Hay agrupaciones de rock que se llevan en lo más profundo de nuestros gustos, y que por diversas razones no hacen parte del podio de las grandes bandas afamadas que han triunfado. Budgie es una de ellas y cualquier momento es apropiado para elogiarla.
Si buscas en internet, puede que aparezca el periquito común australiano, un ave del género Melopsittacus y si profundizas algo más podrás encontrar a esta banda de Gales, Reino Unido. ¿Qué llevó a sus músicos a nombrar así la banda? El periquito es su mascota particular que aparece en muchos álbumes de la banda con varios diseños (con cuerpo humano, piloto extraterrestre, emperador militar, cyborg, y otras variadas formas), y que hacen parte de la manera jocosa con la que crean sus letras y dan título a sus canciones.
A fines de los sesenta la banda era el cuarteto Six Ton Budgie y pasaron a llamarse Budgie cuando queda el trío conformado por Burke Shelley (bajo y voz), Ray Phillips (batería) y Tony Bourge (guitarra). Formados en 1968, su objetivo era realizar sus propios toques, con una actitud férrea sólo deseaban grabar un álbum y la ayuda llegó de Rodger Bain, primer productor de Black Sabbath. La prueba de fuego era tocar algunos covers, pero por supuesto sólo tocaron sus temas propios y fue la mejor decisión. Su sonido pesado y duro gustó bastante a Bain y lo curioso es que Budgie aún no conocía a Black Sabbath.
Bandolier con sólo 35 minutos de duración, consolidaba su buen momento heavy
Su primer álbum de 1971 vendió muy bien y se dice que una cadena radial de Luxemburgo sonaba este álbum una y otra vez y que de alguna manera lo popularizó. Se recuerda que discos Fuentes editó este bombazo en el mercado colombiano, donde la única información en la contraportada hablaba de una grabación de cuatro días, capturando la banda en vivo. Un rockero viejaguardiano de la ciudad, Jorge Díaz, nos cuenta: “El álbum en vinilo Budgie, que a propósito me introdujo en la banda, lo conseguí de segunda mano comprado en un agáchese callejero del centro y quien lo vendió tal vez no supo qué tenía en sus manos. Los dos álbumes que le siguieron, el Squawk (1972) y Never Turn Your Back On A Friend (1973), son el tridente que solidifica su estilo único, crudo, pesado y denso. De seguro siempre tendrán un espacio en ese pedestal selecto de los grandes de los 70s”.
A través de la década, los poco reconocidos Budgie eran como un bicho raro, así como su nombre. Algo que los caracterizó fue el juego de palabras con un sentido de diversión burlona, en la que Burke combina frases literarias o palabras espontáneas. ¿Cómo pretender que títulos de canciones como Mujer paracaidista desnuda en desintegración, Eres la cosa más grande desde la leche en polvo, o Curso intensivo en cirugía cerebral, podrían pegar en la radio?
El baterista Phillips sale de la banda por su preferencia al sonido comercial y llega Pete Boot sólo para el álbum In for the Kill (1974), pero quien encajaría perfectamente en actitud y fuerza en ese puesto sería Steve Williams, para continuar con trabajos tan contundentes como Bandolier (1975), If I Were Brittannia, I'd Waive the Rules (1976) e Impeckable (1978)
El guitarrista Bourge tuvo una gran responsabilidad en el sonido distintivo de la banda, y con su pesadez y blues progresivo también influenció el naciente movimiento de la nueva ola del heavy metal británico. Budgie componía ritmos inusuales, variando tiempos en medio de secciones instrumentales, podían crear la pieza más pesada y a continuación la canción más melancólica y ambiental (muy recurrente en ellos), con el alto registro de la voz de Burke y su bajo bien marcado.
Es algo contradictorio que con el éxito por sus giras continuas más que por sus álbumes, nunca editaran un álbum en vivo en los setenta como lo hicieron sus coterráneos del hard rock. Sólo el trabajo We Came, We Saw captura la banda en concierto en dos Festivales del Reading 80 y 82, y Heavier than Air con sesiones en vivo de la radio.
Bourge salió de la banda en 1978, debió escoger entre ser gitano de espíritu o atender aspectos personales. La salvación llegó con su reemplazo John Thomas (fallecido en 2016), para grabar Power Supply (1980), Nightflight (1981) y Deliver Us from Evil (1982). Vendrían épocas más gloriosas para la banda como fue el ser pioneros en traspasar la cortina de hierro llenando grandes plazas en Polonia. Budgie tuvo un receso a fines de los ochenta y a mediados de los noventa impactaron en USA y tomaron fuerza gracias también a los covers hechos por bandas tan aclamadas como Metallica, Iron Maiden y Soundgarden. La banda siguió activa hasta 2010, editando su último trabajo en 2006.
Con poco apoyo de las disqueras, el power trío dejó su huella en los anales del hard rock.
Tanto los seguidores de siempre como los nuevos prospectos encontrarán un gran placer en la música de Budgie, y como pase el tiempo, mayor su disfrute. ¿Faltó más por decir?, por supuesto que sí!