Dar continuidad al semestre académico es un deber moral
El Decreto 491 de 2020 que adopta medidas de urgencia para garantizar la atención y la prestación de los servicios por parte de las autoridades públicas, en el artículo 15 garantiza que no se suspenda la remuneración mensual o los honorarios de los profesores universitarios, independiente de su tipo de contratación. Además se prevé que en caso de que por alguna razón no se pueda realizar la función contratada, de manera excepcional los servidores públicos podrán desarrollar “desde sus casas actividades similares o equivalentes a la naturaleza del cargo que desempeñan.”
Con el anterior parráfo de fondo me refiero a los llamados que realizan estudiantes de diferentes universidades públicas a través de diferentes Hashtags como #YoNoMeConecto #SuspensiónDeSemestreYa, en donde se exponen argumentos, puntos de vista, relatos personales, entre otros, para sustentar que las universidades públicas y sus profesores no están preparados para mantener las clases con los estándares académicos que brinda la docencia presencial.
Además de las deficiencias en la docencia asistida por medios virtuales, los estudiantes indican que muchos compañeros no cuentan con las condiciones de conectividad en sus casas y no todos cuentan con equipos de cómputo adecuados que permitan soportar la comunicación en línea. A pesar de que un grupo importante de estudiantes tienen las condiciones para continuar sus clases desde sus casas, se llama a la solidaridad por los compañeros que no tienen los recursos, las condiciones locativas, están afectados emocionalmente, han tenido que asumir nuevos roles para apoyar a sus familias, entre otras circunstancias, y que no podrían continuar recibiendo las clases a través de internet.
Los anteriores llamados contrastan con los que hacen estudiantes argentinos por medio de los Hashtag #todosconectados #estudiemostodos #DatosLibresEducacionPublica etiquetando a las empresas de telefonia móvil para que liberen datos (acceso libre y sin costo) con uso específico para la Educación. Argentina se ha caracterizado por tener un sistema de educación superior gratuito, de acceso libre e irrestricto y una gran tradición en el contexto de la Autonomía Universitaria.
En el momento actual antecedido por un año de anormalidad académica en las universidades públicas colombianas y con el cierre físico de las instalaciones por la emergencia sanitaria, que no permite dar continuidad a las actividades presenciales, resulta impensable suspender clases para esperar la reactivación del semestre de manera presencial, en fecha cada vez más incierta. La decisión adoptada por la Universidad de Antioquia de dar continuidad al semestre, adaptando los cursos en formato virtual, es una medida responsable que debería ser valorada y respaldada por los estudiantes.
En este momento suspender el semestre académico pone en riesgo el llamado a nuevas admisiones (es muy posible que la UdeA sólo haga un llamado a admisiones en el año 2020), lo que agrava la situación económica de muchas familias que dadas las circunstancias actuales (pérdida de fuentes de empleo o disminución de ingresos familiares), no cuentan con recursos para matricular a sus hijos en universidades privadas. Muchas facultades de la UdeA se encuentran finalizando el semestre 2019-2 y algunas depedencias como la Facultad de Educación avanzan en el semestre 2020-1, habiendo cancelado la realización del semestre 2019-2. En la actualidad se tienen estudiantes admitidos desde el año pasado que aún no inician estudios.
De la manera en que la comunidad de la UdeA resuelva la actual coyuntura dependerá que miles de estudiantes que terminaron su bachillerato en el año 2019 y los que terminarán en este año, tengan posibilidad de tener un cupo en la Universidad de Antioquia. Pero lo más importante es que como comunidad logremos superar el momento actual, con empatía, solidaridad y comprensión. Es preciso reconocer que existen muchos temas sobre los cuales se debe mejorar en la docencia virtual, pero lo más importante es que nos unamos para lograr superar la presente crisis y que nuestras vidas sufran la menor afectación posible.
Sugiero a las directivas de la Universidad de Antioquia pensar en programas e iniciativas que permitan identificar los estudiantes que tienen dificultades de conexión (acceso a internet o equipo de computo), o están afectados de manera emocional o que han tenido que asumir compromisos laborales para sostener a sus familias, para brindarles acompañamiento y aportar una solución. En estos momentos de gran sensibilidad social y en donde el sector público y empresarial están recabando recursos de apoyo algunos de éstos podrían ser dirigidos para la Universidad Pública.
La iniciativa adoptada por el Consejo Académico de la Universidad de los Andes, de introducir, de manera excepcional por esta contigencia, cambios en el sistema de evaluación decidiendo que las notas de las diferentes asignaturas serán de carácter cualitativo (aprobado o reprobado), es una buena alternativa para que aquellos estudiantes que no lograron o pudieron continuar los compromisos académicos no se perjudiquen. Estas iniciativas deberían ser revisadas por otras universidades.