Sobre los avances del país en el tema de la no violencia contra las mujeres, se resalta la Ley 'Rosa Elvira Celis' de 2015 que tipificó el feminicidio como delito y la Ley 'Natalia Ponce' de 2016, según la cual los ataques con ácido constituyen un delito autónomo y no una lesión personal.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pidió este sábado a sus compatriotas que asuman como un propósito la no violencia contra las mujeres, al advertir que en el país cada tres días es asesinada una mujer y a diario se producen 55 casos de violencia sexual.
"No más violencia contra las mujeres debe ser algo que nosotros los colombianos debemos asumir como un propósito de todos y si logramos seguir avanzando en ese frente, pues seremos un mejor país, seremos una mejor sociedad y es parte importantísima de esta construcción de la paz", afirmó Santos.
Al encabezar en Cartagena la inauguración del Puesto de Mando Unificado para prevenir la violencia contra la mujer, el gobernante resaltó que las "mujeres han jugado, juegan y seguirán jugando un papel fundamental en la construcción de la paz", y señaló que han sido víctimas del conflicto armado en el país.
Pese a destacar que el país ha mejorado "en muchos aspectos" en los últimos años, por ejemplo, que las mujeres representan el 51% de la plantilla de empleados públicos y que el 38% está en cargos "de mayor nivel decisorio", admitió que falta "muchísimo por hacer".
"Tenemos aquí en Colombia una mujer asesinada cada tres días. Según los reportes, cada día se producen 55 casos de violencia sexual contra las mujeres, cada día. Eso es inaceptable", apuntó.
El jefe de Estado indicó que más de la mitad de las víctimas del conflicto armado que se han presentado ante las autoridades son mujeres.
"Las mujeres han sido las más víctimas de las víctimas" en el conflicto armado, añadió el mandatario, al aludir a las más de cinco décadas de confrontación que padeció el país y a la que se puso fin con la firma de un acuerdo de paz con las Farc, ahora convertidas en un partido político.
Además, Santos indicó que el Puesto de Mando Unificado "debe definir los mecanismos necesarios para que las mujeres se sientan más protegidas" y señaló que se busca "articular" los esfuerzos de las autoridades."Hay una ruta específica para que la gente sepa cómo llegar a las instancias que corresponden, para ser más eficaces. Tenemos un marco normativo relativamente adecuado, pero debemos es hacerlo cumplir y este Puesto de Mando Unificado lo que busca es eso: hacer cumplir la ley, hace cumplir lo que tenemos como Estado para defender a las mujeres contra la violencia", agregó.
Víctimas de violencia sexual en conflicto armado
Las voces de las víctimas de violencia sexual en el conflicto armado colombiano han sido silenciadas durante décadas, pero cuando se levantan suenan así: "Nosotras no somos una cifra más".
Esa es la rotunda afirmación que dio Abigaíl, un nombre ficticio para una mujer que sufrió reclutamiento forzado, violaciones, la desaparición de su marido y varios desplazamientos desde los quince años.
"Queremos que nos miren como mujeres que nos hemos sabido sobreponer", añadió antes de empezar a contar su historia, y explicó que habla para ayudar a que "todas las mujeres hablen, para que no se queden calladas".
Abigaíl fue secuestrada por la guerrilla en el campo colombiano, donde un comandante de escuadra abusó sexualmente de ella, y sólo consiguió escapar de allí a cambio de favores sexuales con otro guerrillero.
"En ese momento yo pensé que era normal, tenía quince años. Apenas empecé a contarlo en 2014, me daba vergüenza, me sentía culpable, uno se siente culpable y sucio. Incluso ahora a veces también", describió.
Historias como la de Abigaíl se repiten en los testimonios que recoge el informe "La guerra inscrita en el cuerpo", publicado en la víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer por el Centro Nacional de Memoria Histórica (Cnmh), y en el que ella participó explicando sus experiencias.
El estudio determina que más de 15.000 personas, el 91,6% de ellas mujeres, fueron víctimas de violencia sexual en el período comprendido entre 1958 y 2017, perpetrada por todos los actores del conflicto armado colombiano.