Cuando mi Dios quiere estar con uno, solo le hace una señita y listo. Una caída el día jueves 23 de Agosto y solo 20 días fueron el camino de despedida de un hombre al que siempre se le dio el título de caballero. Un caballero en el romance, en su profesión de periodista, en su corazón de artista: Jairo Tobón Villegas.
Por muchos años lo vi pasar al frente de mi escritorio en la redacción. Alto, con su cabello blanco, sencillo pero bien puesto, silencioso, pero nunca le falto el darme el saludo de buenos días o buenas tardes. Pasaba y seguía derecho a producción, a ver cómo estaba el diseño de su periódico “El Rionegrero”. Su periódico que fundó en el año 1981. Pero no solo este periódico figura como una de sus creaciones a través de su vida, una vida de hombre empírico en todo, pero estudioso, gran lector, investigador, sensible, excelente conversador. Un hombre muy equilibrado, le hacía honor a su signo Libra, por su día de nacimiento un 4 de Octubre de 1927, no alcanzó a cumplir sus nobles 91. Pero largos 90 de mucha productividad en sus cargos desempeñados, en sus vocaciones de artista y periodista:
-Jefe de Relaciones Públicas y Publicidad de la Tropical Oil Company Esso Colombiana y Ecopetrol.
-Director de publicaciones y del noticiero El Reporter Esso, en Bogotá.
-Director de Relaciones Públicas y Recreación de Ecopetrol.
-Director creativo de Publicidad Toro, Bogotá.
-Director de noticiero de televisión “El Mundo al Vuelo” de Avianca.
En el arte de escribir son muchos sus títulos en libros y poemas, sobre todo en la línea de lo romántico, sus cartas de amor son de admirar. Porque si hay algo que se le reconoce es esa “amorosidad” que siempre tuvo con su tres hijas y con esa mujer que durante 33 años fue su compañera de vida, de poemas, de una rosa, de un detalle… Luz Estela Serna en sus palabras de silencio y luto nos dijo: “No me siento sola, me siento afortunada de todo lo que aprendí de él. Él amaba a la mujer”
Aquellos años son de grandes recuerdos en la vida de don Jairo Tobón Villegas, comenzando por esos dos apellidos de gran respeto en Rionegro: Hombre de carácter suave, optimista, de pocos enojos, calmado, pero cuando le tocaba decir la verdad, la decía completa. Siempre trataba de analizar los inconvenientes y buscarle una buena solución. Un wuiskicito y finos tabacos fueron de buen gusto por muchos años en su vida. Esa vida de bohemia en el estadero “Las Delicias” en donde le gustaba quedarse solo y pintar. Y además de pintar y escribir, la escultura fue otra de sus artes. Hombre organizado, al que le gustaba vestir de formal con su saco y corbata.
De él queda también el recuerdo de haber sido modelo de los cigarrillos Marlboro en su juventud de hombre buenmozo.
Le encantaba escuchar música colombiana, pasillos y bambucos, los boleros de Agustín Lara, pero también la ópera y la zarzuela a la que le gustaba asistir. Fue fundador del Club del Clan. Y algo que le causaba mucha alegría, era cuando hacían cosas positivas por su amada Rionegro en donde siempre vivió.
Estaba muy bien de salud, alegre y optimista como siempre lo fue. Pero el día jueves 23 de agosto sufrió una caída en las escaleras de su casa. Fatal rotura del fémur, operación inmediata, pero la quietud de los días siguientes le afectó el sistema digestivo, otra operación, siguen dolores y el martes once de septiembre a las ocho de la noche se fue a ese llamado divino, inexorable momento.
Tenía una frase que con frecuencia decía: “Cuando uno ya no sirve, que descanse en paz” Jairo Tobón Villegas.