Ante esta situación, el Consejo Noruego para los Refugiados instó al Gobierno a respaldar la Declaración sobre Escuelas Seguras del 2015, promovida por la Unesco y firmada por 75 países que se comprometieron a proteger a los estudiantes y docentes de los ataques en conflictos armados.
Al menos 44.829 estudiantes y 2.285 profesores se vieron obligados a suspender clases en el primer semestre del año por los enfrentamientos entre grupos armados ilegales en la región del Catatumbo, denunció este miércoles la ONG Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).
Según detalló la organización en un comunicado, unos 80 colegios del Catatumbo, región selvática y fronteriza con Venezuela, tuvieron que suspender las clases de forma temporal por "temor a la violencia", mientras que la infraestructura de la escuela La Pacheca resultó afectada por un ataque armado.
"Este ataque brutal contra lo que se supone es un espacio seguro para que los menores de edad aprendan, crezcan y jueguen es una grave violación de los derechos del niño. Poner fin a estos ataques debe ser una prioridad para el Gobierno", afirmó el director del NRC en Colombia, Christian Visnes, citado en la información.
Del Catatumbo, una de las zonas más pobres y olvidadas de Colombia, hacen parte los municipios de Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.
En esa zona operan además de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln), un reducto del Ejército Popular de Liberación (Epl), grupos de narcotraficantes y otros delincuentes dedicados a la minería ilegal.
Según las autoridades locales, los enfrentamientos del primer semestre en el Catatumbo, que dejaron un número indeterminado de muertos, fueron por disputas territoriales entre el Eln y el Epl, que es considerado por el Gobierno una banda narcotraficante.
Por otra parte, la ONG agregó que estos niños que no asisten a clases están "más expuestos" al reclutamiento forzoso por parte de grupos armados, así como a convertirse en "víctimas del trabajo y abuso infantil".
Desde enero pasado, han sido reportadas, según el NRC, 26 minas terrestres y restos explosivos cerca de las aulas escolares, que obligaron a suspender clases a 3.459 estudiantes.