Netanyahu verá reducido su ascendiente en el curso de los próximos cuatro años, sin menoscabo de la perspectiva de asumir el cargo presidencial a mediados de la próxima década
El próximo certamen electoral traerá algunos cambios, mas no dramáticas sorpresas. Juzgo verosímil que Biniamín Netanyahu logrará algo más de treinta lugares en la Knesset, dejando muy atrás a la izquierda liberal que modeló significativamente a Israel medio siglo antes y dos décadas después de su creación. Supongo además que la naciente agrupación jefaturada por Beni Gantz conquistará un considerable espacio sin tener un peso decisivo en la formación del nuevo gobierno, y que la coalición que representa en la Knesset a la ascendente minoría árabe-israelí conquistará al menos un lugar parlamentario adicional.
¿Cómo gravitarán estas probables tendencias en la trayectoria política de Netanyahu?
Considerando previsibles fragilidades inherentes a su edad, los efectos negativos de un probable juicio público, el recrudecimiento de rivalidades dentro del Likud, y. en fin, el verosímil fortalecimiento de los demócratas en la arena política norteamericana -anticipo que se verá reducido su ascendiente en el curso de los próximos cuatro años, sin menoscabo de la perspectiva de asumir el cargo presidencial a mediados de la próxima década.
En estas circunstancias, ¿qué escenarios y tendencias cabe imaginar y cómo gravitarán en el devenir de Israel?
Claramente, quien escribe sabe que esta pregunta conduce a una tarea atrevida. Juzga sin embargo que su itinerario personal y académico le respaldan en grado razonable y que la importancia del asunto es suficiente motivo para aventurarse en este empeño con la brevedad debida a estas páginas.
Distingo así dos virajes en la estructura política y económica de Israel que se complementan con seis escenarios que apretadamente señalaré.
El primero: el liberalismo como régimen socioeconómico gravitará en los próximos años con superior fuerza en el país tornando más desigual y desequilibrada la distribución del ingreso nacional.
Esta tendencia será favorecida por los siguientes factores:
- la promoción y venta de estratégicas innovaciones tecnológicas que encontrarán amplios mercados en el exterior.
-el aumento y la diversificación de las exportaciones militares (de momento Israel ocupa el octavo lugar mundial en este renglón).
-los considerables beneficios derivados de Leviathán yTamar que suministrarán gas desde el año próximo a Egipto y a varios países bañados por el Mediterráneo.
- el estrechamiento de vínculos comerciales y militares con Arabia Saudita con el propósito de neutralizar la amenaza iraní. Riad animará este entendimiento por carecer de recursos militares no convencionales que estarían en poder de Teherán. A cambio, Jerusalén asegurará el abastecimiento de energéticos.
La suma de estas circunstancias elevará en Israel el ingreso por habitante que ya hoy supera los 40 mil dólares, cifra que deja muy atrás a países africanos, latinoamericanos, y a algunos europeos como España, Italia Polonia y otros. Pero su reparto se tornará más desigual en favor del decil superior de la sociedad israelí conforme a imperativos y directrices del neoliberalismo.
Así, al lado de actores como Nir Barkat, Naftali Bennet, Ehud Barak, y el propio Netanyahu, que hoy se cuentan entre los políticos que gozan altos ingresos personales – se sumarán grupos privados que controlan las empresas nacionales y mixtas que regulan los mercados tecnológicos y financieros.
El segundo viraje alude a mudanzas importantes en el ejercicio del poder. No sólo su equilibrado y dialéctico reparto profesado por Montesquieu se verá perturbado en favor del gobierno y de la mayoría parlamentaria; anticipo que los medios – la prensa y los electrónicos además de la Suprema Corte – lidiarán crecientemente con controles significativos derivados de esta circunstancia.
Juzgo que estas dos tendencias tomarán vigor en los próximos años aparejando resultados importantes en variados terrenos de la vida israelí. Haré aquí breve referencia a seis de ellos, quedándome muy lejos de agotar el tema.
Finalmente, con la densidad demográfica más alta del mundo y sin industrias importantes Gaza continuará agrediendo el sur y el centro de Israel y la frontera con Egipto. Cabe anticipar que ambos países – con respaldo internacional – ayudarán finalmente a la creación de un puerto y de actividades conexas, además de facilitar la migración a países localizados en la península árabe.
En suma: virajes y escenarios que obligan la sostenida atención de la sociedad israelí si en verdad aspira a preservar y ampliar su creativa presencia en un mundo abrumado por la violencia y las incertidumbres.