El manejo de las empresas de servicios públicos está sustancialmente orientado por las autoridades locales, de allí la importancia de que se acierte en la elección tanto de Gobernadores, como de alcaldes.
En materia de política regional no existe un tema mas integral que el de servicios públicos domiciliarios, pues se relaciona con temas ambientales y gestión de los recursos naturales, con los de desarrollo urbano y social, el derecho fundamental a tener una vida digna, las políticas de solidaridad y redistribución de ingresos, en fin, con un sin número de asuntos que hacen que sea muy limitado entender que se trate simplemente de un asunto de “buenos negocios”.
Aunque el manejo empresarial en ningún caso puede entenderse como la labor de una sola persona, y ni siquiera como la de un grupo reducido de las mismas, es necesario que se tenga en cuenta, que el manejo de las empresas de servicios públicos está sustancialmente orientado por las autoridades locales, de allí la importancia de que se acierte en la elección tanto de Gobernadores, como de alcaldes, pues sus decisiones son definitivas al fijar las orientaciones que deben seguir los prestadores, especialmente cuando ellos son entidades municipales.
No todos entendemos los temas de servicios públicos de la misma manera, pues su análisis puede hacerse desde diferentes puntos de vista, asunto que queda claro al tratar de precisar, cuál es la razón para que estos servicios estén sometidos a un régimen especial, ya que mientras para la denominada teoría del servicio público, los aspectos determinantes deben explorarse en el ámbito social, para la teoría económica, la esencialidad está asociada al tipo de negocio que ellos representan.
El punto de vista desde el cual se pretende entender el alcance de la especialidad de los servicios públicos, debe determinar la forma como se eligen los administradores de las empresas, los criterios que ellos van a privilegiar al momento de la toma de decisiones, y la manera como deben enfrentarse temas como los asociados a asuntos ambientales, laborales, las políticas de servicio universal y aún los relativos a la protección de los derechos de los usuarios.
En épocas electorales aparece la reflexión en torno a que tipo de políticas públicas son deseables para las entidades prestadoras de servicios públicos domiciliarios, pues para algunos lo ideal es tener prestadores con una orientación esencialmente empresarial, que garanticen el crecimiento permanente del “negocio”, mientras que otros creemos que el verdadero impacto de estas empresas se debe ver reflejado en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y en el desarrollo de la sociedad.
Con el desarrollo y la gestión empresarial en el manejo de las empresas, por momentos se olvida, que el suministro de servicios públicos domiciliarios de agua potable y saneamiento básico, así como los de energía y gas, no derivan su importancia del hecho de permitir jugosas ganancias a sus prestadores, sino que deben asociarse principalmente a la atención de necesidades esenciales que afectan a la totalidad de la población.
Las nuevas administraciones locales deben tomar decisiones sustanciales sobre el futuro de la gestión de los servicios públicos en la región, por ello es necesario conocer la opinión de los candidatos sobre: (i) el futuro del proyecto de Hidroituango y el de las inversiones de EPM, especialmente las realizadas en el exterior; (ii) las políticas de servicio universal y su relación con el derecho de acceso al mínimo vital de los servicios; (iii) la aplicación de esquemas diferenciales de prestación de los servicios; (iv) la aplicación de la doctrina constitucional en relación con el debido proceso en la suspensión del servicio y la protección de los derechos de los usuarios; (v) la adopción de acciones afirmativas en los eventos en que se involucra población vulnerable, … y otros temas asociados al futuro de la empresa, la prestación de los servicios, el desarrollo regional y los derechos de los usuarios.
Ojalá estos temas sean incorporados a los programas de los candidatos y sean objeto de los debates, pues de la posición que se tenga sobre los mismos, es que puede verse claramente, si existe o no diferencias ideológicas y programáticas, y cuáles son realmente los intereses de representan y defienden cada uno de ellos.