Una sociedad como la nuestra, cuya cultura tropical no está asociada a las estaciones climáticas, poco o nada sabe de la planificación natural
El ejercicio de la Planeación, la Planeación Estratégica, la Planificación y la Prospectación académicas sufrieron un alto impacto cuando la Administración Bush, como consecuencia de los atentados del 11 de Septiembre, introdujo el concepto de “Guerra preventiva”, que palabra más, palabra menos, quiere decir que si yo considero que tú podrías llegar a ser un enemigo potencial, pues te ataco y te destruyo desde ahora, para evitar lo futuro. Textualmente es una acción de “armas tomar”.
Una sociedad como la nuestra, cuya cultura tropical no está asociada a las estaciones climáticas, poco o nada sabe de la planificación natural, pues como todo el año tenemos disponibilidad de casi todo, en términos agrícolas, pues para qué preocuparnos entonces, lo cual nos califica como una sociedad poco previsiva, con todas las consecuencias que esta situación conlleva.
Para qué planificar nuestra situación demográfica, pues partimos del principio o de la creencia de que hay cama para todo el mundo, lo cual, a las luces de la realidad, es absolutamente falso.
Para qué planificar el desarrollo de nuestras ciudades, pues consideramos que de manera espontánea somos capaces de diseñar y organizar nuestro crecimiento, lo cual a todas luces es una quimera.
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Para qué planificar la capacidad de nuestras vías para sostener una movilidad viable, pues consideramos que esta situación se regula de manera autónoma, lo cual nos tiene en medio del caos que estamos viviendo y que tiende a empeorar.
Para qué planificar el desarrollo de los modelos educativos (en caso de existir), para enfrentar los retos de las nuevas realidades y de las nuevas tecnologías que nos llevan a educar gente para empleos que no existirán y a no tener preparados profesionales para las profesiones que se requerirán en un futuro cercano.
Para qué planificar una revisión juiciosa de nuestro normograma general, es decir, el cúmulo de leyes, reglamentos y formas de actuación que hoy todo lo contemplan, pero que basados en la experiencia, evidenciamos que aquí respetamos la ley pero no la cumplimos.
Para qué planificar estrategias concretas para evitar la contaminación ambiental, si consideramos que con paliativos y medidas simbólicas vamos a lograr este objetivo superior.
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Existe en la actualidad un futbolista del Independiente Santa Fe, Javier López, que tiene una manera muy ruda de jugar, tanto es así que ha sido sancionado en varias ocasiones por agredir salvajemente a jugadores como John Edison Mosquera del Nacional, George Saunders del Envigado, Juan Sebastián Villota de Jaguares Leonardo Castro del Medellín, Carmelo Valencia de La Equidad y Felipe Ponce del Chicó, sin que su forma de juego haya sido modificada, ni las sanciones hayan sido suficientemente fuertes y ejemplarizantes. Nos recuerda a jugadores de antaño como Tarrino Bueno, Fredy Echandía, El “Chaca” Palacios, El “Pitillo Valencia” o nuestro querido “Patrón” Jorge Bermúdez, que afectaron con su juego violento a varios jugadores de la época. ¿Será que hay que esperar que termine con la carrera deportiva de algún colega para suspenderlo de por vida?
Impecable la transmisión de la reciente Semana Santa realizada por Teleantioquia y TELEVID. Sin embargo, fue lamentable que en medio de la ceremonia de las Siete Palabras, cuando el Señor Obispo estaba desarrollando la Quinta Palabra, se suspendiera abruptamente la transmisión para realizar un juego de Chance. ¡Qué falta de previsión y qué irrespeto!
Insistimos en la necesidad de dotar a Medellín con un adecuado Centro de Espectáculos y cómo ya se comienzan a barajar nombres para las próximas elecciones regionales y locales, recordemos que a Medellín le falta tener un Velódromo Cubierto, un Museo de Historia Natural y un Autódromo que el señor Gobernador está impulsando y que ojalá logre concretar.