Aplicar a la historia del Siglo XV la caricaturesca jerga que ese “revolucionarismo” a ultranza aplica a los acontecimientos del presente, constituye entonces una verdadera estupidez
¿Qué es lo que busca López Obrador o AMLO como se lo reconoce al decir que España y la Iglesia Católica deben pedirle excusas a México por los atropellos sufridos por las distintas etnias a la llegada de Cortés? A la Conquista, AMLO la considera una “invasión”, con la connotación, supongo yo, que la izquierda le concede a este calificativo que tanto les ha servido para excusarse de no querer analizar en profundidad la Historia y no seguir cayendo en simplismos culturales: ¿Se imaginan a Cortés y sus soldados fungiendo de mariners invadiendo los pueblos mexicanos llenos de campesinos famélicos, de perros sarnosos? AMLO niega que haya existido un “choque de civilizaciones”, o que, tal como lo analizó brillantemente Todorov, la Conquista de México haya supuesto para el europeo el inesperado encuentro con el Otro y a partir de este interrogante el humanismo occidental haya tenido que replantearse. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo describe lúcida y crudamente lo que significó la arrogancia de quienes se negaron a mirarse en los ojos del Otro, los expolios de lo que supuso esta Conquista pero a la vez el noble propósito de enfrentar con la fe católica, culturas caníbales, desalmadas. Bartolomé de las Casas tomó la defensa de estas comunidades denunciando ante la Corte sus sufrimientos. Aplicar a la historia del Siglo XV la caricaturesca jerga que ese “revolucionarismo” a ultranza aplica a los acontecimientos del presente, constituye entonces una verdadera estupidez. Este regresismo a las supuestas raíces indígenas supone la negación de la Cultura Occidental con el objetivo de hacer desaparecer la idea kantiana de emancipación, la idea de libertad, el reconocimiento de la justicia universal. En una sociedad tan cruel como la azteca, más de treinta mil jóvenes eran sacrificados cada año a sus dioses feroces sacándoles el corazón. En un NarcoEstado, para AMLO debe ser que, el antiguo papel de los sacerdotes lo desempeñan hoy los despiadados sicarios de los cárteles.
Ese identatarismo, curiosamente un racismo al revés, ha hecho estragos en Colombia donde muchos jóvenes ingenuos siguen cayendo en el simplismo de disfrazarse de indios y de rechazar “la cultura extranjera” y a cambio de Aristóteles imponer las danzas indígenas por su “autenticidad”, lo cual condujo a un vacío cultural cuyos efectos empezamos hoy a detectar cuando el populismo comienza de nuevo a entronizar la estupidez y la ignorancia. Que, es lo que AMLO acaba de sacarse de la manga pues siempre detrás de la retórica populista se esconde un proyecto totalitario que busca nivelarnos por lo bajo con el fin de eludir las responsabilidades de la justicia universal retrotrayéndonos a un espacio de dioses y mingas inventadas: Evo Morales desnudo volviéndose Pacha Mama ha sido la demostración de la mutación que va del antiguo proyecto marxistoide, al parecer demasiado abstruso para estas mentalidades , a esta ideología de la “raza cósmica” para infantiloides patrioteros . En un texto de esplendorosa claridad como “El laberinto de la soledad” Octavio Paz indaga sobre lo que supone el choque entre dos mundos, y lo hace como un intento de aproximación existencial al ser mexicano, pregunta sin respuesta, dolor ahondado, lo atávico y la derrota de la razón en la tierra donde El Cónsul de Lowry en “Debajo del volcán”, encuentra a su angustia existencial una muerte brutal. Algo imposible de resolver, un muro impenetrable debió encontrar AMLO para decidirse a escoger una vía de escape tan absurda.