No hay una sola IPS, clínica u hospital que no haya manifestado estar afectada directa o indirectamente por la falta de pagos de sus servicios,
Las encuestas han perdido toda credibilidad en el mundo por las inexactitudes y falta de asertividad en sus conclusiones, pero si hay una cosa en la que todos los sondeos de opinión coinciden con la realidad que percibimos cada día, es que la salud es la mayor preocupación que tienen los colombianos hoy.
La liquidación de Saludcoop y su grupo empresarial que incluye Cafesalud, Esimed, Ips Saludcoop y otras 40 empresas subordinadas a la matriz propietaria de estas, Saludcoop en Liquidación, está devastando la confianza institucional del sector salud, no hay una sola IPS, clínica u hospital que no haya manifestado estar afectada directa o indirectamente por la falta de pagos de sus servicios, la incertidumbre de los pacientes ha llegado al punto límite y la capacidad institucional ha sido desbordada por la demanda de recursos para suplir los desmanes y abusos de la corrupción que se enquistó desde ésta entidad, agravada por la rapiña de politiqueros que hicieron de ella su festín, usada como caja menor para sus elecciones, corrupción que hoy silencian hablando de paz.
El sector salud mueve aproximadamente 35 billones de pesos entre gastos estatales, gasto de bolsillo de los usuarios y las inversiones privadas, pese a ello la calidad de la salud sigue siendo un lunar que empeora año tras año, la seguridad de los pacientes cada vez es menor, la accesibilidad se restringe vez tras vez, la oportunidad para mejorar la salud de los pacientes se pierde por falta de citas oportunas, de tratamiento integral y de medicamentos suficientes y pertinentes, no se cumplen los protocolos de atención.
No es justo que la falta de moralidad administrativa en la liquidación de Saludcoop tenga que ser controlada judicialmente por el tribunal administrativo de Cundinamarca porque el superintendente se hace el de la vista gorda ante las graves denuncias sobre desfalcos y gastos innecesarios denunciados por la Contraloría General, o ante las advertencias del Procurador Carrillo sobre la venta de Cafesalud, denuncia conflictos de interés, acceso e injerencia previa e ilegal de interesados a los pliegos de condiciones para su favorecimiento, falta de competencia, violación de la prelación de acreedores por deudas que superan los 600.000 millones solo de cafesalud sin contar el resto del grupo empresarial, una total falta de transparencia que pone en riesgo 40.000 empleados y 5 millones de usuarios, 1.5 millones de usuarios se han retirado desde que inició el traslado a cafesalud por los continuos incumplimientos en la atención ante la falta de capacidad instalada para atenderlos, una improvisación que ha costado miles de vidas.
Lo más grave de la compra de Cafesalud es la concentración de Ips en una sola Eps conocido como integración vertical prohibida plenamente en el régimen contributivo y permitida solo hasta en un 30% para el régimen subsidiado, el plazo de 5 años para pagar con las utilidades de la entidad la propia venta sin poner recursos para mejorar el sistema, y por si fuera poco los adquirentes no tienen ninguna experiencia en aseguramiento sino solo en prestación de servicios.
El proceso de prestación de servicios que hacen las IPS es la atención del estado de no salud, el aseguramiento, función de las EPS, es la prevención del riesgo y manejo del riesgo en salud. Uno lee con indignación el reglamento de la venta de Cafesalud y es evidente la forma en que camuflan la exigencia de experiencia en aseguramiento para quien adquiere y en su lugar usan la palabra “experiencia en gestión de la salud”, término que hábilmente usan para sumar la experiencia en prestación de servicios a la hora de evaluar la experiencia en aseguramiento; no son simples palabras o tecnicismos, de esa experiencia depende la vida de millones de colombianos, que con razón encuentran en este gobierno una total falta de garantías y de calidad en la salud, cada que se enferman sienten que literalmente sus vidas están realmente en peligro por sencilla que sea su dolencia.
En buena hora la senadora Sofía Gaviria y el senador Jorge Robledo han actuado con convicción para proteger la salud de los colombianos.