El informe mundial de felicidad de 2017 ubicó a Costa Rica en el puesto 12 entre 155 naciones.
Atendiendo a una invitación del organismo acreditador de programas de la República de Costa Rica (Sinaes) tuve la oportunidad de participar en una comisión de pares que tenía como propósito verificar in situ los criterios y estándares que este organismo ha definido para el proceso de acreditación de un programa de pregrado de la Universidad Nacional de Costa Rica.
Manteniendo los aspectos propios de la confidencialidad que tienen estos procesos de acreditación en todos los países, me permitiré comentar algunas generalidades que me llamaron la atención del país. Lo primero es que Costa Rica es una nación relativamente pequeña, con un territorio de 51.100 km2 y una población cercana a los cinco millones de habitantes. En términos comparativos Costa Rica es un poco más pequeña en extensión y población que el Departamento de Antioquia.
En las similitudes con Antioquia, Costa Rica tiene acceso a dos océanos, solamente separados por 119 km, lo que permite a sus habitantes un vínculo expedito al Pacífico y al Caribe; lo anterior unido a su posición geográfica (en la mitad de toda América) y su diversidad en flora y fauna (5% de todo el planeta), tal vez, explica el enorme potencial turístico. Hasta aquí las similitudes con Antioquia.
En el año de 1948 Costa Rica por propia voluntad tomó la decisión de abolir el ejército, lo que la constituye en uno de los catorce países en el mundo con esta condición (de estos países Costa Rica es el más grande). Es meritorio que Costa Rica, a pesar de su tamaño relativo, y de estar ubicado en un continente “inestable políticamente” diera este salto a la abolición del gasto militar dejando sólo una fuerza policial para el control del orden público. Esta decisión de no tener ejercito es lo que explica que Costa Rica pueda invertir cerca del 23% de su presupuesto en políticas sociales y tenga el índice de pobreza más bajo de América Latina y el Caribe.
Costa Rica posee un sistema universitario conformado por 72 instituciones de educación superior, entre públicas y privadas y como parte de su política de educación pública no apoya la duplicación de los programas académicos (una vez una universidad aprueba un programa específico éste no lo puede crear otra institución) y mantiene fondos de bienestar universitario dedicados al apoyo estudiantil que han ayudado a bajar las tasas de deserción de manera importante. Según datos del Banco Mundial la matricula en programas de pregrado asciende a los 102.000 estudiantes y en posgrado es de 7.000.
Según el Banco Mundial, Costa Rica ha logrado crear su propia Marca Verde, lo que lo constituye en referente internacional en logros y políticas ambientales; es el único país tropical que en el ámbito mundial ha logrado detener la deforestación gracias a su programa de pago por servicios ambientales.
Costa Rica como todas las naciones de Latinoamérica no se escapa a las influencias económicas de la región, no obstante, mantiene buenas prácticas relacionadas con el control de la regla fiscal, lo que la ha llevado a tomar decisiones de ajuste que afectan a la población.
Colombia y sus universidades deberían ver con interés a Costa Rica y deberían promover acciones y programas de acercamiento mutuo. Estamos acostumbrados a mirar hacía otros contextos (USA y Europa) teniendo vecinos cercanos con historia y cultural similares con Costa Rica.
En Costa Rica el término “Pura Vida” es sinónimo de “buenos días”, “de nada” o “hasta luego”, pero también bienestar, optimismo.