Tras haber cumplido 879 días al frente del equipo blanco, el francés se marcha habiendo conseguido la racha más larga invicta para un entrenador del Real Madrid.
Cinco días después de convertirse en leyenda, de ser el primer entrenador en ganar tres Ligas de Campeones consecutivas, Zinedine Zidane entonó una inesperada despedida, un “hasta luego”, después de dos años y medio en el cargo en el que logró nueve títulos y mantuvo al Real Madrid en la cima del fútbol universal.
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Desde aquel 4 de enero de 2016 en el que fue presentado en el Santiago Bernabéu hasta este 31 de mayo, el Real Madrid ha vivido una de las mejores etapas de su historia bajo la batuta de seda de “Zizou”.
De trece títulos posibles cuando tomó el relevo en el banquillo de Rafa Benítez, el Real Madrid ha conseguido con Zidane nueve, esas tres gloriosas Champions que elevaron la cifra a trece, una Liga (2016/17), dos Supercopas de Europa (2016 y 2017), dos Mundiales de Clubes (2016 y 2017) y una Supercopa de España (2017).
Llegaba procedente del Real Madrid Castilla, del filial, y su método caló tanto en el vestuario que el equipo resurgió y se elevó a cotas históricas. Su relación con los medios informativos estuvo siempre marcada por la educación, por su serenidad, por la simpatía y por una sonrisa en todas las comparecencias.
Sin obviar lógicamente esas tres Champions seguidas, Zidane explicó en su despedida que se queda con la liga conseguida. Siempre le ha dado un gran valor al torneo de la regularidad y en esta campaña el equipo quedó prácticamente descartado pronto.
El técnico francés, que le comunicó la decisión a Florentino Pérez el miércoles y a los jugadores por mensaje (con el capitán Sergio Ramos sí que habló), no quiso exponer cuándo realmente tomó la decisión de no continuar y aseguró que aunque no era un día bueno tampoco era un día triste.
Y reiteró por activa y por pasiva que era el mejor momento de dejar el cargo, en la cima, en pleno éxito, y sin tener seguro que el equipo iba a poder seguir ganando con él en el banquillo. Su retirada como futbolista en activo fue también similar.
Siguió entonces cerca del Real Madrid. Ahora hará lo mismo. Reposará tras el “desgaste” acumulado, y, como dijo el propio Florentino Pérez, convirtió su adiós en un posible “hasta luego”. De momento, lo que tiene claro es que no se marcha a otro club.
Zidane en todo caso se marcha en la cresta de la ola, en pleno éxito, convertido en leyenda del Real Madrid. Sabe que su salida supone un terremoto, una sensación, para el club y la afición, pero está convencido de que es lo mejor.
Fue la segunda etapa
Nacido en Marsella el 23 de junio de 1972, “Zizou”, pone, por lo tanto, punto y seguido, a su segunda etapa en el club del Santiago Bernabéu. La primera comenzó el 10 de julio de 2001, cuando Florentino Pérez le convenció para que cumpliera un sueño de todo jugador y pasara del Juventus italiano al Real Madrid, en el que permaneció cinco campañas.
Ganó una Liga de Campeones en 2002 como gran protagonista, con uno de los mejores goles de la historia, una Liga, dos Supercopas de España y una de Europa y un Mundial de Clubes, y además encandiló con su fútbol mágico dentro del llamado equipo de los “galácticos”.
Antes habían quedado atrás sus inicios en el Cannes, su periplo en el Girondins de Burdeos (1992-1996) y su irrupción estelar en el Juventus (1996-2011), con el que ganó dos ligas, una Supercopa italiana, entre otros títulos, pero le faltó la Champions, para la que tuvo que esperar a llegar al Bernabéu.
En su extenso y exitoso palmarés como jugador brilla con luz propia el título mundial obtenido en París en 1998, también con él como gran abanderado y líder de aquella selección gala que derrotó en la final a Brasil con un doblete suyo, así como la Eurocopa de 2000.
La cruz de la moneda la vivió en Alemania 2006, cuando Italia le arrebató la gloria y además fue expulsado por propinar un cabezazo a Marco Materazzi. Era una despedida triste después de un gran Mundial y de que el 7 de mayo de ese año hubiera jugado su último partido en el Bernabéu frente al Villarreal, partido en el que marcó su último gol de blanco.
Se convirtió posteriormente en asesor del presidente y los banquillos no parecían cerca. Comenzó a sentir el “gusanillo” ayudando a su hermano al frente del equipo de su barrio Le Castellaine en un torneo de categorías menores disputado en Hortaleza.
En junio de 2013 fue nombrado ayudante del italiano Carlo Ancelotti en la primera plantilla del Real Madrid, donde comenzó a saborear éxitos en los banquillos, principalmente la Liga de Campeones de 2014 ante el Atlético de Madrid en Lisboa. En junio de 2014 se convirtió en el técnico del Castilla, el primer filial, del que dio el salto para una etapa que ahora concluye con un nuevo “hasta luego”.