Pintor, ensayista, crítico, poeta, Félix Ángel ha publicado con Tragaluz Editores su obra Twenty One Poems, escrita en inglés y en el lenguaje del collage. Esto piensa el autor de su obra.
¿Por qué usted decide publicar en Colombia un libro de poemas en inglés?
Al comienzo no racionalicé mi deseo ni me preocupé por ello, pero poco a poco me di cuenta de que tenía mucho de simbólico, pero a la vez de práctico. Simbólico porque era una forma de romper y ampliar fronteras que hoy día son barreras imaginarias. Práctico porque tengo una relación profesional de muchos años con Tragaluz Editores y como interlocutores en este tipo de proyectos siento que puedo hablar con ellos con total franqueza.
Portada de Twenty-One Poems
¿Cuáles son sus mensajes al escoger el formato, uso de carátula dura -ya no de cuero-, impresión de la carátula como intaglio y papel de alta calidad?
El diseño del libro fue un proceso en el que los editores tuvieron un papel muy importante. Primero que todo, hubo un dialogo muy constructivo antes de siquiera pensar cómo iba a ser el libro. Tenía ideas. Era autor del contenido. Quería un libro que fuese delicado y fuerte. Delicado, casi frágil como objeto, fuerte como la sensibilidad que envuelve los poemas. No tenía un formato preciso. Hay que permitir a los editores contribuir con sus propias ideas pues ellos son los expertos en asuntos bibliográficos. Fue un ir y venir. Al final quedamos todos satisfechos. Mucha gente puede que no lo vea así, pero un libro no es solo producto de quien lo escribe.
¿Tiene sentido en tiempos de vértigo proponer un libro para el detenimiento, como este que usted ha escrito, construido, editado?
Por supuesto. En más de un sentido creo que neutraliza, o de alguna forma se contrapone al desorden que ha invadido y parece ser aceptado como norma en el comportamiento actual del ser humano. El universo gravita en un balance de fuerzas negativas y positivas.
Siendo este un libro universal, ¿ha pensado en una edición digital?
No me atraen los libros digitales. Creo que como artista plástico que soy, mi relación con el libro es muy objetual y sensual. Los objetos no son insensibles. Nunca traicionan al ser humano. Lo acompañan silenciosamente enriqueciendo la experiencia de vida y no exigen nada a cambio. Yo soy un defensor radical del objeto, una anomalía en una época donde lo virtual y lo efímero predominan.
¿Cómo trabaja con los editores del libro?
De parte y parte trabajamos con mucho entusiasmo, paciencia y mente abierta.
El complejo collage These Are Only Words es la puerta al poema con las mismas palabras, que deja un mensaje para el lector.
El collage y el papel
Sigue explorando con el collage dando gran fuerza al color, haciendo contrastes de color en la construcción del collage que parecen gritar al lector para que los mire ¿confía en el detenimiento del lector-observador?
En cierta forma mis obras dan la oportunidad de observar, otra práctica casi perdida. Poseemos el sentido de la vista, pero no miramos. Hemos convertido los ojos en un órgano pasivo. La imagen tiene que ser observada para darle a ambos -cerebro y corazón, la oportunidad de experimentar y reflexionar sobre lo desconocido.
¿Se ha valido de las teorías sicológicas del color o emplea básicamente criterios estéticos?
No sabría explicarlo a satisfacción, pero como artista me parece que la imaginación y la creatividad van simultáneamente de la mano de la emoción y el raciocinio.
Según las imágenes del libro, usted también está haciendo intaglios en estos collages, ¿por qué esa técnica tan compleja hoy?
No me resulta tan compleja. Utilizo recursos que hacen parte del repertorio técnico de la expresión. Lo importante es ver como a lo convencional puede dársele una vuelta de tuerca que se acomode a lo que uno como creador esta empeñado en realizar.
Portada en intaglio del nuevo libro de Félix Ángel
¿Habrá exposición con los collages creados para este libro?
De pronto.
Los poemas
¿Usted es lector constante de poetas en inglés?, ¿qué poetas recomendaría?
El menú es bastante variado: Edgar Allan Poe, Walt Whitman, Langston Hughes es uno de mis favoritos, Maya Angelou, Allen Ginzburg, Robert Frost, Jack Kerouac por supuesto, Dolores Kendrick quien fue mi gran amiga, Poeta Laureada de Washington; Ethelbert Miller, quien escribió el prefacio del libro. Cada uno tiene su propia dimensión y hay poca correlación entre ellos, excepto por el hecho de que todos son poetas. Pero uno encuentra poesía en otros escritores que no son poetas, por ejemplo, Scott Fitzgerald, o James Baldwin, ambos tremendos escritores.
¿Se siente influenciado por estos poetas en inglés?
Para ser franco, no, o por lo menos eso es lo que creo, aunque puede que inconscientemente todos ellos me hayan influenciado.
Usted también es escritor de poemas y literatura en español, ¿qué destaca de la experiencia literaria en cada idioma?
En mi caso, nacer y vivir en Colombia con el español como lengua materna, y luego madurar y vivir en los Estados Unidos de América aprendiendo otra vez a hablar y comunicarme en inglés, el resultado es positivamente esquizofrénico. En cierta forma el poema No. 7, Otra persona, se refiere en parte a esa forma de ser. Es una experiencia maravillosa tener esa posibilidad, la de vivir dos vidas.
En la construcción de los poemas y en la construcción de los collages, Félix Ángel despliega sus capacidades estéticas.
¿Es este libro una especie de confesión o un desgarro de vida?
Ninguna de las dos cosas. Es el resultado de procesar toda una serie de experiencias, personales algunas, observadas en otros, en una forma que permita a quien lee sentirse más humano, más generoso, más optimista. Se vive solo una vez. La vida es maravillosa. Hay que transformar cada experiencia en algo que la enriquezca. Cuando escribo, cuando trabajo con papel, ese esfuerzo tiene que reencarnarse de una forma que otras personas puedan sentir que solo por estar vivos pueden experimentar lo que sienten. Cada cual puede hacerlo a su manera, pero solo una minoría lo practica. El mundo sería mejor si la mayoría se acogiera a esa actitud, pero el ser humano es muy egoísta, y se comporta como si sus dificultades son el centro del mundo.
En varios poemas usted pone en contraste las metas materialistas y las idealistas de las personas en la actualidad, ¿le preocupan las miradas del hombre contemporáneo?
Me parece que los intereses que predominan en la sociedad actual han llevado al ser humano a adoptar una actitud extrema acogiendo sin cuestionamiento lo banal, lo fácil, inclusive lo ilícito, como forma de simplificar el impacto de sus propias limitaciones. Es un discurso muy auto complaciente el de no esforzarse por superar los problemas que la vida ofrece y esperar que sean otros quienes los resuelvan.
“These are only words” ¿de veras piensa que esta construcción son apenas palabras?
Por supuesto que no. Es una ironía. Intencionalmente coloqué ese poema al final del libro. Quien al terminarlo se sienta igual al comienzo, la explicación lógica puede ser esa. También significa que las palabras por si solas tienen un sentido muy limitado, que cuando se agrupan alrededor de un sentimiento, o una idea. Son palabras, pero el efecto depende de cómo se organizan, en el contexto al que pertenecen.
En medio de la desolación que usted confiesa, deja al arte un lugar de esperanza, ¿Quedaría algún otro espacio para el hombre?
Mirando mi vida en retrospectiva tengo la impresión de que para mí no hay otro espacio, y ello es razón para considerarme afortunado.
Usted ya tradujo los poemas al español, ¿hará una edición del libro en este idioma?
No he tenido tiempo de pensarlo y tomar una decisión. Conociéndome, es posible. En realidad, no traduje los poemas. Los tuve que volver a escribir en español, teniendo muy de cerca la experiencia cultural en el contexto donde surgieron.