Debe recurrirse a las fórmulas que utiliza la ciencia política para medir una política pública, y cualquier ciudadano puede intentar su propia conclusión sin tragar entero
Cada uno de nosotros recibe un mínimo de diez mensajes diarios en los que alguien opina sobre las medidas tomadas en cada país sobre la pandemia, y en los noticieros abundan las críticas en todas las geografías del planeta, lo que desconcierta a la mayoría.
En mi canal de You Tube, y en su línea Política para Extraterrestres, intenté resolver esta situación en un video para quien está angustiado también con esta situación de incertidumbre que se suma a todas las demás dudas que tenemos:
En él, básicamente lo que digo es que la ciencia política ya nos ha dado instrumentos para entender las decisiones políticas y que no podemos olvidarnos de esas ayudas. Esto sobre todo para no dejarnos mangonear de los opinadores, muchos de los cuales son serios, pero un gran número también auténticos ideólogos aprovechándose de la tragedia, y a veces ignorantes crasos con ínfulas científicas. Este es el método que propongo para que cada uno califique:
En primero lugar, hay que reconocer que quien debe tomar las decisiones es el que la Constitución dijo que debía hacerlo, llámese presidente o alcalde, obviamente con los respectivos controles institucionales y mediada la democracia deliberativa necesaria en nuestros modernos sistemas políticos (o sea, escuchar a expertos, comunicadores y ciudadanos).
Pero dicho esto, no queda claro si lo están haciendo bien o no, y ahí es donde cada uno puede opinar sin límites y a veces de manera irresponsable. Por eso considero que debe recurrirse a las fórmulas que utiliza la ciencia política para medir una política pública, y que cualquier ciudadano puede intentar su propia conclusión sin tragar entero lo que le dicen en redes y medios no siempre neutrales.
Los autores nos dicen que el paso inicial es determinar si la autoridad reaccionó rápidamente al problema. Mire cada líder de este país y de otros y póngale 0 si reaccionó tarde o 5 si fue rápido, o una nota en el medio. Actuar es lo primero en políticas públicas y actuar pronto.
Luego mire si las medidas tomadas eran en ese momento objetivamente eficaces, con independencia de los resultados, aunque estos son una pista para medir también lo adecuado que fue una política. Es decir, pregúntese si lo que decidió un presidente o una alcaldesa o un gobernador era lo que tocaba hacer en el momento. No se concentre en lo que pasó después sino en si esa persona además de actuar rápido hizo lo que debía hacer, lo adecuado.
Para medir lo anterior se debe mirar lo que dicen las normas, lo que establecen los protocolos nacionales e internacionales y lo que para esa época decían los expertos sobre el asunto. Las emergencias desbordan a veces los protocolos y el conocimiento de los expertos como en este caso, pero no es culpa de nadie, ni de los expertos ni de los políticos. Para dar un ejemplo, en Armenia el protocolo de terremotos decía que los bomberos debían hacer esto y aquello, pero lo primero que se cayó fue la estación de bomberos y entonces había que acudir a otros protocolos o hacer lo sensato si estos no lo decían.
Todo esto es para decir, y no quiero defender ni a Duque, ni a Trump, ni a Claudia ni a Bolsonaro o a Sánchez, sino pedir objetividad al juzgar sus políticas públicas anticoronavirus, incluso de manera comparativa. Mejor dicho, como decimos en Medellín, no nos podemos olvidar de que “si uno supiera por donde se va a caer pasaba arrodillado”. Pero entonces, ¿cómo lo medimos? Dirá usted.
En derecho no se puede exigir lo imposible a nadie, pero en política se acostumbra hacerlo y es injusto. No se puede adivinar, no es una obligación. El gobernante debe actuar rápido, consultar protocolos, consultar expertos y actuar, como decimos en derecho de personas “como un buen padre de familia”. En síntesis, Debemos ver si el gobernante hizo lo que parecía adecuado en ese momento y no lo que después resultó que debía ser lo adecuado En este examen unos se queman y otros se salvan. Pero yo no les voy a decir mi opinión. Tomen la fórmula que les doy proveniente de varios autores y aplíquenla ustedes mismos. Luego vean los mensajes en redes y decidan si el que juzga esas políticas lo hace con la sensatez que les he explicado o no.