Detrás de la búsqueda del detalle precioso (el tipo del papel, los grabados, el número de la fuente de la letra, etc.) y del rigor del libro (los poetas y poemas seleccionados) se encuentra Alfredo Pérez Alencart
¿Qué es la Poesía?
“Que en mi pupila izquierda brille el sol y en la otra la noche, me basta para ser vuestro monarca/ Algunos bastardos se burlan de mi lesa majestad llamándome oscuro Polifemo, reyezuelo en una corte de borregos/ -Ah, pero pronto no tendrán más noticias de la luz: estoy a punto de perder mi único ojo” (Juan Manuel Roca, Colombia, 1946).
Las generosas manos del poeta Juan Mares (cuya cédula de identificación responde al seudónimo de Juan Carmelo Martínez, con la que sólo se le permite ejercer el voto o dilapidar su sueldo desde algún banco colombiano o presentarla ante la guardia nacional de la Libertad y Orden), Juancho, cuya poesía se imbrica entre el sólido sol de la montaña antioqueña y el luminoso verde-sangre caribe del Golfo de Urabá, el mismo de las haciendas en cuyas plantaciones descansa y se repone el banano -del luto militar, paramilitar y guerrillero ayer-, me ha hecho llegar un esmerado libro de poemas (Editorial Edifsa, 2005, de esos que es raro que se publiquen ya), el mismo que da título a esta apretada reseña.
¿Qué es la Poesía?
“Oh, pasión de mi vida, poesía/ desnuda, mía para siempre” (Juan Ramón Jiménez).
“América es la patria de mi sangre/ He muerto… y he resucitado/ ¿Entendéis ahora?” (León Felipe).
Detrás de la búsqueda del detalle precioso (el tipo del papel, los grabados, el número de la fuente de la letra, etc.) y del rigor del libro (los poetas y poemas seleccionados) se encuentra Alfredo Pérez Alencart, peruano (Puerto Maldonado) como el que más, salmantino-español como pocos, y poeta. Personifica en sí mismo la piel de la “raza” hispanoamericana. Claro que no está solo. Él mismo es un equipo que sigue la huella de sus ojos y quizá también la aclare y la corrija a veces: Javier Torre, Luis Cabrera Hernández (cubano), Miguel Elías Sánchez, otros no nombrados tal vez, el aura de Jacqueline que lo baña todo, y el universo sabio de la sempiterna majestad de la Universidad de Salamanca.
¿Qué es la Poesía?
“Tanto hablar del uno, hablar/ del dos […] Esta complicación/ ya viene del principio: mundo que, cuando engendra,/ engendra en cantidad: espejo del origen porque/ tampoco el mundo es uno,/ ni dos, sino que viene en muchedumbre./ Y así estamos/ hablando a puro ruido/ sin saber cuántos somos” (Santiago Sylvester, Argentina, 1942).
La antología contiene un o una poeta por cada país. Las edades de la mayoría van entre las décadas del 30’ y del 50’, con dos excepciones: una para 1926 (Alejandro Romualdo, Perú) y otra para 1928 (Pompeyo del Valle, Honduras); al igual que la del “más joven” es de 1960 (José Mármol, República Dominicana).
Insisto entonces, ¿qué viene siendo la Poesía?
¿Quién ha dicho que el amor no se encuentra/ al doblar de una esquina insospechada del mundo?/ Amada, el jueves por la tarde no hacía demasiado frío./ Toda mi vida/ se limitó al Madrid de aquel instante” (César Lopez, Cuba, 1933).
Los y las poetas: Santiago Sylvester, Argentina; Pedro Shimose, Bolivia; Reynaldo Valinho Alvaerz, Brasil; Raul Zurita, Chile; Juan Manuel Roca, Colombia; Julieta Dobles, Costa Rica; César López, Cuba; Julio Pazos Barrera, Ecuador; David Escobar Galindo, El Salvador; Antonio Colinas, España; Ana María Rodas, Guatemala; Pompeyo del Valle, Honduras; Efraín Bartolomé, México; Ana Ilce Gómez, Nicaragua; Manuel Orestes Nieto, Panamá; Jacobo A. Rauskin, Paraguay; Alejandro Romualdo, Perú; Antonio Salvado, Portugal; José Luis Vega, Puerto Rico; José Mármol, República Dominicana; Circe Maia, Uruaguay y Eugenio Montejo, Venezuela.
Pero aún no sé qué es la Poesía ni sé si lo sabré.
“[…] Han amarrado los pulgares de la subversiva/ y la levantan;/ los pulgares se estiran y avioletan.// […] Han desnudado a la subversiva/ y han vuelto a colgarla de los pulgares,/ sus lamentos y exhalaciones/ caen como esas palomas que destruye el huracán.// La imagen se empapa con hiel y aguasangre/ porque toda crueldad tiene esos líquidos/ tan vibrantes/ que no se borran/ y se quedan en las pupilas para siempre.// Han flagelado los glúteos de la subversiva/ hasta convertirlos en dos implorantes amapolas.// La imagen sale de la habitación/ y se va por los tejados hacia las curvas del horizonte/ y se desparrama en los ríos y en las siembras/ buscando algún corazón que pueda tolerarla” (Julio Pazos Barrera, Ecuador, 1944).
¿Importa saber qué es la Poesía?