Todos estos últimos hechos son consecuencia, evidente, de las “otras formas de lucha”, del comunismo en su afán de apoderarse de la nación
Es bien conocido el estribillo del comunismo internacional, socialismo del siglo XXI o mejor mamertismo a nivel local, que reza palabra, más o palabra menos, que para alcanzar sus objetivos “utilizan todas las formas de lucha”, con lo que también suelen tratar de justificar las tropelías y abusos que suelen cometer.
Pero, ocurre que una de dichas “formas de lucha”, es mucho más sutil, y suele pasar inadvertida, aunque sus efectos son devastadores. Se trata de la conformación de un grupo élite de autonombrados “intelectuales” que suelen aparecer frecuentemente firmando comunicaciones buscando los objetivos comunes al movimiento. Hay cierta confusión en la definición de intelectual, porque en una parte se habla del “uso predominante de la inteligencia” lo cual puede aplicarse para bien o para mal. Por otra parte, se habla de quien “se dedica al estudio y la reflexión crítica sobre la realidad” y hasta ahí: muy bien, aunque, con frecuencia, les falta ecuanimidad y sindéresis. También se dice que “comunica sus ideas con la pretensión de influenciar sobe la opinión pública”, y entonces empiezan los problemas. Bastaría considerar el accionar de la “gavilla mediática”.
Algunos de estos autonombrados intelectuales son, según sus apologistas, los “que piensan”, los “cultos”, los “dueños de la verdad”, y así por el estilo. Su presencia se manifiesta en su accionar con el que muy sutilmente imponen sus propósitos. Un ejemplo está en el nombre que, precisamente, impusieron a la biblioteca del Alma Mater, cuando recién había muerto el autor del “libre desarrollo de la personalidad” y la “dosis mínima”, en lugar de recordar a Marco Fidel Suárez o Tomás Carrasquilla.
Uno de los accionares más frecuentes dentro de las actuaciones de esta élite, es el uso acomodado de las palabras y va un ejemplo reciente: A raíz de las tropelías de la reciente minga indígena, llegó a afirmarse que la actuación del presidente Duque fue “responsable” porque no recurrió a la fuerza para imponer la ley, y fue muy laxo permitiendo saqueos y bloqueos. Pero si en Venezuela se recurre a una fuerte represión de los movimientos de protesta, ¡ahí sí! es responsable el gobierno de Maduro. Es evidente el espíritu acomodaticio que suelen utilizar. Y así ocurre con muchas circunstancias tratando de minimizar las actuaciones nefastas de la Farc. Se endiosan algunos personajes como el profesor Mockus y se entroniza la secta de los intocables como los senadores Cepeda y Petro.
Permanentemente están invocando el principio de la no intervención o injerencia en los asuntos internos de una nación, pero cuando se trata, por ejemplo, de Cuba haciéndole el mandado a Rusia, tienen, como en las novelas de Ian Fleming, “licencia para matar”.
Esta casta seleccionada de pseudo intelectuales, también ha concluido que los problemas de Colombia se deben a la sumisión a los Estados Unidos y aceptando, en gracia a discusión, esta afirmación, cabe preguntar: ¿Será que quieren, más bien, la sumisión a Cuba y a Rusia o China?
Otra de las misiones fundamentales de esa cofradía de “pensadores”, es la de infiltrarse, que precisamente es otra de las formas soterradas de lucha, en todos los estamentos de la Nación, para lograr al decir de Mao “moverse como peces en el agua”. Y ¡lo han logrado! como puede verse en el comportamiento de algunos estamentos jurídicos como el de la Corte Constitucional.
A todas estas, la comunidad parece como si estuviera adormecida por los “cantos de sirena” que permanentemente están emitiendo los representantes y voceros de esa élite de “pensadores”. Desgraciadamente la comunidad, en general, se ha tragado demasiados “sapos” al decir del expresidente quien sigue actuado como aquel “espíritu burlón” que entre las sombras “se reía”, y al cual debieran endilgársele muchas responsabilidades como las que, indudablemente, tiene en el nefasto Acuerdo de La Habana. Pero sus responsabilidades van mucho más allá: Por ejemplo: habría que mencionar el plebiscito y los resultados de algunos eventos electorales, a todas luces, amañados por el entonces primer mandatario. Porqué, por ejemplo, también. ¿Si a Petro le va tan mal en toda clase de encuestas resulta con los votos que le dejó como herencia Santos? ¿Y qué pensar del “tal” Estatuto de la oposición?
Todos estos últimos hechos son consecuencia, evidente, de las “otras formas de lucha”, del comunismo en su afán de apoderarse de la nación, cohonestadas y propiciadas por el gobierno nacional anterior. En otros escritos, se tratará de analizar las conformaciones de otros grupos claramente infiltrados por el mamertismo, como el de los “líderes sociales” y las “víctimas”.
Últimamente se ha armado un gran debate, orquestado, claro, por los “intelectuales”, en contra del exprocurador Ordóñez, quien, palabra más o palabra menos, manifestó que el comunismo, o chavismo, o mamertismo, “todos son uno”, podría estar aprovechando para infiltrar en la marejada de inmigrantes que huyen de Venezuela, a verdaderos quintacolumnistas para imponer el socialismo del siglo XXI. ¿Quién lo sabe? ¿No será “otra de las formas de lucha”?
Al decir de nuestras matronas: “Nos van a velar parados”. ¡Despierta Colombia!