111 años después, la FCF tomó la misma decisión del dueño de la fábrica de Nueva York quien cerró la fábrica para que las mujeres desistieran de su idea y así se fueran del lugar
Vergüenza, tristeza e impotencia es la sensación que le queda a millones de colombianos después de la nefasta decisión de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) de no continuar con la liga femenina de fútbol profesional. Lo preocupante y desconcertante es que esta disposición se tomó luego de que unas valientes jugadoras de la selección de mayores pusieron el “dedo en la llaga” denunciando en un video irregularidades, desigualdades y acoso por parte de las directivas.
Lo anterior, irónicamente sucedió en la semana del día internacional de la mujer, fecha en que luego de la muerte de 130 mujeres en un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, se declararon en huelga con permanencia en el lugar de trabajo. En esta, reclamaban una reducción de la jornada laboral, un salario igual al de los hombres y solicitaban una mejora en sus condiciones de trabajo.
Hoy, 111 años después, la FCF tomó la misma decisión del dueño de la fábrica de Nueva York quien cerró la fábrica para que las mujeres desistieran de su idea y así se fueran del lugar. Esto demuestra que la lucha por la igualdad de derechos, de justicia, de participación política que inició hace más de un siglo sigue vigente.
La FCF ignora que las redes sociales permiten que los ciudadanos estén más informados y puedan expresarse, esto no lo vamos a aguantar ni lo vamos a permitir. Lo que ellos no ven es que si acaban con la liga, terminan con el trabajo de mujeres que han dedicado su vida a representarnos a nivel mundial, dejando el nombre de Colombia en alto.
También desconoce que hay 2 equipos campeones de la liga –Independiente Santa Fe y Atlético Huila- este último campeón de la Copa Libertadores. Por voluntad de unos pocos se quiere borrar el éxito y reconocimiento que se han ganado, esto no tiene sentido ni ningún fundamento.
Por eso, exijo que se reverse la desaparición de la liga femenina. Claramente, la decisión no fue por falta de rentabilidad sino por una represalia que es una clara discriminación de género por reclamar derechos. Señores de la FCF, paren el maltrato ya, respeten a las jugadoras y a los colombianos, sus acciones revictimizan a quienes denunciaron las injusticias en su contra.