Tras doce meses privada de la libertad, la religiosa colombiana confía en que el papa Francisco intercederá por su liberación. Entretanto, el gobierno colombiano continúa analizando las posibilidades de negociar una liberación.
Ya son doce meses los que completa secuestrada la monja colombiana Gloria Cecilia Narváez por una célula afín al grupo terrorista Al Qaeda, en Mali (norte de África).
La misionera, oriunda de pasto, se encontraba desde hace 25 años realizando labores comunitarias con población vulnerable en Mali. Sin embargo, el pasado 7 de febrero de 2017 fue raptada en la localidad de Koutiala, cerca de la frontera con Burkina Faso.
Recientemente, la Conferencia Episcopal de Colombia aseguró que confían en la mediación de El Vaticano para lograr la libertad de la religiosa de 56 años de edad ante la aparición de pruebas de supervivencia donde Narváez pidió en francés al papa Francisco que intercediera en su proceso de liberación.
"La Iglesia siente alegría porque sabemos que está viva y porque tenemos una prueba de que tiene de alguna manera la capacidad de mandar un mensaje y mostrarse como está en este momento y esto es positivo", dijo en un comunicado el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero.
Asimismo, la canciller colombiana, María Ángela Holguín, aseguró que el grupo yihadista del norte de Mali que tiene secuestrada a la religiosa colombiana pidió un rescate para su liberación y que el caso se encuentra en manos del Ministerio de Defensa para investigar de primera mano toda la información al respecto.
"Esa organización lo que pide son recursos para, supuestamente poderle dar la libertad", expresó Holguín, quien no confirmó el nombre del grupo secuestró a la religiosa.
Por el momento se trabaja con organizaciones religiosas y ONG que están en el área para lograr la liberación de la misionera, miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, una congregación de origen suizo nacida en 1893 en Colombia y con presencia en 17 países.