El tema de los impuestos prediales y de valorización debe ser considerado cuidadosamente, si queremos bajar la carga tributaria a la clase media
Todos nos quejamos de la alta tasa impositiva de este país, que llegó a niveles de asfixia para empresarios y ciudadanos del común con la última reforma tributaria, que, entre otras cosas, subió el Iva al 19% y le siguió cargando más tributos a los combustibles. La situación es tal, que dentro de la baraja de propuestas que se discuten en partidos como el Centro Democrático, están la de rebajar los impuestos y, en cambio, subir los salarios, para resarcir a los pobres y a la clase media. La idea es que, si aumenta la producción y se fomenta el consumo, crecen el bienestar, la riqueza y la tributación.
Pero en la discusión poco se habla de la carga tributaria que tienen los colombianos propietarios de vivienda de estratos bajos, pero especialmente, medios, que son la columna vertebral de la economía y del sistema. Con el gobierno de Santos se expidió la ley 1450, Plan de Desarrollo 2010-2014, llamado Prosperidad para Todos (qué risa) que introduce la indexación del impuesto predial. Cada 5 años, los municipios deben realizar la actualización catastral que ordena que los avalúos catastrales de los predios no puedan ser inferiores al 60% de los avalúos comerciales, medida que por sí misma sería beneficia para el propietario, pero también para las finanzas municipales.
Sin embargo, lo que ha ocurrido es que el avalúo catastral y el impuesto predial han crecido muy por encima del índice anual de inflación. Veamos: a partir del 2014, la tarifa mínima de impuesto predial es del 5 por mil. Ahora bien, según el doctor Gustavo Yarce, del Comité de Valorización del barrio El Poblado, de Medellín, esa ciudad aplicó la actualización catastral en 2013. Si se parte del año 2012, se tiene que entre 2013 y 2017, el avalúo se incrementó en 76.4% y el impuesto predial en 50.4%, mientras que el salario mínimo lo hizo en el 27,12% ; y la inflación hasta el año pasado, en 19,96% pero, el Banco de la República calcula un 4.5% para este año, lo que daría 24. 36%, para el período considerado.
Como quien dice, durante el lapso comprendido entre el 2013 y el 2017, el impuesto predial creció 23,28% más que el salario mínimo y 26,04% más que la inflación. Y el doctor Yarce proyecta que en el 2019 que el incremento puede llegar hasta el 50% en avalúo y cerca del 40% en el impuesto predial.
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Como los lectores pueden ver, más que indexación, lo que hay es un castigo desorbitado para los propietarios urbanos colombianos, que además se trasladará a los pequeños y medianos propietarios agrarios, que son la mayoría, en virtud de la aplicación de la valoración catastral determinada por la negociación del gobierno Santos y las Farc.
Y este castigo se acentúa con las contribuciones por valorización, que afectan a amplios sectores de la clase media. El caso de Medellín es paradigmático.
De acuerdo con Yarce, La ley 25 de 1921 creo la Valorización como un impuesto. El Decreto ley 1604 de 1966, lo estableció como gravamen o contribución y la ley 48 de 1968, lo instituyó como legislación permanente, incluidos los municipios.
En Medellín, la reglamentación se dio a través del Acuerdo 058 de 2008, y el Fondo de Valorización de Medellín, Fonalmed, se creó mediante el Decreto 104 de 2007, en la alcaldía de Fajardo.
Para aplicar la contribución de valorización se debe hacer mediante un acuerdo municipal, Plan de Desarrollo, que determine la realización de una obra o plan de obras susceptibles de ser realizadas mediante de esta clase de contribución. La actual valorización de El Poblado se proyectó en el Acuerdo 016 de 2008, Plan de Desarrollo 2008- 2010 en el gobierno de Alonso Salazar, y se decretó mediante la resolucion 0725 de 2008. La distribucion o cobro se decretó mediante la resolucion 094 de 2014.
El balance en Medellín, según Yarce, es bastante malo, por cuanto no se cumple el principal requisito que deben satisfacer las obras llevadas a cabo por valorización: agregar valor a los predios, pues lo ejecutado no genera mayor valor económico a los predios gravados (ver al respecto, los estudios de la Lonja sobre valores de la tierra). La realidad económica de la comuna de El Poblado no coincide con el estudio socio económico presentado por el municipio para cumplir las condiciones del programa, la distribucion estuvo mal hecha porque se gravó en consideración al valor de la tierra; y no teniendo en cuenta el supuesto beneficio que recibirían los predios.
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Las obras, para Yarce, fueron mal planificadas en su construcción, mal diseñadas lo cual está generando dificultades en la movilidad, mal construidas tanto en lo físico como su costo y duración de las obras. Y con graves consecuencias ambientales. Decenas de propietarios están a punto de perder su patrimonio por la presión de este impuesto que no están en condiciones de pagar. Ha habido ofertas de compra por cifras irrisorias a viviendas de pensionados y viudas, en la franja de la avenida El poblado, con el objetivo de adquirir terrenos a bajo precio para seguir con la expansión de la zona financiera y comercial. Son estos propietarios, precisamente, quienes sienten el valor mayor de la valorización, mientras que los desarrollos urbanísticos sobre las transversales y más arriba, que son los que más se beneficiarían, pagan baja contribución o ninguna, según afirma el Comité de Valorización de El Poblado.
Como puede verse, el tema de los impuestos prediales y de valorización debe ser considerado cuidadosamente, si queremos bajar la carga tributaria a la clase media y tener desarrollos urbanísticos equitativos.