¿CNE o Corte Electoral?

Autor: Rubén Darío Barrientos
16 agosto de 2019 - 12:00 AM

Ese nombre de magistrado pesa mucho, para feriarlo a las apetencias políticas rastreras.

Medellín

Rubén Darío Barrientos

Está de moda por estos días, el Consejo Nacional Electoral (CNE), toda vez que éste designó una comisión para estudiar el expediente que presuntamente vincula a Odebrecht con la campaña Santos presidente 2014 (indagación preliminar, fue la recomendación y citación al expresidente para el 4 de octubre, una de las decisiones). En los tres magistrados recayó esa responsabilidad primigenia: Doris Méndez (Liberal), Renato Contreras (Centro Democrático) y Luis Guillermo Pérez (sectores de izquierda). El primer rifirrafe se produjo porque algunos decían que se debería declarar impedida la magistrada Méndez, porque pertenece al partido de Santos. Pero, las cosas siguieron como venían y no hubo tal. Esta “papa caliente” de Odebrecht estaba cerrada ante el CNE, pero el testimonio de Sanmiguel, enviado por la Fiscalía fue el detonante para la reapertura.

Refirámonos de una vez al CNE, que es una institución colombiana bajo la égida de la Constitución Nacional de 1991, diseñada para la inspección y vigilancia suprema de la organización electoral. Se integra por nueve miembros, elegidos por el Congreso de la República en pleno, para un periodo de cuatro años. ¿Quiénes postulan? Los partidos o movimientos políticos con personería jurídica o por coaliciones entre ellos. Y su nómina la paga la Registraduría. El actual, está bajo periodo hasta 2022. Todos los reparos del mundo le caben al CNE.

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Los peros a esta entidad, son especialmente: (i) Los partidos políticos ponen sobre la mesa sus fichas, para la elección de los magistrados, (ii) Sus miembros quedan hipotecados a congresistas y a sus partidos políticos, (iii) El grupo de asesores y asistentes, son recomendados por partidos políticos o por congresistas, (iv) Los partidos políticos controlan la institución, (v) La sala sesiona unos 4 días al mes y no hay cronograma de actividades, (vi) Sus miembros pasan mucho tiempo en el Capitolio, adicionando cucharadas de espeso jarabe político (vii) Se ha vuelto una entidad al servicio impúdico de los partidos, (viii) Está tomado por intereses clientelistas y (ix) No hay concurso de meritocracia.    

¿Y dónde está la calidad académica de los magistrados? Incluso, se recuerda una propuesta que tenía la anterior reforma política consistente en eliminar el CNE, porque está ausente su independencia, y crear una nueva autoridad electoral que tenga incluso autonomía presupuestal. En otras palabras, darle origen a una Corte Electoral independiente. En el año 2004, Horacio Serpa en una declaración televisiva, dijo tranquila y serenamente: “tenemos la mayoría política del CNE”. Del magistrado del Partido de la U, Hernán Penagos, se expresa que es un consentido de Santos. Si rebobinamos, recordamos que el anterior CNE tenía 5 magistrados adscritos a la Unidad Nacional, que hacían mayoría frente a dos del Partido Conservador, uno del Centro Democrático y uno del Polo Democrático.

La actual composición, presenta este mapa: dos magistrados del Centro Democrático (Pedro Felipe Gutiérrez y Renato Contreras), dos magistrados del Partido Conservador (Heriberto Sanabria y Jaime Luis Lacouture), un magistrado del Partido de la U (Hernán Penagos), dos magistrados del Partido Liberal (Doris Méndez y César Augusto Abreu), un magistrado de Cambio Radical (Jorge Enrique Rozo) y un magistrado de izquierda (Luis Guillermo Pérez). Toda una vergüenza ser magistrado (contrasentido), con la camiseta de un partido político y sin independencia, como la debe tener un juzgador.

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En las discusiones de la Constituyente de 1991, se reiteraba la importancia de que el CNE reflejara la composición política del Congreso, lo que es inaceptable. Entre los magistrados, suelen suscitarse insultos y acusaciones, todos de raigambre politiquera. Al magistrado Luis Guillermo Pérez, la sala plena le impidió revisar el expediente del caso Odebrecht. Le dijeron claramente: “No se lo vamos a entregar”. ¿Y la ética de la Sala? ¿Y la neutralidad de la institución?

Repito: se debería eliminar esta entidad y darle paso a una Corte Electoral independiente. Con magistrados académicos, con meritocracia, con personas sin conexidad con el Congreso, con auténticos juzgadores… Ese nombre de magistrado pesa mucho, para feriarlo a las apetencias políticas rastreras. ¿Qué tienen que hacer los magistrados en el Congreso, muchos días del mes? Este deseo aludido, que es el de muchas personas en el país, ojalá pueda cristalizarse. Por la misma democracia, que sucumbe ante una composición y unas decisiones, dignas de mejor suerte. Los arúspices han pronosticado que esta investigación por el caso Odebrecht será un saludo a la bandera. Los intereses políticos aplastarán la profundidad de la investigación.

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-08-16 08:14:48
Por supuesto que la investigación del CNE a J M Santos por lo de Odebrecht es una farsa, como para reír, porque va a ser absuelto. Ese circo debería ser desmontado cuanto antes, da vergüenza ajena.

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