Bandoneón, la nota de hoy va a estar adornada de firuletes y aunque el título de la columna es un verso de Jorge Luis Borges, voy a recordar estos, de Evaristo Carriego:

“En la calle, la buena gente derrocha

sus guarangos decires más lisonjeros,

porque al compás de un tango, que es ‘La Morocha’

lucen ágiles cortes dos orilleros”.

Pues bien, el poema ya nos va contando que el baile era entre hombres y en las márgenes de la ciudad. Historias de las visitas de los organitos a los barrios.

Lea también: 19 años del Candombe

Ahora bien, hay que tener presente que al tango llegó primero el cuerpo y luego se unieron las palabras, era visto como algo pecaminoso, la prensa lo calificaba de canallesco, las clases altas lo rechazaban y aunque no tuvo prohibición oficial, sí había una censura social.

Con el paso del tiempo, fue llevado a los prostíbulos, a las casas de baile y obras de teatro, allí se bailaba en pareja mixta. A pesar de ser proscrito, tenía un encanto visual, entonces los niños bien lo aprendían en los prostíbulos y las mujeres conseguían profesores en un pacto secreto.

Para entender el proceso de evolución del tango, iremos a 1910 cuando fue bailado en París, la sociedad local vibró y quería aprenderlo, tener para sí orquestas, profesores y demás. De pronto alguien se podrá preguntar el porqué de la acogida en la capital francesa, de una danza que en el pueblo rioplatense era mal vista.

Veamos entonces, que ya había aparecido el cancán en 1830 en el barrio obrero de Montparnasse, y que el mismo nombre cancán significa escándalo, pues las mujeres levantaban las piernas y mostraban su ropa interior, medias negras y liguero, luego, las crónicas de la época dan cuenta de que también fue calificado de canallesco.

Mucho se ha hablado de que allí pasó lo mismo que en el Río de La Plata, la fuerza de los acontecimientos hizo que el cancán fuera acogido por personajes como Jacques Offenbach, quien lo llevó a la Opera de Orfeo en los infiernos -esa es la versión más escuchada-, el pintor Henri de Toulouse Lautrec lo plasmó en los famosos cuadros de bailarinas, también el puntillista Georges Seurat y Picasso, entonces en La Ciudad Luz era muy difícil que viendo el cancán se escandalizaran con el tango.

Después cuando París le dio la bendición, regresó triunfante al Río de la Plata con la aceptación de las clases altas y medias.

Por otra parte, miremos la coreografía del tango, según el musicólogo Carlos Vega.

 1-“El tango realiza el milagro de la pareja enlazada”. Este es el secreto de su éxito, ésta es la principal innovación que ofrece al mundo.

2- Los forjadores del tango introducen la suspensión del desplazamiento, porque antes en los valses y mazurcas se bailaba seguido sin parar, en el tango la pareja se aquieta de pronto: Suele pararse el hombre mientras la mujer caracolea o gira en torno y a la inversa, firme la mujer, puede moverse el hombre.

3- El tango salón se renueva, la coreografía se improvisa, nunca un tango salón se baila igual al anterior.

4-La figura del tango se elabora en el instante, por eso es que la pareja se mueve abrazada, cara con cara, costado a costado, el varón orienta a la mujer con su mano derecha, estaba el dilema o nos apretamos o nos pisamos.

5-El hombre no podía bailar retrocediendo porque tenía que guardar su espalda de los enemigos.

Ahora veamos, el sitio donde se va a bailar y cantar tango, se llama Milonga.

El baile tuvo una época de receso (1960-1983), por la llegada de otros ritmos, la música folclórica, el rock, la dictadura militar y la música de Piazzolla.

Es relevante el hecho de que el imaginario de identidad argentina se construyó sobre el baile del tango y la figura del gaucho.

Aparece en la leyenda uno de los mejores bailarines de tango, el Cachafaz (Ovidio José Bianquet) y su pareja Carmencita Calderón.

Le puede interesar: El conventillo

Quisiera dejar como nota personal, que de este misterio de la pareja enlazada, es el hombre quien marca los movimientos, las pausas, el ritmo, el comienzo y el fin de la interpretación. El tango siempre se baila en pareja y debido a sus orígenes machistas, hay comportamientos dominantes que aún subsisten en esta danza.

El evidenciar el rol de la mujer, es un asunto que ha preocupado a quienes como yo estudiamos la historia del tango y como aprendiz de este baile, pretendo dar cuenta de la función femenina en el mismo, porque guarda en su entraña un trato a la mujer muy peculiar, una ausencia- presencia, de un ser que está ahí para obedecer los enunciados masculinos. En la Argentina, esto ha generado en los últimos años, una reacción en las mujeres que asisten a las milongas, allí los roles sexuales no son fijos.

La nueva mirada al baile del tango, amerita otra columna.

Para finalizar, invito estos versos del poeta lunfardo Carlos de la Púa:

“Baile macho, debute y milonguero,

danza procaz, maleva y pretenciosa,

que llevás en el giro arrabalero,

la cadencia de origen candombero

como una cinta vieja y asquerosa.”