Adiós entusiasmo, de Vladimir Durán, ya llegó a las salas de cine en Colombia. Se trata de un filme con una historia particular, su protagonista no aparece en escena y deja muchas dudas que los espectadores deberán recrear imaginativamente.
Es la historia de Margarita, una madre que se encierra en su cuarto, a quien no se le puede ver en la pantalla y por ello el espectador deberá imaginarsela.
Sus cuatro hijos, carceleros y víctimas al mismo tiempo, permitirán que el espectador se acerque a ella, que la conozca y que encarne sus propios miedos.
Se trata de Adiós entusiasmo, un filme de Vladimir Durán, hijo del cineasta colombiano Ciro Durán, Tropical Snow.
Este es un estreno que se produce tras ser premiada en marzo como Mejor Película Colombiana y lograr el galardón de Mejor Director de la competencia Internacional del Festival de Cine de Cartagena de Indias, además de un exitoso paso por el Festival Internacional de Cine de Berlín.
En entrevista con EL MUNDO, el cineasta entregó detalles de la producción.
¿En Colombia ya se había estrenado en el Ficci Cartagena, en marzo de 2018?
Sí, y el del jueves (5 de julio) fue su estreno comercial en salas, algo que para era mí es muy importante, al ser mi país.
También fue especial que fuera en Cartagena el en sentido del valor que tiene en los festivales de cine de Latinoamérica.
¿Y por qué el formato de la grabación, cuál es el sentido?
Es un formato muy apaisado, se llama Cinemascope, lo que hace es alargar el formato de pantalla. A mí me interesaba mucho que tuviera una pantalla más larga para poder buscar más a los actores en planos y estar más cerca de ellos.
Esto a la vez, por la proporción de cuadro de una pantalla normal, hace que tengan que haber franjas más gruesas a las que está acostumbrado un espectador. Eso también me interesaba como una noción de estar expiando a través de la ranura, como cuando tú expiás estás viendo algo muy real, pero a la vez hay información que te está faltando.
No quería que esta fuera una película donde el espectador ve todo sino al revés, más parecida a una sensación de la vida real donde uno oye fragmentos de cosas y uno tiene que reconstruir la lógica a través de esto. Al quitar espacio de pantalla, para mí, aumentaba la sugestión para el espectador.
¿La de la historia es una familia muy particular?
Claro, ahí está el punto de partida. Es muy particular, como todas, porque ¿qué es una familia normal? (Risas).
Quería que fuera eso, una situación muy particular; construir un personaje protagonista que el espectador nunca viera y se lo tuviera que imaginar, y esto podía ser o por razones específicas o algo más metafórico cinematográfico.
Da cuenta de una información que a mí me interesa que el espectador tenga que interpretar, no es darle las cosas masticadas a él, como en otro tipo de cine.
Logré que cada espectador rellenara la información que falta con su propio universo creativo.
Así Vladimir Durán invitó a los lectores para que no se pierdan el filme:
Nació en un taller literario que hice con un guionista brasilero, Sacha Amaral, y él llevó un guion de cortometraje donde ya estaba este dispositivo de una madre que estaba detrás de una puerta y a través de una puerta y una ventana se relacionaba con los hijos.
Cuando lo leí me interesó mucho y se lo elogié. Me pareció muy intrigante que todo un corto tuviera a la protagonista por fuera de cuadro, el que uno nunca la vieran.
A Sacha le propuse que escribiéramos juntos un cortometraje a partir de esta historia, y bueno, lo escribimos junto durante año y medio.
¿Y por qué el cine dramático?
No es algo que yo busque, me gusta más el cine de relaciones humanas y que pueda tener humor, que no tenga solemnidad, pero a la vez que tenga la oscuridad que tienen las relaciones humanas y familiares, uno con la familia, juega, convive, canta, pero a la vez hay mucha oscuridad, mucha competitividad, como sucede al interior de las familias.
¿Qué dice de Argentina y qué de Colombia?
Estoy radicado en Argentina, vivo allí hace 10 años. También soy director de publicidad y actúo en teatro.
Hoy en día estoy preparando mi segundo largometraje, del que ya firmé una parte hace unas semanas, y estoy trabajando en eso mientras promociono Adiós entuciasmo.
A Colombia vengo a ver a la familia, y a estrenar la película, y cuando me da ‘mamitis’ y me hace falta el país.
Participó en Berlín con este filme, ¿cómo lo logró?
El Festival de Cine de Berlín es el encuentro cinematográfico abierto al público más grande del mundo, con Cannes, que no es abierto a público, constituyen la dupla de los mejores festivales de cine del mundo.
Esta película participó en una sección, muy prestigios, que se llama Forum, la cual invita más a un tipo de cine toma más riesgos y explora más con ciertas narrativas de vanguardia.
Esta sección en la que quedó la verdad es fue una experiencia muy gratificante para mí. Permitió que se estrenara mundialmente en lo más Play del cine.
Tuvo proyecciones técnicamente fantásticas. Salas de 1.500 personas y la recepción de la película fue muy positiva y le abrió las posibilidades de presentarse en otros lugares del mundo y en otros festivales, gracias a eso antes de estrenarse en Colombia tuvo un recorrido internacional bastante ‘intenso’.