El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Muy agradecidoUna añeja lección en la prensa es que los periodistas o en este caso las empresas periodísticas no debemos ser los protagonistas y menos la noticia. Nos debemos a la comunidad con tres propósitos básicos: informar, opinar y educar sobre lo que acontece en lo local, regional, nacional y mundial con la verdad. Pero este 31 de julio del lamentable y pandémico 2020 se presenta la durísima excepción y somos la novedad con la suspensión de actividades o cierre de El MUNDO y de ELMUNDO.COM a partir de este domingo tras 41 años de labores, de los cuales aporté mi trabajo y esfuerzo durante 35 años y de ellos 30 en la información y como editor político del periódico. Y con esta decisión de sus propietarios, ya explicada y argumentada en un comunicado de la fecha, también llega a su fin la columna Panorama Político, desde la cual, además de las crónicas, reportajes, entrevistas, análisis, informes y fotografías en la página Política sobre hechos básicamente de Antioquia y en lo nacional, mantuvimos informados a todos los lectores, creo que de una forma correcta, amena y hasta pedagógica del acontecer político, al menos eso nos lo indica y comprueba la enorme fraternidad y deseos de que sigamos en la brega en la divulgación a través de otras plataformas digitales, que recibimos a lo largo de este triste viernes viral. Hoy el contagio es de mucha nostalgia, pues siempre fui un enamorado del proyecto periodístico de una segunda voz en la prensa de Antioquia no sólo liberal, sino pluralista y ante todo por fortalecer la democracia en Colombia y que nunca se pierda la vital decisión de las urnas. No hay días tan maravillosos para mí, como el cubrimiento de las elecciones. Por todas las llamadas al teléfono celular y los mensajes al whatsapp, muy agradecido por todos esos agradables y alentadores mensajes que me convidan a seguir con mi estilo en la información política. Han ayudado a apaciguar este mal viernes, aunque la suerte y destino de El MUNDO ya lo presentíamos. Me disculpan que la noticia sea hoy el epílogo de El MUNDO, de su página Política y de la siempre recordada desde ya columna Panorama Político y estas son las últimas palabras y letras de su contenido. La idea es seguir desde otro informativo digital pues son ustedes mismos los que lo están pidiendo. Son muchas las historias en estos 35 años en el periódico y en los 30 años en el relato político. Son muchas las personas con las que disfruté, aprendí, viví, compartí y me aguantaron en el Diario. Especial mención y cariño por los gratos momentos al lado de Víctor León Zuluaga, Jairo León García, Luz María Tobón, Darío Arizmendi, Guillermo Gaviria Echeverri, y sus hijos Aníbal e Irene, pero hay muchísimas más personas. Además a mis secretas fuentes de información, analistas y asesores. Pero ya no soy capaz de seguir tecleando. Nos vemos muy pronto. Gracias a todos. Seguimos cuidándonos y encerrados con la Yiya y el extraterrestre Luismi.
El Ministerio de Salud confirmó nuevos casos positivos de coronavirus en el país este lunes 27 de julio, con los que Colombia acumuló un total de 257.101 casos, manteniendo activos 116.652, además se reportaron 131.161 personas recuperadas y un total de 8.777 fallecidos.Según el reporte de las autoridades sanitarias, en las últimas 24 horas el país registró 8.125 casos positivos nuevos, además se reportaron 6.124 nuevos pacientes recuperados y sigue en aumento la tasa de fallecidos tras registrarse para este lunes 252 decesos más.Los 8.125 casos nuevos se reportaron en: Bogotá (2.637), Antioquia (1.975), Atlántico (598), Córdoba (521), Valle (474), Nariño (292), Norte de Santander (204), Bolívar (188), Santander (137), Magdalena (135), Cundinamarca (125), Sucre (121), Putumayo (116), Cesar (101), Caquetá (92), La Guajira (80), Tolima (74), Cauca (65), Chocó (41), Meta (33), Casanare (32), Boyacá (22), Quindío (19), Huila (18), Caldas (12), Risaralda (5), Guaviare (3), Amazonas (3) y San Andrés (2).Las personas fallecidas se reportaron en su mayoría en la ciudad de Bogotá, donde se confirmaron 110 decesos nuevos, los demás muertos se registraron en Córdoba (24), Atlántico (19), Valle del Cauca (19), Antioquia (18), Bolívar (11), Cundinamarca (11), Sucre (10), Magdalena (5), Nariño (5), Norte de Santander (5), Cauca (4), Chocó (3), Caquetá (2), La Guajira (2), Santander (2), Boyacá (1) y Meta (1).Lea también:Al 26 de julio,Medellín tiene más de13.000 contagios de la covid-19En cuanto a las muestras procesadas, el informe del Ministerio de Salud confirmó que en este día fueron procesadas un total de 30.312 pruebas, para un total de 1.439.436 muestras procesadas en el país.Exitoso nuevo vuelo humanitario desde SuizaUn total de 231 colombianos y extranjeros residentes en Colombia pudieron regresar, desde Zúrich, en un nuevo vuelo humanitario organizado por la Embajada de Colombia en Suiza.Para ello, se desplazaron hasta Zúrich pasajeros de 28 países: Albania, Alemania, Angola, Australia, Austria, Bangladesh, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gabón, Guinea Bissau, India, Irlanda, Israel, Italia, Malasia, Mozambique, Noruega, Países Bajos, República Checa, Rusia, Serbia, Sudáfrica, Suecia, y Turquía, además de aquellos procedentes de Suiza.El éxito de este vuelo se logró gracias al trabajo desarrollado por la Embajada en Suiza, en coordinación con 21 consulados en el mundo.Este vuelo, el primero en el que Avianca viaja, en su historia, de Zúrich a Bogotá, es el segundo vuelo humanitario gestionado por la Embajada de Colombia en Suiza y el quinto en el que ha colaborado. En relación con esto, la embajadora Sofía Gaviria Correa expresó: “Es un mandato moral ayudarles a los colombianos en situación difícil en esta pandemia. Nos enorgullece estar llevando a cabo acciones de carácter humanitario que puedan contribuir a mejorar la situación de nuestros connacionales en medio de esta crisis”.Los pasajeros, que residen en 18 departamentos del país, tendrán que cumplir con el aislamiento preventivo obligatorio.
Por estos días ha resultado bastante polémica la postura y las palabras del arzobispo de Cali. Lo he dialogado con varias personas y, resulta que para muchos la postura del obispo es un crimen para la diplomacia, y seguro por eso la posición de la nunciatura apostólica; un evento desafortunado, por el miedo que genera hablar de la forma como lo hizo el obispo; un ingrediente más en la polarización del país, como lo afirmó un grupo de periodistas; el destape de un izquierdoso, como algunos políticos lo dijeron; finalmente, un hombre de Iglesia, como me atrevo a decirlo en esta columna. ¿cómo se me ocurre decir eso? ¿pretendo acaso decir que ahí está reflejada la posición de la Iglesia? Pues hay que hacer varias precisiones. En su visita a Colombia, el Papa Francisco, dirigiéndose a las víctimas decía: “No tengan miedo a pedir y ofrecer el perdón, no se resistan a la reconciliación para acercarse, encontrarse como hermanos y superar las enemistades”… “Ustedes llevan en su corazón y en su karma huellas, las huellas de la historia viva y reciente de su pueblo, marcada por eventos trágicos, pero también llena de gestos heroicos”… 'Y quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso; este viaje tiene que ser un aliciente para ustedes, un aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz'… “Es hora de sanar heridas, de tender puentes, de limar diferencias. Es la hora para desactivar los odios y renunciar a las venganzas. Abrirse a la convivencia basada en la justicia y en la verdad”… 'En este enorme campo que es Colombia, todavía hay espacio para la cizaña. Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo y no pierdan la paz por la cizaña'… “Cada violencia cometida contra un ser humano es una herida en la carne de la humanidad”… “Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz”… “La búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto, una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos”… “Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto”… “La verdad no debe, de hecho, conducir a la venganza, sino más bien a la reconciliación y al perdón”. Ser hombres y mujeres de verdad es un principio común entre los cristianos. Ser un hombre de verdad, es ir hasta las últimas consecuencias con la misión profética de anunciar y denunciar, es ser coherente con lo que se es y con lo que se profesa.Lea también: La pedagogía de la respuestaLas palabras del obispo son fácilmente verificables. El periódico El Espectador, el 3 de julio del presente año mostraba una caracterización de “432 líderes sociales asesinados en Colombia, según los informes anuales del programa no gubernamental Somos Defensores, quien catalogó 2019 como el año más violento para los líderes: 844 agresiones en su contra, desde homicidios y amenazas hasta atentados y desaparición forzada”. 432 líderes asesinados y 844 agresiones. Por un momento dejen de pensar en el obispo: ¿Qué nombre se les ocurre? ¿cómo llamamos a esta sistemática aniquilación de la vida por cuenta de un liderazgo social necesario, mal entendido, desprotegido? El obispo le puso un nombre que a algunos les parece aterrador, como sea, lo que es cierto es que el obispo se hizo incómodo por decir la verdad, por no disfrazarla, por ser “poco diplomático”. Ya lo diría el teólogo Castillo, “la falsa prudencia es el disfraz del miedo y el justificante de las ambiciones de un poder que nunca está dispuesto a reconocer que se equivoca o que actúa por motivos inconfesables. Una Iglesia que procede así, difícilmente puede ser reconocida como continuadora de la vida y el destino de Jesús de Nazaret, que cometió tantas ‘imprudencias’”. Ahora bien, cambiemos el lente y pongámonos las gafas de la ética. Miremos el asunto desde la capacidad de relacionar lo bueno y lo malo con la conducta moral. ¿Está mal, en la figura de un obispo que también es un ciudadano, decir que la no implementación de los acuerdos de paz ha sido un generador de violencia? ¿Está mal decir que hay frustración por no haber continuado los diálogos con el Eln? Yo creo, en verdad, que el asunto hay que mirarlo con detenimiento. Se necesita ser muy valiente para salir a decir lo que dijo y mantenerse en ello. Esta es la Iglesia en la que creo, la que no se calla, la que es incómoda, la que cuestiona, la que no vende sus ideales a los gobiernos de turno, la que es capaz de pensar por sí misma.En Colombia hemos malinterpretado el lugar de la diplomacia, confundiendola con miedo e hipocresía. Hemos confundido la valentía con la hipoteca del pensamiento, hemos creído que unos son buenos y otros malos, solo porque no piensan como igual o prefieren ser políticamente correctos. La verdad es la verdad y esta no se puede disfrazar, cuando uno dice creer en Dios, tamaña afirmación se confronta con los actos. Cuando uno es de la Iglesia comunión-verdad, la visión profética de la misma está ahí, no para agradar, sino para denunciar, para arrancar y plantar, para destruir y construir.
Por JULIÁN PEINADO RAMÍREZ*Probablemente la mayoría de ustedes no esté dispuesta a que sus jefes, profesores o pareja lo agredan físicamente cuando no han logrado entender algo, lo hacen mal o cuando piensan diferente. Permitir un acto así podría encajar en cargos como lesiones personales, abuso de autoridad, violencia intrafamiliar y acoso laboral a quien iniciara la agresión.Lea también: Sí a la ley que prohíbe los castigos físicos o humillantesNo obstante, usamos un rasero muy diferente con los niños, socialmente se acepta que se les pegue para “corregirlos” tanto así que cuando vemos a un niño haciendo algo indebido o una pataleta no falta quien dice “que le faltan unos buenos correazos”. Una contradicción si se entiende que como adultos no permitiríamos ese uso de la fuerza en nosotros para corregirnos, pero sí ejercemos y avalamos la violencia contra los niños.Pensar que agredir físicamente a una persona es la única forma para corregir su comportamiento, nos lleva de regreso a la Edad Antigua y a la Edad Media donde en los manuales escolares se reglamentaba la forma, lugar y exposición con las cuales podía ser corregido un estudiante con azotes: si la corrección era “ordinaria” se hacía en la esquina más oscura del salón para que los otros no lo vieran desnudo y si era “severa” debía ser pública. Y aun así hay diferencias, pues actualmente estamos hablando de niños que están siendo agredidos por quienes se supone que los deben cuidar y corregir, es decir, sus padres y familia.Es por esto que, de la mano del Icbf y de diferentes organizaciones en favor de la niñez, estamos promoviendo en el Congreso el proyecto de ley pedagógico que busca prohibir el castigo físico contra los niños y en cambio propone promover herramientas de crianza positiva para que los padres de familia aprendan a formar, corregir, poner límites y educar a sus hijos sin recurrir a la violencia. Esta iniciativa obedece a las disposiciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptada por Colombia que en la Convención Sobre los Derechos del Niño, en su artículo 19, establece que “los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.El Comité internacional de los Derechos del Niño, en la Observación 13, es aún más específico al indicar que los Estados firmantes están en la obligación de eliminar de la legislación toda justificación del uso de los castigos físicos como una corrección “razonable” en cualquier entorno e incluir la prohibición expresa en la legislación. Es que no se está legislando en temas de poca monta, pues según datos del ICBF solamente entre el 12 de marzo y el 7 de abril de 2020 se recibieron 10.931 solicitudes y reportes asociados a violencia hacia niños, niñas y adolescentes, es decir, un promedio de 405 denuncias diarias. Eso llevó a que en tan solo 27 días el ICBF abriera 1.297 Procesos Administrativos de Restablecimiento de Derechos (PARD) en favor de niños niñas y adolescentes víctimas de maltrato físico, psicológico, violencia sexual, negligencia. Eso sin contar el subregistro que puede estar creciendo de manera alarmante durante las cuarentenas extendidas teniendo en cuenta las dificultades para denunciar en medio del confinamiento y que los agresores suelen estar dentro de la familia.En comparación con otros países nuestro panorama sigue siendo alarmante pues Colombia fue clasificado como el segundo país con más homicidios infantiles según un informe de Save The Children publicado en 2019. Estas cifras reflejan una realidad confrontante ante la cual el Congreso de la República no puede ser un convidado de piedra pues tiene la responsabilidad de legislar para evitar todo tipo de violencia contra cualquier persona y de cumplir el mandato constitucional que establece que en el Artículo 44 que los niños son “serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral…”.Uno de los argumentos en contra del proyecto que hemos escuchado bastante es que la educación basada en los golpes y en la violencia forma “ciudadanos de bien”. Dicho pensamiento desconoce la historia y la realidad de nuestro país que es catalogado como el segundo país menos pacífico de América Latina (Global Peace Index, 2019) y uno de los más peligrosos para ser niño puesto que 4 de cada 10 menores han sufrido maltrato físico, psicológico o sexual, según la más reciente Encuesta de Violencia contra Niños publicada en 2019. De modo que, pensar que ese modelo violento es el adecuado omite que día a día estamos plagados de noticias relacionadas con riñas, sicariato, abuso sexual contra niños y mujeres, así como el aumento de los feminicidios y de la violencia intrafamiliar en época de cuarentena.La violencia sólo ha engendrado más violencia porque cultiva sentimientos de dolor, resentimiento, baja autoestima, agresión pasiva, deseos de vengarse, etc. Precisamente, diversos estudios en la materia corroboran que estos son los sentimientos que se van formando en un niño cuando es objeto de castigos físicos y tratos humillantes. ¿Recuerda la última vez que a usted le pegaron o lo humillaron otras personas con una posición dominante? Estoy seguro de que al recordarlo se identifica con este tipo de sentimientos e instintos que pueden desembocar en acciones violentas contra otros o en un rechazo contra sí mismo.Otro tipo de argumentos que hemos escuchado controvirtiendo la propuesta de prohibir el castigo físico en contra de los niños es que “los niños son de los padres y no del Estado”. Esta afirmación es equivocada porque las personas no son de nadie, pero también es muy peligrosa. Ese postulado equivale a decir que “lo que pasa dentro de una pareja o familia se queda en la casa y es totalmente privado”, lo cual avalaría que si dentro del hogar se presentan abusos sexuales contra adultos y niños, agresiones físicas vengan de donde vengan o cualquier tipo de violencia no pueda ser denunciado y que, en consecuencia, el Estado no tenga capacidad para intervenir y proteger a quienes están siendo violentados.Por otro lado, un temor que hemos escuchado es que este proyecto de ley “establezca un método de educación estatal en contra de la autonomía de los padres”, nada más alejado de la realidad pues el proyecto en ningún momento interfiere con los principios, valores, historia, cultura y religión que una familia decida desarrollar. Eso está constitucionalmente protegido. Al contrario, este proyecto lo que busca entre otras, es promover las garantías individuales, por medio de la protección del núcleo de la dignidad humana, como es, no ser sometido a tratos crueles, humillantes y degradantes; de manera que cada familia tiene la potestad de formar a sus hijos, corregirlos y sancionarlos estableciendo un mínimo común y es el no uso de la violencia. Justamente para que los padres puedan aprender sobre métodos de crianza sin golpes, el proyecto abarca una estrategia pedagógica en la que el Estado le facilita a los padres el acceso a esa información. Mejor dicho, ¡sanción sí, pero no así!Pensar que facilitar el acceso a la información sobre pautas de crianza positiva atenta contra la autonomía de las familias es equivalente a pensar que cuando en su trabajo le dan una charla de comunicación asertiva están atentando contra su derecho al libre desarrollo de la personalidad, ¡es absurdo y no tiene fundamento! Con este proyecto se busca entregar herramientas y estrategias que los padres al interior de su hogar decidirán de qué manera los aplican o si los desechan.Finalmente, hay quienes consideran que este proyecto de ley genera una duplicidad normativa puesto que la Constitución ya avala los derechos de los niños, pero la historia nos ha demostrado que se requiere de acciones afirmativas que apuntan a proteger a un grupo de personas que han sufrido violencia desproporcionada. Estas acciones se traducen en leyes de la república para hacer que el ideal de los derechos se convierta una realidad. Por ejemplo, aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todos somos iguales, se necesitó de leyes posteriores que abolían la esclavitud y creaban el derecho de los negros para votar; del mismo modo, en Colombia fue necesario crear la Ley 1257 de 2008 que protege a las mujeres. Adicionalmente, recuerden que la creación de esta ley corresponde a acuerdos y convenciones de derechos de los niños aceptadas por Colombia que sugieren desarrollos legislativos que apunten en este sentido.¿Cuánto más tiene que pasar en nuestro país para que nos cansemos de la violencia? ¿Cuánto más tenemos que vivir para que empecemos a ser generadores de cambio desde el respeto? Insisto, con esta ley no buscamos que los padres no puedan corregir a sus hijos, todo lo contrario, corríjanlos, exíjanles, muéstrenles el camino, pero háganlo teniendo en cuenta cómo les gustaría ser tratados a ustedes.Hace poco leí que un niño que es golpeado por sus padres no aprende a odiarlos a ellos sino que empieza a odiarse a sí mismo. Una realidad muy dolorosa que me confirmaron varios testimonios que me llegaron por redes sociales desde una mujer que contó por primera vez en su vida que fue víctima de abuso sexual por parte de su padrastro que y nunca fue capaz de contarle a su mamá por miedo a las reprimendas físicas que le daba; hasta personas que al acercarse a este tema me han escrito contándome que ahora entienden que sus estados de depresión, ansiedad, rechazo y hasta ganas de suicidarse provienen de los malos tratos que recibieron cuando niños.En nuestras manos está cambiar esa historia. No me refiero solamente a los congresistas, sino a todos nosotros, porque todos los días tenemos la oportunidad de ser mejores y de nutrir nuestros micro mundos con acciones de respeto, escucha y tolerancia. Culturalmente hemos legitimado la violencia en la música, los chistes, los programas de televisión, pero es nuestro deber hacer que estas acciones dejen de ser el pan de cada día en nuestra sociedad.Le puede interesar: Plenaria de la Cámara puede poner fin a la violencia contra la niñezNuestros agradecimientos a las organizaciones, iniciativas privadas y expertos que nos han acompañado en esta labor entre quienes están el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, la Alianza por la Niñez, UNICEF, Save The Children, Aldeas Infantiles, Red Papaz, Agencia PANDI, Ni Una Palmadita, la Sociedad Colombiana de Pediatría, la Universidad de la Sabana, la Universidad Javeriana, la Universidad Externado, Jorge Cuartas investigador de la Universidad de Harvard; además de las iniciativas Despertando al Gigante y Crianza Consciente, entre otras.*Coautor del proyecto de ley de prohibición del Castigo FísicoRepresentante a la Cámara por AntioquiaPartido Liberal Colombiano---En este enlace están disponibles las ponencias del proyecto de ley de prohibición del castigo físico y fomento de la paternidad amorosa https://www.camara.gov.co/prohibicion-castigos-fisicos
Era la noche del 12 de diciembre de 2019, día del lanzamiento de mi libro número 14, Crónicas de vida. Con la presentación del libro, el doctor Gustavo Restrepo Villa, director de la Corporación Otraparte, entidad que honra y difunde la obra y la vida del Maestro Fernando González, daba apertura oficial a su nuevo y moderno auditorio.Lea también: Queja de pena y amor por nuestra Alma MaterLos invitados fueron llegando, uno a uno, no obstante el aguacero desatado a la hora de la cita, sobre todo Envigado y parte de la ciudad de Medellín. Y entre los tantos y cultos amigos que esa vez me acompañaron, recuerdo muy especialmente al doctor Delfín Acevedo Restrepo y a su esposa, la doctora Libia Isaza Franco. Yo sabía que él soportaba quebrantos de salud, pero ello no fue motivo suficiente que le impidiera acompañarme a la velada literaria.Y es así que, releyendo su delicioso libro: Impresiones y recuerdos (escrito al alimón con otro antioqueño grande, el doctor Jaime Tobón Villegas), a la vez que meditando sobre nuestra pobre realidad colombiana (agobiada a más no poder por esta situación de pandemia que agudizó el desempleo, la pobreza, la deshumanización, el atraco masivo, abierto y descarado; la inseguridad más rampante, la corrupción desmedida, la cosecha de gobernadores y alcaldes puestos presos por requerimientos judiciales, entre decenas de otros males), me doy plena cuenta de que el doctor Delfín Acevedo Restrepo, es la antítesis de esta realidad. Él se mantiene incólume en su esencia: un antioqueño íntegro, probo, estudioso, trabajador (todavía escribe, regularmente); es dueño de una producción intelectual brillante y continua (ya llegó a su libro 24) y un discernimiento claro, elegante y preciso.Santa Rosa de Osos, su tierra natal, la misma cuna de mi admirado doctor Pedro Justo Berrío (a mi juicio el mejor gobernador que ha tenido Antioquia en toda su vida republicana), debe sentirse orgullosa de un hombre como el doctor Acevedo Restrepo, que ha brillado como pedagogo, educador, abogado, experto en administración pública (fue director regional de la ESAP por 6 años, y su director Nacional, por 4; al igual que presidente del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD); adicional a ello, periodista, escritor, concejal, diputado, representante a la Cámara, rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y columnista de los extintos periódicos: El Correo, El Diario y La Defensa; así como de los vigentes: El Colombiano, La República y El Mundo.Estas notas (reducidos apuntes que reconocen la grandeza de un hombre sencillo, de un hombre culto, de un humanista, de un trabajador incansable, y, -por encima de todo-, de un ser humano excepcional, de un hombre bueno), son la comprobación llana y sencilla de la filosofía de vida de uno de nuestros grandes maestros en materia de periodismo, el polaco Ryszard Kapuscinski, cuando advierte que “para ser un buen profesional, primero hay que ser una buena persona”. Andando el tiempo, en un ensayo más generoso en extensión y más esclarecedor e inteligente, nos deberemos ocupar de la obra pedagógica, política, periodística, literaria y humanística del doctor Delfín Acevedo Restrepo, porque Antioquia (y muy especialmente sus niños y jóvenes) deben tener certeza de quiénes fueron sus verdaderos hijos; de quiénes son sus verdaderos líderes, para no seguir confiando esta amada tierra a hombres enanos, cutres, deshumanizados y advenedizos.Recordando que la hidalga Santa Rosa es también la tierra de Porfirio Barba Jacob, creo que mi querido amigo Delfín Acevedo Restrepo, al salir de su entrañable lar, muy joven aún, cantó los versos del poeta: “Cruzando las campiñas, tiemblo bajo la gracia / de esta bondad augusta que me llena... / ¡Oh dulzura de mieles! ¡Oh grito de eficacia! / ¡Oh manos que vertisteis en mi espíritu / la sagrada emoción de la noche serena!Le puede interesar: Antioquia le canta a ColombiaFiódor Mijáilovich Dostoievski, solía decir que: “Los hombres verdaderamente grandes deben experimentar honda tristeza en la tierra”. El cariño y el conocimiento que tengo de la vida del doctor Delfín, me llevan a encontrar muy íntimos a él, las palabras del genio ruso y los versos del querido bardo santarrosano: “De simas no sondadas subía a las estrellas; / un gran dolor incógnito vibraba por su acento; fue sabio en sus abismos -y humilde, humilde, humilde- / porque no es nada una llamita al viento...*Ivanguzman790@gmail.com