Pero don Pepe Vives trascendió sus obligaciones oficiales y como empresario generó riqueza y empleos, pues la crisis generada la salida de los americanos fue contrarrestada con sus acciones de apoyo a la Zona y la creación del Banco Bananero.
No siempre la edad de las ciudades se corresponde con su grado de desarrollo y crecimiento. Algunas relativamente nuevas como Nueva York, y entre nosotros Barranquilla, acusan un desarrollo vertiginoso que las pone muy delante de las urbes más antiguas. Las ciudades tienen en sucesos y personas, hitos que explican su detención en materia de adelantos o sus adelantos. La ciudad de Santa Marta, fundada el 29 de julio de 1525 por don Rodrigo Bastidas, es la más antigua en el subcontinente. Este hecho, el de ser la mayor, debería significar ciertas consideraciones de las autoridades tanto locales como nacionales, manteniéndola impecable en su aspecto y su manejo, dándole el tratamiento y la importancia que merece, considerándola primada, mimada y respetada.
El haber sido el amparo de Bolívar en las postrimerías de su vida, si bien le ha dado el otro título de santa, le trajo consecuencias políticas tan graves como los diecinueve ataques de piratas que no la dejaron progresar en la época de la colonia española. Pero el siglo veinte trae personajes que detonan el progreso con obras concretas de desarrollo, acordes con el talante de sus gentes y con decisión de futuro. El presidente Santos (Eduardo) hizo un nombramiento que le cambió la vida a la ciudad: designo como gobernador del Magdalena a don José Benito Vives Deandreis un 23 de septiembre de 1939 y en los siguientes tres años se vieron no solo las buenas intenciones del nuevo funcionario, sino la ejecución de obras públicas dignificantes. Se puede decir que la administración de don Pepe, como se le conocía, fue la nueva fundación de la ciudad.
El desarrollo la avenida Campo Serrano, bautizada así en honor de don José María Campo Serrano, único presidente samario quien fue reemplazo de Núñez, abrió un nuevo frente de renovación urbana y de modernismo. Allí se construyó el Teatro Santa Marta, cuya historia está irremediablemente unida a la vida cultural de los samarios y a su construcción social. El gran monumento de San Pedro Alejandrino, el Altar de la Patria, se construyó en este período administrativo, al igual que el Hotel Tayrona, actual sede de la gobernación del Departamento, el mercado público y el estadio de futbol Eduardo Santos. Pero don Pepe Vives trascendió sus obligaciones oficiales y como empresario generó riqueza y empleos, pues la crisis generada la salida de los americanos fue contrarrestada con sus acciones de apoyo a la Zona y la creación del Banco Bananero.
Vea también sobre la historia de Santa Marta:
Don Pepe es, a no dudarlo, uno de los pilares de la nueva Santa Marta. Debería su ejemplo inspirar a los dirigentes de ahora, muchos descendientes o parientes, para que la ciudad vaya encontrando su destino y sus habitantes la dignidad que debe signar la vida de cualquier ser humano. A punto de cumplir cuatrocientos noventa y dos años de fundada, parecería que Santa Marta reclama su destino. La actual gobernadora, sobrina nieta de don Pepe tiene el reto de no ser inferior al legado de empuje, inteligencia y compromiso de la región de sus parientes entre los que se encuentra el legendario Nacho Vives. Ojalá podamos comencemos a ver los regalos por el quinto siglo, que se recupere el teatro Santa Marta, que renazca el Hotel Tayrona, pero, sobre todo, que renazca el amor y el orgullo por la ciudad dos veces santa, que sea plataforma de nadie y que la puedan manejar los propios. ¡feliz cumpleaños ciudad madre!