Una curaduría de la disrupción en la Sala de Arte de Suramericana

Autor: Úrsula Ochoa
4 agosto de 2019 - 10:08 PM

En la Sala de Arte de Suramericana se ha presentado la exposición Residencias Cundinamarca, una muestra que reunió nueve proyectos de residencias realizadas en el Museo de Antioquia, en la que se revisaron algunos procesos de transformación de la ciudad y los lugares aledaños al museo, entablando una conversación auténtica con diferentes comunidades a través de las prácticas artísticas.

Fueron nueve los proyectos que se pudieron apreciar en la exposición Residencias Cundinamarca realizada en la Sala de Arte Suramericana y que ha dado cuenta de los procesos desarrollados por los diferentes artistas que han participado durante el programa Residencias Cundinamarca del Museo de Antioquia. Cabe destacar como bien lo dejó claro su curadora Carolina Chacón, que esta no era una exposición de obras, sino de procesos artísticos, por lo cual, su producción desde el inicio conllevó una gran responsabilidad, así como la toma de decisiones que fueron claves en el desarrollo de esta muestra. Por una parte, se meditó sobre qué debía ser mostrado de una serie de sucesos que pasaron por lo emocional, lo corporal y la intelectualidad de los artistas, las comunidades directamente relacionadas, los públicos y todos aquellos que han sido parte del equipo del museo que estuvieron en sintonía con todas estas expresiones procesuales; en este sentido, “es un proyecto que exigió su traducción en el espacio de una manera no convencional”, señaló su curadora.

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Residencias Cundinamarca del Museo de Antioquia

Así mismo, la exposición contó con una premisa fundamental para la curaduría basada en no mostrar exclusivamente la documentación de los proyectos participantes, en tanto que se buscaba darle otro nivel de lectura a la muestra, que se alejara de ser una exposición documental o de archivo con museografías convencionales; proponiendo, por el contrario, que el espectador tuviera la posibilidad de acercarse a muchas de las experiencias que ocurrieron durante las diversas residencias llevadas a cabo en el Museo. Así, con una museografía que parecía en principio caótica y desarticulada, la disposición de cada uno de los dispositivos museográficos, la distribución de los espacios, el diálogo entre los proyectos y los modos de enunciabilidad y transcripción estética de cada proceso, tuvo paradójicamente una aguda correspondencia con las dinámicas espaciales que se viven en aquellas zonas complejas que limitan con el museo: la carrera Cundinamarca, la avenida De Greiff y la calle Calibío.

Residencias Cundinamarca en Suramericana

La realidad recreada llegó a la Sala de Arte de Suramericana, que fue espacio propio para contar esta nueva etapa de Residencias Cundinamarca. Foto de Úrsula Ochoa 

Yesenia Rodríguez, quien es arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en Museografía de la Escuela Nacional de conservación, restauración y museografía del Instituto Nacional de Antropología de Ciudad de México, estuvo a cargo de trabajar sobre el diseño museográfico de este proyecto, quien luego de analizar los procesos, sus posibilidades y entablar un diálogo con la curadora, obtuvo como resultado una propuesta particularmente compleja y disruptiva, desde una metodología donde no hubo una fórmula que unificara la disposición y la manera de presentar cada proyecto, hablándonos entonces de la complejidad del espacio tanto físico como simbólico, personal e intelectual, donde la “anarquía” estética de la museografía, presentó una particular y muy inteligente forma de eficacia: la eficacia de una “desconexión”, como bien diría Rancière; de una aparente ruptura que terminaría siendo más una simbiosis (y he ahí la paradoja), entre las producciones resultantes de un ejercicio artístico y fines sociales definidos, entre formas sensibles, las significaciones que se pueden leer de ellas, y los efectos que aquello nos puede producir. O bien, dicho de otro modo; la eficacia de un disenso donde se pudo leer una negación a las formas dominantes de producción de exposiciones y circulación de los discursos en el arte, sobre asuntos críticos. Por lo demás, solo podemos concluir que la exposición ha sido sin duda, un indicativo de lo que puede configurar una acertada curaduría y museografía crítica.

Residencias Cundinamarca exposición Suramericana

Ciudad diversa y de colores, contada en este proyecto artístico en Suramericana. Foto Úrsula Ochoa 

***

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Los proyectos participantes del programa Residencias Cundinamarca fueron: Un clic de la memoria, de John Arias; Nadie sabe quién soy yo, de Nadia Granados; Veracruz estampa de Yeny Mejía; Víctor Romero: las Guerreras del Centro y mujeres del centro; Biblioteca troglodita de Sebastián Múnera; Pregunte por lo que no vea: laboratorio urbano con estudiantes de pregrado de la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín; Estómago de Santiago Calderón, Honorable Cartel, Rattlesnake y Diálogos con-sentido; Biblioteca de plantas. Viva y permanente, de María Buenaventura, Cristina Sandoval y AKA, Grupo de huertas del centro y colectivo La Buseta; La rozagante de Fabian Orozco y mujeres del centro; y finalmente Un caso de reparación y acciones antirracistas de Liliana Angulo y organizaciones y comunidades afro de Medellín.

 

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