El frío municipio de Rionegro, aunque era más helado hace unos 20 años, se está calentando no solo por cuenta de la actual campaña electoral por la Alcaldía y por hacer parte del gabinete debido a sus muy atractivos y altos sueldos, sino por los polémicos temas de ciudad que impactarán e incidirán los resultados en las urnas de octubre: la construcción de un tren ligero, el cobro de valorización, la puesta en marcha de un sistema de transporte y el estilo de gobierno, a lo Maduro, del alcalde de esta jurisdicción que sigue siendo la principal y más influyente del Oriente antioqueño.

La temperatura política rionegrera está hirviendo debido a que esta sociedad está fracturada y polarizada por las decisiones que a lo largo de los tres años y tres meses de administración ha adoptado, otros dicen que ha impuesto, el alcalde Andrés Julián Rendón Cardona.

Por sus acciones este economista de 41 años es de las personas que más se habla en la histórica Rionegro y por lo que se escucha decir de sus habitantes en todos los estratos sociales, ya no es tan popular como cuando en octubre del 2015 ganó la alcaldía con 38.000 votos y con el 62% del respaldo de los electores, luego de dos derrotas previas para ese cargo.

Parodiando el tema de moda en esa ciudad, Rendón Cardona ya no está tan valorizado como mandatario municipal. Pero por su forma de ser parece que poco le importa su pérdida de popularidad y carisma, que casi nunca ha tenido.

Para la fuerte oposición que enfrenta el alcalde en todas partes de esta municipalidad, es posible que lo difícil que le significó llegar a ser mandatario, tras los dos reveses anteriores, hizo que llegara al gobierno municipal con mucha prevención con la clase política y ejerciera una administración de choque, muy conflictiva, de pocos consensos, y ese ha sido el común denominador a lo largo de su gobierno. Pero para los periodistas de Medellín, sobre todo mujeres, que lo conocieron cuando fue secretario de Gobierno en la era del gobernador Luis Alfredo Ramos, no tiene nada de extraño su actitud, pues lo tildan de arrogante y soberbio.

Los que lo defienden aceptan que Rendón Cardona es de un carácter muy firme y que llegó a revolcar y a producir un vuelco en la administración rionegrera. Pero en concepto de la comunidad lo que ha logrado es generar un gran malestar social, que se ha materializado con permanentes protestas públicas frente a la Alcaldía y por todas las calles del legendario casco urbano.

Hoy todo Rionegro es solo debate, discusión, el tema del alcalde y sus costosas acciones de gobierno contra el bolsillo de la gente son la comidilla, los artículos de los periódicos parroquiales y del Oriente son una muestra fehaciente de la enorme controversia que levanta el alcalde y de la división que se registra en la comunidad, pero cada vez más inclinada en contra del ejecutivo municipal.

La muy necesaria vía transversal entre El Porvenir y Llanogrande, es una de las obras que se adelantan por Valorización.

La valorización

Además del acuerdo para comprometer billonarias vigencias futuras para aventurar un tren ligero, en un municipio con un presupuesto anual de 400.000 millones de pesos y unos 110.000 habitantes, y de la idea de poner a marchar a “Sonrío, un solo pasaje”, como un nuevo modelo de transporte público de pasajeros, que Mintransporte podría frenar, el asunto que copa hoy la atención y origina gran alteración social entre los estratos altos asentados en ese municipio, como Llanogrande, Cabeceras, El Tablazo y San Antonio, es el cobro de valorización para la ejecución de un interesante plan vial, ya en marcha, y también para apoyar el tren ligero.

Los “ricos” de Rionegro, como los llaman, no son enemigos de las obras que plantea el alcalde Rendón, pero acuñaron una frase que interpreta tajantemente el malestar que reina, al decir que “valorización sí, pero no así”, para protestar por los elevados costos del gravamen o del impuesto que ya le está llegando a cada familia de los estratos 4, 5 y 6. Hay cobros por 5, 10, 17, 30, 300 y 700 millones por concepto de valorización.

El problema es que estas mismas familias son las que también muy recientemente resultaron seriamente afectadas en su economía con el aumento del impuesto predial producto de la actualización catastral, que fue una de las banderas o estrategias que utilizó el actual gobernante para llegar al poder y poder derrotar al candidato del sector del exalcalde Hernán Ospina, en cuya gestión se decretó ese incremento predial.

Gran parte de la campaña en el 2015 la hicieron los uribistas con Rendón Cardona de candidato en contra del aumento del impuesto predial, pero después de ganar y de dejar pasar unos meses, aplicó el incremento que había decretado el sector político al que vencieron en las urnas, que junto con la altísima valorización de ahora, han hecho muy elitista la vida en los sectores más exclusivos de Rionegro.

Entre esas familias se palpa en la actualidad una fuerte campaña contra el no pago del impuesto de valorización hasta tanto no se resuelvan jurídicamente todas las acciones legales que se han interpuesto y se van a adelantar, hasta en jueces por Bogotá. Por ejemplo, los propietarios de la famosa urbanización Gualanday, en Llanogrande, tras su última asamblea general se declararon en franca rebeldía a pagar.

El trasfondo político es ya muy evidente. Si en contra de la actualización predial Andrés Julián Rendón logró por fin ser alcalde, desde ya se vaticina que el tal tren ligero, el sistema de transporte Sonrío y sobre todo la valorización contra los “ricos”, la mayoría muy uribistas, llevarán a la derrota a su candidato.

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Los candidatos

Los aspirantes adeptos a la corriente del alcalde Andrés Julián Rendón y que están contra la pared por apoyar la valorización, hacen parte del proyecto electoral denominado “Unidos por Rionegro”.

En esta alianza están los ya exsecretarios Jorge Rivas, Gregorio Orjuela, Yised Baena y el exgerente de la controvertida Empresa de Desarrollo Sostenible, Edeso, Rodrigo Hernández, quien para la oposición sería el ungido por allá en mayo.

También el polémico expersonero Carlos Andrés García, además de los ya curtidos políticos Humberto Tejada y Alonso Rendón.

Ninguno de ellos es un gran elector, por lo cual necesitan aliarse para sumar votos.

La primera contraparte electoral la integra un grupo de candidatos en el que figuran Laura Marulanda, Leydi Arias, Juan Manuel González, Fernando Valencia, Mauricio Rendón, Mauricio Martínez y de pronto el concejal anti-tren ligero y anti-valorización Ricardo Nieto.

Los resucitados liberales dicen que sacarán un candidato entre Hugo Parra, Juan Sebastián Castro, el personero que nunca pudo serlo John Fredy Pemberty y El Chino León Darío Orozco.

Pero la gran novedad es que la antipopularidad del actual alcalde está originando el regreso como candidato del político más popular en Rionegro de los últimos quince años como es el alcalde en dos oportunidades, Hernán Ospina, quien anunciaría este jueves su tercera aspiración a ser alcalde, lo que está pidiendo gran parte del electorado.

Comentarios:

Jorge Mario
2019-03-30 11:17:02

Quieren seguir siendo un pueblo atrasado

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