Una feminista grado A, dice que los hombres son más felices que las mujeres. Le responde otra feminista.
A-    Los hombres son felices porque conservan su apellido toda la vida
- Mejor otro para no ser identificadas fácil.
A- El garaje es todo suyo.
-    Es más nuestro, como manejamos mal necesitamos más espacio.

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A- El chocolate es algo que pueden comer sin remordimiento. 
-Nosotras también, bajo en azúcar para no sacar panza. El chocolate tiene propiedades, ayuda a conservar ánimo vigilante, los indígenas que lo descubrieron y cultivaban, vivían de él.
A- Nunca quedan embarazados. 
-Pero deben responder por el fruto del embarazo y por nosotras.
A- Los mecánicos les dicen la verdad. 
-Si seducimos al mecánico, éste nos dirá la verdad y algo más.
A- Nunca tienen que ir hasta la próxima estación porque los baños están sucios. 
-Es necesario mantener unos embuditos de cartón, facilita.
A- Las arrugas les añaden carácter. 
-Y a nosotras también, pero nos las tiramos con Botox.
A- Las canas les agregan atractivo.
-    Si no nos las dejamos para que nos respeten, Henna y ya!
A- La gente nunca les mira las tetas cuando les está hablando. 
- A nosotras tampoco a menos que queramos. Pueden ser recurso en alguna emergencia. Ellos suspiran por el pecho que su mamá les dio.
A- Los zapatos nuevos no les vuelven mierda los pies. 
- Claro, nos toca bajar el tacón. Saber que el tacón lo usaban por obligación las cortesanas de Venecia para ser diferenciadas de las que no lo eran. (Ref. Margaret Mitchell)
A- Las conversaciones telefónicas duran 30 segundos.
- Las nuestras más, ¡pero sirven de terapia!
A- Sus mensajes no tienen más de tres o cuatro palabras.
- ¡Para que no se la pillemos!
A- Para unas vacaciones necesitan sólo una maleta.
- ¡Pero tienen que cargar la nuestra!
A- Pueden abrir todos los frascos y botellas sin pedir ayuda. 
- Claro, para eso los diseñaron, ¡para que nos abrieran todo a nosotras!

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A- No se dan cuenta si alguien aparece en una fiesta con la misma ropa que ellos, y pueden llegar a ser amigos. 
-    ¿Tendrán dobles?
A-    Se pueden comer un banano en sitios públicos, sin que nadie les lance miradas lúbricas.
¡Pero ay de que reciban una manzana!
A- Pueden ver TV con un amigo en silencio sin pensar que él está enojado. 
- ¡Y si no le preguntan no lo sabrán!
A- Si alguien olvida invitarlo a algo, sigue siendo su amigo.
- Depende de a qué sea.
A- Su culo no es factor determinante en una entrevista de trabajo. 
- ¡Depende de dónde lo ponga!
A- Su ropa interior les cuesta 5.99 U.S. en pack de tres. 
-    Y así se ven. 
A- Tres pares de zapatos son más que suficientes para todo el año. 
- Para nosotras también, eso sí, si no metemos la pata
A- Son incapaces de verse arrugas en la ropa. 
- Mejor, no ven las nuestras.
A- El mismo peinado les dura años.
-    Tal vez, pero el pelo les dura menos.
A- No se les daña el esmalte uñas ni se les corre la pestañina 
-Usar guantes y anti faces.
A- Sólo tienen que afeitarse la cara. 
-Ahora dizque se afeitan todo, ¡y nosotras no tenemos tanto!
A- Pueden tener juguetes toda su vida. 
-    Nosotras los tenemos a ellos para jugar.
A-    Pueden llevar pantalones cortos independientemente de cómo luzcan sus piernas. 
-    Y a nosotras nos quedan lindos si debajo dejamos la media pantalón.
A- Pueden arreglarse las uñas con una navajita de bolsillo. 
- Se infectan, la navaja roza las monedas.
A- Pueden dejarse el bigote sin que parezca algo in-estético. 
- Eso sí, pero nos raspan.
A- Pueden comprar los regalos de Navidad para 25 parientes, el 24 de diciembre, en 25 minutos 
-    Y quedan como un cuero
A-    No tienen que preocuparse de qué se va a preparar para la comida. 
 -Ahora cocinan ellos. “Chef” palabra masculina.
A- No tienen que probar que son peritos al volante aunque tengan tres accidentes al año. 
- ¡Pero con los accidentosos una no vuelve a salir!
A- Pueden aumentar tres kilos y ni se dan cuenta. 
- En Psicología eso se llama envidia del embarazo.
A- Con panza o sin panza, siguen comiendo igual. 
-En la iglesia antigua se les obligaba a bajar barriga para que no tuvieran que hacer sexo como los animales.