Una medalla de oro en Juegos Mundiales, títulos de la Copa Mundo, y oros en Centroamericanos y del Caribe, Suramericanos y Bolivarianos, además de ser elegida en cuatro ocasiones como la mejor arquera del mundo, resumen un palmarés sobresaliente de la pereirana Sara López.
Con base en títulos mundiales y grandes logros, que incluso la han encumbrado en la élite de los mejores deportistas de Colombia, la arquera Sara López ha edificado una carrera deportiva exitosa, que se ha forjado muy desde abajo, en la cual ha vivido tanto dificultades como enormes satisfacciones.
En su casa, en Pereira, reposan cientos de trofeos, medallas y reconocimientos. Pero el título “más mimado”, como ella misma lo reconoce, lo obtuvo hace un par de semanas, en el torneo indoor de Las Vegas, Estados Unidos: “Me encantó ganar en los Juegos Mundiales y las cuatro finales de la Copa Mundo, pero Las Vegas es algo increíble porque significa tirar perfecto durante tres días y es la primera vez en 53 años que se da una final con puntaje perfecto (900) entre las mujeres, lo logré ante la coreana So Chaewon, es algo histórico. Esta edición fue la más grande de la historia de esta competición, tuvimos 3700 arqueros y lograr puntajes perfectos es muy difícil, es algo que me marcó mucho”, destacó.
Sara ha practicado deporte desde su más tierna infancia. Probó con baloncesto, patinaje y voleibol, pero ninguna de esas disciplinas logró cautivarla por completo. Descubrió el tiro con arco y desde entonces nació una pasión que se acrecienta con el paso de los años.
“Comencé con un arco viejo, con flechas rotas, no había un espacio adecuado para lanzar, practicábamos en un potrerito”, recordó con cariño la deportista, de 23 años de edad.
Cada triunfo de Sara llega acompañado de lágrimas que salen del alma.
El crecimiento de Sara fue vertiginoso. Con todas las ganas y el empeño, se esmeró en aprender, corregir falencias, potenciar las virtudes y siempre con la mentalidad de convertirse en una deportista de alto rendimiento, pese a las múltiples adversidades que se presentaban.
“A mis papás les tocó meterse la mano al bolsillo una y otra vez para apoyarme, para comprarme los implementos que necesitaba y sobre todo, para costear los viajes. Fueron momentos difíciles, de mucho sacrificio y por eso hoy en día lloro de emoción con cada título, con cada logro que consigo porque me enorgullece todo lo que tuve que hacer con mi familia para lograr estos resultados”, dijo la deportista.
Sara López es hoy por hoy una de las mejores del mundo en compuesto, modalidad que no está incluida en el programa olímpico, ya que únicamente hay acción en recurvo. Sin embargo, y pese a que se le ha planteado una y otra vez sobre la posibilidad de cambiarse de modalidad y así poder vivir la máxima fiesta del deporte, la pereirana se declara una enamorada de su especialidad y descartó tajantemente cualquier posibilidad de cambiarse: “Son muy diferentes, llevo diez años en compuesto y cambiarme significaría retroceder diez años y volver a iniciar. Es un proceso de seis a ocho años para llegar a un nivel medianamente aceptable. No sería bueno para mí retroceder en este momento el proceso, pero estoy contenta con lo que hago y aunque no sea olímpico, estoy muy orgullosa siempre de mi modalidad de compuesto”, destacó.
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No obstante, el arco compuesto formará parte por primera vez en los Juegos Panamericanos, cuya venidera edición será en Lima, Perú, entre julio y agosto próximos, un paso importante en la intención de integrar próximamente el programa olímpico: “Tenemos la ilusión de estar en unos Juegos Olímpicos, no sabemos si eso se nos va a dar en 10 años, en 5, en 20 o en 50, pero ser parte de la historia y ser parte de los arqueros que van por primera vez a los Panamericanos en la modalidad compuesto es algo que me llena de orgullo, queremos que la gente se dé cuenta que Colombia tiene un gran potencial. Intentaremos hacer lo mejor, tenemos rivales muy fuertes, que siempre nos han ganado, disfrutar de esta nueva experiencia y hacerlo con la cabeza en alto”, dijo Sara con alegría.
Este año también presenta la particularidad que tendrá competencia de los Juegos Nacionales, a los cuales Sara espera acudir y entregarle medallas a su departamento, Risaralda, y donde además se medirá ante sus amigas y compañeras de la Selección Nacional: “Será una gran competencia, estarán presentes grandes competidoras como Alejandra (Usquiano), Nora (Valdez) y muchas arqueras juveniles que también se vienen acercando a los puntajes ideales. Pero somos muy buenas amigas, sabemos que en los Nacionales nos tenemos que enfrentar, es cierto que de la línea hacia allá somos rivales, de la línea hacia acá somos amigas y siempre que competimos por nuestros departamentos nos sentamos, charlamos, jugamos, nos reímos, cuando suena el silbato nos concentramos en lo nuestro, y eso es lo que nos hace un equipo tan fuerte. Hemos notado que los deportistas de muchos países tienen entre ellos mismos broncas, riñas, y nosotros, pase lo que pase, nos queremos mucho, nos apoyamos y somos una familia”, aseguró.
Sara López disfruta de cada momento en el tiro con arco.
Y razón no le falta a Sara cuando afirma que son una familia, toda vez que comparte mucho más con sus compañeros y entrenadores de la Selección de la Liga que con sus propios familiares: “Mi vida social es el tiro con arco. Siempre estamos entrenando, compitiendo, en concentraciones, en viajes… salimos juntos a comer, a ver una película, compartimos todo el tiempo, somos como hermanos”, dijo.
Tan escaso es el tiempo libre que le queda, que escasamente ha podido desarrollar su carrera de medicina en la Fundación Universitaria Autónoma de las Américas, de Pereira: “La medicina es algo que demanda muchísimo tiempo, siempre soñé ser médica y campeona del mundo, pero para conseguirlo debía darle cierta pausa a alguna de las dos. La carrera va lenta pero no me afano, voy con calma y la universidad ha sido muy amable conmigo, los profesores siempre me ayudan, por ahora estoy dedicada de lleno al tiro con arco y espero volver dentro de poco a estudiar. Siempre me gustó la oncología, sé que es difícil, en Colombia hay pocas posibilidades de hacerlo, pero el deporte me puede abrir muchas puertas, puedo buscar una beca en el exterior y volver a mi país y ser una muy buena oncóloga pediatra, y si no, algo relacionado con el deporte. Me gustaría mucho trabajar con lesiones deportivas y atender atletas sin bajar cargas ni cambiar técnicas, que es lo que hemos visto nosotros, que cambian la técnica y ese no es el objetivo”, especificó.