Como es costumbre en los círculos ligados a Washington desde el comienzo de la administración Trump, Boeing ha gastado en actividades de lobby 28 millones de dólares
Las estadísticas no mienten cuando se dice que es más fácil morir en tierra que en el aire. La tecnología ha hecho posible viajar sin los temores de antaño. Aviones sofisticados para que hoy una tragedia aérea sea algo poco común. Lo ocurrido con los aviones Boeing 737 Max han dejado una sombra de duda y temor, dejando a todas esas aeronaves inmovilizadas hasta tanto no se investigue a fondo las causas del accidente. Lo más sorprendente fue ver como poco a poco las autoridades aeronáuticas en todo el mundo procedieron, con una rapidez inusual a cerrarle el espacio aéreo al Max 737.
Al parecer hay similitudes con lo ocurrido en los aviones de Lion Air y Ethiopian Air. El primero con 2 meses y medio de operación y el segundo con tan solo 4 meses. En ambos casos, poco después del despegue, las aeronaves se tornaron imposibles de manipular forzándolos a caer en picada. Con anterioridad muchos pilotos norteamericanos habían expresado su preocupación con la seguridad y el funcionamiento del piloto automático y la falta de entrenamiento del software por parte de Boeing.
Como si fuera un juego infantil, se conoció que una de las posibles causas de las tragedias aéreas de Indonesia y Etiopia pudo haber sido la falta de unos sensores que se ofrecían como opcionales. Una forma de lograr mayores ingresos y hacer que este tipo de avión fuese más rentable. El Max 737 es el modelo de mayor venta que le aporta a Boeing aproximadamente un tercio de la ganancia operacional. Este nuevo diseño incorpora más automatización, tiene un alcance casi el doble de los modelos anteriores y utiliza menos combustible. Sin embargo, los expertos critican su configuración pues reduce el espacio de las sillas y el tamaño de los baños.
Al mes de febrero Boeing reporta el despacho de 376 aparatos a 47 aerolíneas o compañías de leasing. El total de pedidos asciende a 5.000 unidades, en su mayoría del modelo Max, una cifra de gran impacto para las finanzas de Boeing. Garuda Indonesia, la aerolínea estatal le ha notificado a Boeing la cancelación del pedido de 49 aviones 737 Max por valor de 4 mil novecientos millones de dólares alegando que sus clientes desconfían de la operación de este modelo. Los analistas dudan de que el gobierno indonesio pueda lograr ese cometido dadas las condiciones del contrato.
Para los operadores de ese tipo de aviones, habrá una reducción temporal en los ingresos y es así como desde ya varios compradores piden indemnizaciones equivalentes al número de sillas dejadas de vender mientras los aviones sigan sin volar. De la misma manera, se espera que las familias de los fallecidos reciban compensación de comprobarse que hubo culpabilidad en los accidentes.
En la semana siguiente al incidente en Etiopia, el precio de la acción en el mercado de valores se había reflejado en una pérdida patrimonial que supera los 22.000 millones de dólares. No han sido suficientes los comunicados de la compañía expresando “plena confianza” en su modelo y luego de varias semanas la agencia que regula la operación aeronáutica, la FAA, sigue en sin determinar las causas precisas y menos aún las posibles soluciones.
Entretanto, algunos sectores políticos cuestionan el nombramiento de Patrick Shanahan un exejecutivo de Boeing como Secretario de Defensa encargado a quien se investiga por influir en la adjudicación de contratos con el gobierno federal. Nada nuevo en la conformación de un gabinete donde predominan personas adineradas cuyas decisiones no siempre se ajustan a los intereses nacionales.
Asimismo, como es costumbre en los círculos ligados a Washington desde el comienzo de la administración Trump, Boeing ha gastado en actividades de lobby 28 millones de dólares. El resultado ha sido ampliamente lucrativo para esa compañía teniendo en cuenta que le han sido adjudicados contratos por 400 millones para la construcción de bombarderos B1 y B2. Nada se mueve sin que los cabilderos metan la mano en la legislación.