¿Minga?

Autor: Alfonso Monsalve Solórzano
30 marzo de 2019 - 11:04 PM

Me parece una agenda de resistencia que usa todos los métodos de lucha, legales e ilegales, pacíficos y armados, ahora que vienen las elecciones regionales y se prepara el asalto final a la democracia

La palabra MINGA, de origen quechua, tiene cuatro definiciones en el Diccionario deAamericanismos de la RAE                                                                                                                                         

f. Co, Ec, Py; Pe, Ch, Ar, rur. Reunión de amigos y vecinos que solidariamente realizan un trabajo en beneficio de alguno de ellos. (mingaco).  

Ec, Bo:SO; Pe, rur. Trabajo agrícola colectivo que se realiza gratuitamente y con fines sociales. (minca).                                                                                                                                              

Co. Institución social de solidaridad, vigente en los pueblos indígenas y campesinos.                                                                                                                                                                                                                            

Ar:N, Ur. Fiesta o convite que el beneficiario de un trabajo común ofrece a quienes le han ayudado.

Como se ve, en las cuatro, significa trabajo cooperado y solidario y sólo en Colombia se trata de comunidades indígenas como “institución social de solidaridad”. En ningún caso está asociado a la violencia y al abuso extremos -muertos, explosiones, secuestros, destrucción de carreteras, amenazas- a los que los indígenas del Cauca están sometiendo el país con peticiones absurdas, muchas, porque desbordan la capacidad operativa del estado y otras, porque superan los alcances de un movimiento gremial.

Lea también: El ruido y la furia

En el primer caso, está la de entregarles 41.000 hectáreas adicionales a las 500.000 que ya tienen, de las tierras más ricas del Cauca. Pero la estructura de tenencia de la tierra en las comunidades indígenas no permite la propiedad privada cada individuo -incluyendo los niños, que, de ser posible, asignaría 1.8 hectáreas por cabeza. Lo que existe es una entidad colectiva, el Cric, organización jurídica que los maneja y administra más de medio millón de hectáreas; esto la convierte en una de las entidades terratenientes más grandes del país. Lo que no sería malo en sí mismo, si el país pudiese ver los resultados económicos y la mejora de la calidad de vida de sus miembros por la riqueza que están en condiciones de producir, más todavía con los billones de pesos que les ha entregado, a pesar de lo cual, todavía exigen 4.6 billones más.

Lo que parece ocurrir es que semejante potencial económico no se revierte en crecientes condiciones de vida de los indígenas, sino en el control de su gente por un puñado de dirigentes, y de un poder político que, cuando quiere, puede poner en problemas al país entero., que tiene agenda política íntimamente ligada a la izquierda radical -están en su derecho- que se usa para poner contra las cuerdas indebidamente -lo que es inaceptable- al gobierno, más aun en época electoral como la actual, exigiendo la persecución a  los paramilitares, lo cual está muy bien,  pero dejando brillar por su ausencia la exigencia de la persecución a las disidencias de las Farc, que son los principales narcotraficantes de ese territorio, junto, precisamente, con el Eln, con el cual exigen mesa de negociación..

Y a pesar de que usan explosivos-que les han explotado en sus propias manos- y disparan y asesinan a agentes del orden, “exigen” que se desmonte el Esmad, primera línea de defensa de la institucionalidad en los disturbios. Ya han aumentado sus demandas a la oposición del uso del fracking, aunque reclaman dinero de inmediato, y se oponen a que el congreso estudie las objeciones a la JEP, a pesar de que la Corte ya le dio luz verde a su trámite Y ordenan que las consultas populares sean tenidas en cuenta sin ninguna objeción. No sé a ustedes, pero a mí me parece una agenda de resistencia que usa todos los métodos de lucha, legales e ilegales, pacíficos y armados, ahora que vienen las elecciones regionales y se prepara el asalto final a la democracia en el 2022. Auguro, de nuevo, que habrá pocos días de paz social. Si es que hay alguno, en los próximos meses y los próximos años.

Lo invitamos a leer: Oposición

Yo siempre he sido un convencido que el país blanco y mestizo tiene una deuda con las comunidades indígenas y que hay que pagarla y pronto, si queremos un país inclusivo. Lo que no pude ser es que algunos de los dirigentes de esa comunidad utilicen sus avances en la constitución y su poder político para poner en jaque al estado de derecho, que es el que les ha permitido tales logros.  No confundamos una minga con una asociación para delinquir.                                                                                                                                                                                           

 

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Comentarios:

Julián
Julián
2019-04-01 11:21:04
Estado*
MIGUEL
MIGUEL
2019-03-31 12:09:46
DOCTOR MONSALVE SOLÓRZANO, CONSIDERO QUE ES MEJOR QUE LEAMOS A ELEJADE ARBELÁEZ, EN ESTA MISMA EDICIÓN. UN ABRAZO.

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