempre recordaba haberla acompañado en París a largas sesiones de pruebas de sombreros en Rose Vallois. Es la Carolina que un día dijo: “La moda es fascinante, hay que tomarla despreocupadamente, no es algo intelectual, existe para agradar la vista”
Otros invitados a la pasarela neoyorkina: Taoray Wang, Christian Siriano, Son Jung Wan, Custo Barcelona, Jason Wu, Agatha Ruiz de la Prada, Ralph Lauren, Zimmermann, Zadig y Voltaire, Badgley Mischka, Calvin Klein, Phillip Lim. Ellos en pasarela con sus creaciones para el otoño-invierno del 2019 que se pronostica con mucho frío.