El cinéfilo Jorge Hernán Echeverri comparte con nuestros lectores su reseña de la película Una mirada del corazón del director Marc Webb.
Uno de los elementos más llamativos que tiene esta cinta es la química que existe entre los dos protagonistas principales, Frank (Chris Evans) y Mary (Mckenna Grace), tío y sobrina, quienes viven en un pueblo costero de la Florida. Y esa gracia, hace que la película dirigida por el norteamericano Marc Webb fluya mucho más fácil.
A eso le tenemos que sumar el guión realizado por Tom Flynn, que le ha permitido a Webb definir muy bien a los personajes, especialmente a Mary, la niña genio en matemáticas de siete años, quien a través de su actuación demuestra esas capacidades actorales del gran futuro que tiene. Asimismo, otro de los roles para resaltar es su maestra “Bonnie” (Jenny Slate), que demarca muy bien su actuación y hace de conciencia de los espectadores debatiéndose entre el derecho de “Mary” a vivir una vida regular versus aprovechar su talento.
Igual, Evans en el rol de papá hace un papel extraordinario, que lo aleja de sus últimos trabajos como súper héroe, Octavia Spencer mereció una mayor participación en el filme, pero su poca participación es fundamental para el futuro de la niña, mientras que la abuela de Mary (Jenny Slate), una mujer fría, frustrada y con el poder para tener a su nieta en una escuela especial para genios.
La trama es sencilla, un exprofesor de filosofía, hoy obrero, decide cuidar a su sobrina como recomendación de su hermana antes de suicidarse para que no quedara bajo el cuidado de su abuela. Mary es una niña genio, que no quiere ir a una escuela normal porque lo que le enseñan es muy infantil y Frank quiere que viva su vida como una niña de siete años, tal como se lo pidió su hermana antes de morir.
Lea también: Rebeldemente Javier
Aparte de ser sencilla, la trama cautiva al espectador por varias razones: la química entre los personajes de Frank y Mary, la duda que genera el director a los espectadores con la educación de la niña, si debe estar en una escuela normal o especial, el gato tuerto que se convierte en ese talismán para que Mary entienda la realidad donde está viviendo y esos pasajes tan claros, como la ida al hospital local y sentarse horas a esperar a que llegue un nuevo ser, lo que le demuestra a la niña, que quien la recibió y la ha acompañado toda la vida ha sido Frank, por eso es él, quien la debe cuidar.
Marc Webb sigue sorprendiendo a su audiencia con este filme, amén de sus otros trabajos como su ópera prima 500 Days of Summer, que muestra una gran sensibilidad para la construcción de sus personajes, caso que no se vio mucho en las dos películas de Amazing Spiderman, debido al carácter tan comercial de estas.