El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
¿Dulcecito o dulcesito?La construcción de estos diminutivos causa muchas dudas, aunque la norma es de las más sencillas del sistema ortográfico del castellano/español. Miren: el elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo (¿recuerdan?: prefijos, interfijos y sufijos). Este sufijo que usamos para formar diminutos se escribe con ce: “-ito” se convierte en “-ecito”, “-ececito” o “-cito”.Pero si la base, es decir, aquella parte de la palabra que no cambia, tiene la consonante ese, lo que hacemos es agregar el sufijo “-ito”: oso se convierte en osito, casa en casita, cosa en cosita, porque la otra opción, incorrecta por supuesta, sería, por ejemplo, “cascita”, y no, no funciona así.Lea también: ¿Ultimadamente o últimamente?Ahora, piensen en esto: ¿cómo formarían el diminutivo de clase? Pronuncien el diminutivo. ¿Ya? Notaron que la palabra no sufre ningún cambio y que se le agrega “-cita”. ¿Qué queda?: clasecita. Es muy diferente al caso de osito, que la forman “os” más “-ito”, mientras que a clasecita la forman “clase” más “cita”.De esas que casi nunca usamosFlamear. No es tan tan rara porque usamos palabras como flama o inflamable. Este verbo viene de la palabra latina flamma, que significa “llama”, por eso tenemos la ya citada flama (que puede significar “llama” o “reflejo que la llama produce”), y también por eso inflamable es aquello que se enciende con facilidad y causa, por lo tanto, llamas. ¿Pero qué es flamear? Pues puede ser “echarle” llamas a un alimento usando licor. Puede ser, también, “echarle” fuego a un animal muerto para acabar de quitarle las plumas o los pelos, según sea la especie. O quemar la superficie, por ejemplo, de un recipiente para esterilizarlo.Pero también tiene un significado sin fuego: “Dicho de una bandera: Ondear movida por el viento, sin llegar a desplegarse enteramente” (imagínense una bandera colgada en un barco).
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en respuesta a recientes informaciones de prensa sobre contrataciones del Ministerio de Transporte de Colombia con la empresa Marketmedios, se permite aclarar lo siguiente:En 2015 y 2016, el Ministerio de Transporte de Colombia realizó tres procesos competitivos para la contratación de servicios de organización de eventos y campañas publicitarias para promover la seguridad vial y la política de logística del país. Dichos contratos fueron pagados con fondos de dos préstamos del BID al Gobierno de Colombia.Como en todas las operaciones del BID, estos procesos competitivos fueron examinados en su momento por el personal especializado del Banco. Una vez verificado que se realizaron de acuerdo a las políticas de contrataciones y a las regulaciones del BID, que siguen el criterio del menor costo, se otorgó la no objeción al Ministerio para que procediera a la contratación. El Ministerio posteriormente otorgó dos contratos adicionales a la empresa Marketmedios bajo la figura de continuidad contractual.Cabe mencionar que estos procesos competitivos fueron llevados a cabo con posterioridad al retiro del Sr. Roberto Prieto como director ejecutivo de Colombia ante el directorio del BID, y sin que existiera ninguna relación accionaria del Sr. Pietro con Marketmedios.No obstante lo anterior, el Banco ha ordenado el inicio de una investigación independiente, sobre los procesos contractuales que se hayan realizado en Colombia con el Ministerio de Transporte y otras entidades del Estado mencionadas en los medios recientemente, que hayan recibido empréstitos o apoyo técnico del BID.
Suky Morgan: Buenos días, Juan David. Tengo una inquietud acerca del uso de la palabra “romboy”/“rompoy”. ¿Está muy mal dicho?En algunas regiones de Colombia, Antioquia entre ellas, es muy usada la palabra “rompoi”, que tiene su origen en la inglesa round point. Es inglesa la palabra e inglés el invento porque aunque en Estados Unidos había un par de vías circulares antes de la invención de estas construcciones, la primera glorieta, tal y como hoy las vemos, fue construida en Inglaterra. Y miren que uso la palabra glorieta, que nos llegó del francés. Otra de las nuestras es rotonda, que nos llegó del italiano.Ahora: ¿es incorrecto decir rompoi/rompoy o romboi/romboy? Puedo decirles que el Diccionario de la lengua española no incluye ninguna de estas. El Diccionario de americanismo solo tiene la palabra romboi. Entonces, les dejo dos ideas: es natural que un idioma alimente al otro, especialmente un idioma cuya cultura inventa artefactos, estructuras y cualquier cosa que haga la vida más “cómoda”. Mejor dicho, si el round point es inglés, es natural que la palabra en inglés se riegue. La segunda idea es que en español tenemos palabras para nombrar ese objeto (glorieta y rotonda son, tal vez, las más usadas. En Ecuador dicen redondel, en Perú dicen óvalo).Así que, elijan cuál les suena mejor. Yo prefiero glorieta.Vea también sobre las palabrasSubbase y reeditar¿Es correcto duplicar letras en español? O mejor: ¿es correcto escribir dos vocales o dos consonantes seguidas? Ustedes saben que “sub” y “re” son prefijos, es decir, elementos que se escriben antes de una palabra para modificar su significado (hay que decir que, en general, se escriben pegados, soldados, a la palabra, y que excepcionalmente se usa el guion o se escriben separados). “Sub” significa “debajo de” e “inferior”, por eso subsuelo es “debajo del suelo” y subbase es “debajo de la base”. Sí se puede duplicar la letra b, aunque se vea raro. Entre otras razones porque si escribo “subase”, ¿entenderían? Yo no entendería, lo confieso, y pensaría que me están diciendo “súbase al carro”.Hay casos en los que sí es correcto escribir solo una: “subranquial[U1] ” en vez de “subbranquial”, por ejemplo. Esta sí la entienden con una sola be, ¿verdad? En el caso de las vocales es más frecuente omitir una, aunque también es correcto duplicar. Puedo decir “reeditar” o “reditar” cuando quiero significar “editar otra vez”. Pero es mejor decir reemitir (volver a emitir). ¿Se imaginan por qué? Simple: porque existe el verbo remitir (enviar a otro lugar, como en las remisiones médicas). Es mejor evitar confusiones.Vea también sobre las palabrasRocambolesco. Algo rocambolesco es exagerado, difícil de creer (aunque real), extraordinario. Un[U2] a persona es rocambolesca, por ejemplo, cuando actúa o se viste estrafalariamente, extravagantemente.
Para mi fue una conmoción descubrir que un edificio llamado Etemenanki, que existió por el año 1750 antes de Cristo en el reinado de Hammurabi en la antigua Babilonia, era esa misma edificación mítica con la que nos aterrorizó don Jonás Mendieta en las épocas de niños estudiantes, cuando nos habló de la Torre de Babel.Lea también: La fe ciegaHistriónico don Jonás, nos pintó esa torre descomunal en el tablero: era una construcción de dimensiones irracionales, pues pretendía tocar el cielo. Una especie de abuso que Dios no estaba dispuesto a soportar y es por ello que boicoteó el proyecto.Y entonces don Jonás nos leía la biblia en voz alta para reafirmar su tesis: “Pero Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban edificando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua; siendo este el principio de sus empresas, nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros»”.Si señor, el muy intolerante de Yahveh confundió las lenguas. El proyecto fracasó.Hoy ya se que el famoso edificio existió y no superó los 60 metros de altura, que el mito judeocristiano es precisamente eso, un mito; pero se también que la confusión persiste porque las palabras o van desapareciendo o cambian de significado.¿Qué opina usted por ejemplo de la palabra dignidad?En términos etimológicos se nos explica que proviene del latín dignitas, quien a su vez se origina en dignus (digno, merecedor).En términos de nuestra lengua es un adjetivo que, ya profundizando, hace referencia a que “es proporcionado y correspondiente la condición o el mérito de algo o de alguien. Que posee dignidad, nobleza, decencia o decoro y se obra o comporta con ella. Se dice de una cosa, que se puede resignar o aceptar sin desdoro”.También “hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador, pues las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad”.Finalmente uno entiende el concepto, pero la pregunta es: ¿cómo se aplica?, ¿qué se ha hecho de la dignidad en nuestro país?Usted disculpe, pero cualquiera sea su posición ideológica, considera de verdad que un personaje como Nestor Humberto Martinez ¿ha sido un abogado digno, un fiscal digno?¿Ostenta la condición de digno el señor Macías orondo presidente del Congreso de la República?¿Son dignos los alcaldes y gobernadores que han sido atrapados in fraganti en actos de corrupción manifiestos o mintiendo de manera descarada sobre sus acreditaciones de estudios, inventando doctorados y hasta cartones de bachillerato?¿Son dignos los senadores y representantes que defienden en manguala los proyectos de ley y los funcionarios que actúan en contra de los intereses nacionales y los derechos de las gentes?, ¿Es digno un personaje como el exprocurador Ordoñez?De verdad ¿hay dignidad en quienes avalaron el ascenso del General Nicasio Martinez, comprometido en la barbarie de los falsos positivos? ¿Es digno el militar del ascenso que se le ha concedido?.¿Actúa toda esa gente con nobleza, decencia y decoro?Le puede interesar: ¡Los meros machos!Qué entiende usted y qué entiende toda esa gente por dignidad?Una cosa tan elemental como recobrar el verdadero sentido a las palabras, puede ser una manera de dar comienzo a la revolución del “atreverse a pensar”.¡Intentémosolo!
No se trata de borrar, y mucho menos de olvidar. La historia está escrita, no se puede cambiar, pero el homenaje y el respeto debeser con las víctimas, no con los victimarios. Por eso hoy desapareció el edificio Mónaco, un monumento a la crueldad, a la maldad y al terror, que después de décadas seguía en pie, lastimando heridas ante las incesantes e indolentes miradas de quienes se quedaron en el pasado, con la imagen de una ciudad castigada y flagelada, y no con la que proyecta la Medellín de hoy, de valentía, superación, pujanza e innovación.Fueron apenas cuatrosegundos, con 275 kilos de Indugel y 400 metros de cordón detonante, lo que demoró en caer el antiguo fortín de Pablo Escobar, ubicado en el exclusivo sector de Santa María de los Ángeles, en El Poblado. Una detonación controlada que derribó el lujoso inmueble que a mediados de los ochenta construyó el capo, fundador y jefe del desaparecido cartel de Medellín, protagonista de la más dolorosa realidad que ha vivido hasta hoy ciudad alguna en todo el territorio colombiano.Lea:El acoso sexual atemoriza a las mujeres en el Centro“Hoy queremos tributar un homenaje a los héroes y a las víctimas de una época que duele, el derribo del derruido edificio Mónaco es un momento de inflexión en nuestra historia. Es, a la vez, el primer instante del memorial en honor a las víctimas y los héroes que ocupará ese mismo lugar, donde serán los nombres y no los alias los protagonistas del valor de esta ciudad”, razón de ser de la iniciativa Medellín abraza su historia, impulsada por la Administración de Federico Gutiérrez Zuluaga a partir de una profunda reflexión sobre el pasado reciente y doloroso que vivió Medellín y los motivos por los cuales esta capital ha sabido levantarse luego de sus horas más oscuras.“En 1991 fuimos la ciudad más violenta del mundo; el narcoterrorismo nos llenó de ausencias pero no de olvido”, reza la iniciativa con la que se espera dar inicio a una nueva era para la ciudad en materia de turismo nacional e internacional.Es que “olvidar a las víctimas es matarlas por segunda vez. Es un deber de las sociedades mantener vivas en el recuerdo, a través de símbolos y memorias, a aquellas personas que injustamente dieron su vida por causas terribles como el terrorismo... más que la destrucción del edificio es la construcción de un lugar donde nosotros como sociedad podamos recordar y no olvidar lo que aquí ocurrió”, opina el abogado Juan Luis Mejía, rector de la Universidad Eafit.Medellín abraza su historia es una apuesta que hace parte de la estrategia de la Alcaldía de Medellín en contra de la exaltación de la narcocultura que se promociona a través de las series de narcos, y por eso propone impulsar otras acciones orientadas al encuentro con la memoria y especialmente la no repetición, tales como el Tour de la Memoria, la ampliación del Museo Casa de la Memoria, la construcción del Parque Memorial Inflexión, en honor a las víctimas, la producción del documental Sueños de Memoria, la vinculación de 22 artistas de la ciudad con obras en 50 puntos donde el narcoterrorismo dejó cicatrices y la creación de un fondo para la educación de jóvenes en riesgo de delinquir, entre otras iniciativas.“Inflexión”En ese predio donde se levantaba el Mónaco se construirá el Parque Memorial “Inflexión”, un homenaje a las víctimas y a los héroes del narcoterrorismo, con el que comenzará un nuevo período para el sector.Y es que fue justamente esa la intención que inspiró a los ganadores del concurso, un equipo de cuatro jóvenes arquitectos de la Universidad Nacional, sede Medellín, quienes buscaron, a partir de elementos arquitectónicos y urbanísticos, hacer un homenaje a la historia de la ciudad, integrar a los habitantes del barrio con este espacio y recuperar el respeto por la vida.“Inflexión”, nombre que proviene de uno de los elementos del diseño del parque, tal como ellos lo ven, es el fuerte de la propuesta, el centro de su diseño: “un muro que es escultura, es grieta, es contención, genera un recinto y crea una plaza, es un hito del cual se desprende todo”, agrega Carolina Henao, integrante del equipo ganador.El muro contiene 46.612 perforaciones que representan cada una de las víctimas de esa década de terror (1983-1994), y además, permite que quienes visiten este memorial puedan interactuar con elementos simbólicos, como flores, luces, cintas o mensajes, lo que hace que este dispositivo sea dinámico, participativo y motive a la apropiación positiva del espacio.Además del muro, el parque tendrá un “Bosque de la Resiliencia”, pues estos jóvenes, quienes irónicamente no vivenciaron la guerra, reconocen la importancia de avanzar hacia una resignificación de nuestros valores, algunos de ellos perdidos por la narcocultura y de la que “necesitamos salir y mirar al futuro”, según lo expresa Luis Felipe Zapata, otro de los gestores de “Inflexión”.Arte y memoriaMemoria y legalidad son dos palabras que presiden esta alianza público-privada liderada por la Alcaldía de Medellín y acompañada por la ciudadanía e importantes aliados privados e institucionales. Distintas acciones educativas, artísticas y comunicacionales son herramientas propias de esta estrategia participativa.El Memorial Inflexión pondrá el reflector sobre el Museo Casa de la Memoria, lugar que tendrá una expansión gracias al apoyo de la empresa privada y que será depositario de todo el material producido por artistas, así como toda la relatoría a instancias de Medellín abraza su historia.Este ejercicio complementará el trabajo que desde hace años viene adelantando el Museo y que ha quedado consignado en la exposición MEDELLÍN/ES. La obra de veintidós artistas plásticos nutre este propósito, porque allí donde había marcada una cicatriz queda ahora una huella de vida.Medellín tendrá el Tour de Memoria y Transformación, un documental inédito con voces antes no escuchadas, seis cortometrajes inspirados en los colectivos culturales que han sido inspiradores de resiliencia, una publicación de una serie de cuentos infantiles, además de un profundo trabajo académico que articulará -con el liderazgo de Proantioquia- un gran fondo de educación destinado a programas que atiendan a niños y jóvenes en riesgo, para que ellos puedan cumplir sus sueños y propósitos de vida. Reflexionar, sanar y renacer son verbos propios de esta invitación a la sociedad entera. Verbos para conjugar cotidianamente.Símbolo de horrorEn un abrir y cerrar de ojos, el barrio Santa María de los Ángeles vio levantar el ostentoso edificio Mónaco, promediando la década de los años 80, muestra del poder y la opulencia del 'patrón', época en que Medellín empezó a padecer las más duras consecuencias del narcoterrorismo.Y fue esa edificación, que habitó la familia de Escobar entre 1985 y 1988, la que se convirtió en sinónimo de muerte, porque desde aquel 13 de enero de 1988, cuando un carrobomba explotó frente a la edificación, dejando tres muertos y una decena de heridos, se desató la más cruenta guerra entre los carteles de Medellín y de Cali.Un vehículo cargado con 80 kilos de dinamita fue activado ese miércoles en el costado occidental del edificio a las 5:15 de la madrugada. La detonación despertó bruscamente a la mitad de la ciudad. Fue el primer carrobomba que explotó en Colombia y las autoridades aseguraron que había sido por orden de Hélmer Herrera, conocido como “Pacho” Herrera, del cartel de Cali. Ese fue el comienzo de una sangrienta guerra entre carteles por el control y la distribución de droga en Nueva York, que incluyó más atentados, muertes selectivas y masacres.A pesar de que con la explosión se buscaba acabar con Escobar y su familia, la estructura del edificio de siete pisos no cedió y la colección de vehículos de lujo y motocicletas de alta gama que permanecían en el garaje quedaron casi intactos. También importantes obras de reconocidos pintores y esculturas que fueron hallados en distintos pisos.Aunque este edificio de ocho mil metros cuadrados se levantó en tan solo cinco meses, la resistencia de la edificación dio lugar a pensar que estaba construido a manera de búnker.En la calle un cráter de dos metros de profundidad y seis de diámetro, y alrededor viviendas y estructuras afectadas.Ese mismo día la familia de Escobar Gaviria abandonó el lugar en medio de un gran dispositivo de seguridad ordenado por el capo, algo ya común en el sector porque su presencia en el barrio Santa María de los Ángeles era un secreto a voces.Luego del atentado, la Dirección Nacional de Estupefacientes -DNE- incautó el edificio Mónaco. Un año después (1989) la entidad permitió que funcionara allí la Asociación Cristiana de Asistencia y Rehabilitación-Asocar. En ese momento, no quedaba nada de los lujos que se conocieron después de la explosión. En 1993 la DNE lo arrendó a compañías de: medicina prepagada, bananeras, publicidad, una naviera y algunos abogados. Como si el destino deseara redimir el daño que las drogas que comercializaba Escobar producían en las personas, en 1997 la propiedad fue cedida a la Empresa Social del Estado Carisma, perteneciente a la Gobernación de Antioquia y encargada del tratamiento y prevención de enfermedades mentales, especialmente de la rehabilitación de adictos. Carisma lo regresó en 1999 por falta de recursos para el mantenimiento del edificio.En diciembre de ese mismo año, la Dirección de Estupefacientes consintió que la Fiscalía instalara oficinas en el Mónaco pero los vecinos se opusieron por considerar que la presencia de esta entidad en el sector los ponía nuevamente en riesgo. Solo dos meses después, el 19 de febrero del año 2000, el edificio fue escenario de otro atentado, esta vez dirigido a la Fiscalía. Un grupo armado ingresó disparando y detonó 40 kilos de dinamita. El ente acusatorio de la Justicia colombiana permaneció en este lugar hasta el año 2010. En diciembre de 2008 la propiedad fue entregada a la Policía Nacional y el director de la institución en ese momento, el general Óscar Naranjo, solicitó que allí se instalara un comando de Policía. Pero los vecinos se opusieron por la misma preocupación de seguridad que expresaron con la presencia de la Fiscalía.Un estudio contratado con la Universidad Nacional en 2017 concluyó que el edificio Mónaco no era apto para ser ocupado porque además del abandono y los saqueos a las instalaciones eléctricas y sanitarias, la estructura era vulnerable y no cumplía con las normas vigentes. En ese momento, se estimó que reforzar la estructura y adecuar el edificio tendría un costo de 33.165 millones, por lo que el proyecto se descartó.En los últimos años, los restos de esta construcción se habían convertido en un sitio al que llegaban turistas que buscan conocer la opulencia de Pablo Escobar y saber más del capo. Se trata de los llamados narcotours, recorridos que generalmente realizan turistas extranjeros para conocer sus propiedades, el barrio con las casas que donó a familias pobres, la cárcel que él mismo construyó para someterse a la justicia, el lugar donde murió y su tumba. La demanda de estos tours ha crecido a raíz de la popularidad alcanzada a nivel mundial por las series Narcos de Netflix y Escobar, el patrón del mal, de Caracol.A mediados de 2018, y gracias a la autorización brindada por la Sociedad de Activos Especiales para intercambiar el predio por otro, la Policía entregó el Mónaco a la Alcaldía de Medellín para que adelante un proyecto de memoria histórica y resignificación de ese lugar con el fin de que quienes llegan detrás de los pasos de Escobar para hacer apología de su accionar delictivo y los mismos habitantes de la ciudad, vean el lugar como un símbolo de una era de dolor y terror que no queremos volver a vivir pero que tampoco podemos olvidar, y un espacio para reconocer a las víctimas del narcoterrorismo.Voces visitantesConocida la historia del capo a través de las series de narcos y las muchas publicaciones que se han escrito sobre la vida del extinto jefe del cartel de Medellín y su macabra obra, la curiosidad y el morbo del ser humano dieron origen a los llamados narcotours, que no son más que las constantes visitas de nacionales y especialmente extranjeros que a diario llegan a la ciudad para ver de cerca los lugares que se han convertido en íconos de la mafia y de esa triste época que vivió la ciudad. El edificio Mónaco, la hacienda Nápoles, su tumba y la casa donde fue abatido por la policía el 2 de diciembre de 1993, son los cuatro sitios adonde más turistas acuden con el afán de revivir en minutos la historia del capo.Y para Sergio Diosa, un guía turístico que permanentemente hace este recorrido con espectadores de otros países, “es una estupidez desaparecer lo que son símbolos de la ciudad. Aunque fue una época de terror que causó mucho daño a la ciudad y al país, es algo que ya pasó, que se superó, es parte de la historia. No entiendo por qué desaprovechar un edificio como estos, una estructura bien hecha, en vez de convertirlo en un colegio, una universidad, un museo o un hotel. Por derribar un edificio no vamos a olvidar lo trágico de ese pasado. Yo quisiera que se mantuviera, mostrando respeto por las víctimas, pero también sin olvidar esa historia. Ya pasamos lo negativo, ahora saquemos lo positivo, aprovechemos estos lugares. Yo he traído mucha gente aquí, el 80% de los tours que hago son porque la gente quiere venir de afuera a ver lo que queda de esa historia, la gente viene a conocer eso, y eso no es malo, fue algo real”, dice.Rubén Javier, un patinador chileno que vino a prepararse y a exigirse al máximo para ir a competir en su país en los grandes eventos nacionales clasificatorios al Mundial y Juegos Panamericanos, confiesa que “hablar de Pablo Escobar es hablar de Medellín, es la historia que uno conoce, que el mundo conoce. Y si uno viene a Medellín, no come bandeja paisa y no visita los lugares referentes de esa historia de Escobar, es como si no hubiera venido. Ver esto -el edificio Mónaco- y la hacienda Nápoles impresiona, es ver la magnitud del poder que tenía Escobar, y también voy a ir a su tumba, pero también creo que si van a construir aquí un parque en homenaje a las víctimas, está muy bien, había que hacerlo”.Distinta visión a la que tiene Matías, un joven argentino que llegó a Medellín motivado “por la serie de Escobar, el patrón del mal que vi en Netflix, y me gustó tanto que quise venir a conocer lo que aún hay de él, por eso no creo que sea bueno derribar el edificio, es lo que pasó, se pudo haber aprovechado de otra manera, un hospital, una escuela, qué sé yo, pero es la historia. Ahora voy para la tumba y mañana para la hacienda Nápoles”.“Vine porque quería conocer especialmente a Medellín. Vi la serie de Narcos y tenía mucha curiosidad de ver lo que queda de esa historia de Pablo Escobar, ya fui a la tumba, conocí la Comuna 13 y voy para la hacienda Nápoles. Creo que es la historia, pero ahora son las autoridades las que deciden qué es lo mejor para la ciudad”, dice Yovani, un joven de Los Ángeles, Estados Unidos, que no ocultó su asombro por la historia y lo que aún queda de ella.Lágrimas y dolorA partir de aquel 13 de enero la muerte vivió en Medellín. Explosiones, balazos, masacres y sicarios, convirtieron a Medellín en un campo de batalla. En el resto del país y por fuera de Colombia, muchas veces en forma despectiva, ya no se hablaba de la Ciudad de la Eterna Primavera, sino de “Metrallín” o “Metrallo”, el territorio donde por cada año mataban a más de 5.000 personas, donde la vida no valía nada. Donde había que hacer fila para los entierros porque no había lugar en los cementerios.Una época de lágrimas y dolor que la ciudad ha superado y no quiere repetir:Aquí una línea del tiempo con las más grandes cicatrices que dejó el narcoterrorismo:1976Origen del cartel de Medellín1977Origen del cartel de Cali1981Asesinato de la jueza Ana Cecilia Cartagena1984Asesinato del ministro de Justicia, Rodrigo Lara BonillaAsesinato del magistrado Álvaro Medina Ochoa1985Asesinato del juez primero Superior de Bogotá, Tulio Manuel Castro Gil Toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre por parte del grupo guerrillero M-19 al parecer con vínculos del narcotráfico buscando entorpecer la aprobación de la extradición con EE.UU.1986Asesinato del magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Hernando Baquero Borda.Asesinato del periodista, subdirector del Diario de Occidente, Raúl Echavarría BarrientosAsesinato del director de El Espectador, Guillermo Cano1987Asesinato de Jaime Pardo Leal, excandidato presidencial1988Carrobomba al edificio MónacoSecuestro del candidato a la alcaldía de Bogotá, Andrés PastranaSecuestro y asesinato del Procurador General, Carlos Mauro Hoyos1989Incendio droguería Drogas la Rebaja en MedellínAsesinato Gobernador de Antioquia, Antonio Roldán BetancurAsesinato jueza María Helena DíazAsesinato del coronel Valdemar Franklin QuinteroAsesinato de Luis Carlos Galán SarmientoBomba a bodegas PintucoCarrobomba a El EspectadorBomba en Caja Social de AhorrosAsesinato de exalcalde de Medellín, Pablo Peláez GonzálezAsesinato del magistrado Héctor JiménezAsesinato de la jueza Mariela EspinosaBomba en un avión de Avianca con 110 pasajerosBomba al DAS en Bogotá1990Bomba en el PandequesoBomba en Estación El PobladoBomba en el IntercontinentalAsesinato del senador Federico Estrada VélezMasacre en OportoBomba en Estación LibertadoresSecuestro y asesinato de la periodista Diana Turbay1991Carrobomba Plaza de Toros La MacarenaBomba al Éxito ColombiaAsesinato del exministro Enrique Low Murtra1992Asesinato de jueza Myriam Rocío VélezAsesinato del jefe de la Sijín, Fernando Posada HoyosCarrobomba Telecom
Por allá en la Colombia de las guerras de independencia el pueblo usaba el término “godos” para referirse a los españoles. Pasaron años y años y en Colombia se usa el término godos para referirse al partido conservador. Pero también fue muy extraño que poco antes de la Segunda Guerra Mundial existieron corrientes conservadoras que fanáticamente apoyaban las trágicas políticas de los nazis contra los judíos. Pero fue una cosa gravísima que el liberalismo planteara estrategias políticas apoyando fanáticamente las estrategias que planteaban los comunistas rusos y chinos.´Lo invitamos a leer: ¿Izquierda o derecha?Pasada la Segunda Guerra Mundial la izquierda comunista rusa fue mermando su fuerza ideológica y los partidos políticos colombianos dejaron de admirar el izquierdismo soviético al mismo tiempo que las fuerzas políticas internacionales fueron perdiendo fuerza e influencia en nuestros partidos políticos colombianos.El curioso fenómeno que hoy existe es que nuestros partidos políticos se alejan de ideologías extranjeras al mismo tiempo que se dedican a ensalzar la personalidad de sus jefes políticos.Lea también: ¿Para dónde vamos?En los últimos años el partido liberal es el único que ha demostrado que aún conserva un poco de atractivos ideológicos mientras el conservatismo no se basa en ningún fundamento ideológico. El conservatismo sólo se mueve sin exponer ideologías y apoyando la personalidad y características de algunos de sus jefes y es probable que el liberalismo pueda renacer mientras el conservatismo se hunde en un caos con carencias ideológicas. Ojalá en el futuro aparezcan partidos con ideologías bien sustentadas.