La promesa realizada por el presidente Duque, a los académicos y científicos colombianos, de impulsar la conformación de una nueva misión de sabios ya es una realidad. En diez meses el país conocerá las recomendaciones que este grupo de expertos aportará para impulsar la ciencia y la tecnología en Colombia.
Sin desconocer el desafío que tiene la comisión de expertos nacionales y extranjeros, en lo que tiene que ver con entregar un informe al actual gobierno que se articule al Plan Nacional de Desarrollo, considero que el trabajo es más sencillo de lo que ellos mismos piensan.
En la intervención que hizo el presidente Duque, en el contexto de la instalación de la Misión, se dan algunas claves de lo que el actual gobierno estaría dispuesto a impulsar en los próximos cuatro años, dentro de lo que aparece la promesa del Presidente de que el presupuesto para la ciencia y la tecnología llegará al 1.5 del PIB en el año 2020 y que la educación superior pública seguirá siendo una prioridad en este gobierno. Estos dos anuncios, sumados a la declaración realizada por el Dr. Marco Palacios en el año 2014, en el sentido de que “Si tuviéramos que volver a reunirnos, presentaríamos el mismo informe” (refiriéndose a la posible reactivación de la Misión de Sabios de 1994), me dejan claro que el trabajo de los expertos están más que definido.
El hecho de que algunos de los sabios que estuvieron en los años 1993-1994 y que el Dr. Clemente Forero, Director de Colciencias de la época, hagan parte de la nueva misión es de especial significación para la continuidad de esta.
La verdad es que 25 años después de la entrega del informe de los sabios, el país ha cambiado y ha logrado comprender las complejidades del desarrollo científico y tecnológico; sólo basta apreciar el aumento significativo de los investigadores, los grupos de investigación, los programas de doctorado, los centros de investigación y desarrollo, las alianzas universidades-empresas, entre otros indicadores, para poder apreciar que existe mayor maduración, y toma de conciencia de los académicos, sector empresarial y sociedad en general, para comprender la importancia de fortalecer el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.
En lo que no se ha podido avanzar es en el compromiso de los gobiernos para inyectar más recursos al sistema institucional de ciencia y tecnología; no obstante, es importante reconocer que este gobierno ha comenzado a dar muestras claras de que quiere cambiar el errático compromiso de gobiernos anteriores y ha sancionado la ley que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. El anunció que el presidente Duque hizo en la instalación de la nueva Misión, de que la inversión en ciencia y tecnología, al final de su gobierno, llegará al 1.5 del PIB (actualmente el presupuesto en esta materia corresponde al 0.2% del PIB), es el elemento que cambia radicalmente el panorama y, si se hace realidad, permitirá que los miles de investigadores, grupos y universidades logren cristalizar iniciativas de mayor impacto científico y social para Colombia.