La desfavorable calidad del aire y el clima cambiante que se ha presentado en el área metropolitana desde hace unas semanas han llevado a que además de las medidas para bajar la contaminación se estén presentando más casos de enfermedades en la población.
Por estos días en los que la calidad del aire ha sido desfavorable y en los que se han tenido que tomar medidas para ayudar a que el cielo de Medellín y el valle de Aburrá se vea un poco más despejado, a pesar del clima frío, uno de los temas que también ha dado de qué hablar ha sido el de las afectaciones en la salud, pues se ha visto un incremento de las personas con infecciones respiratorias y consultando las EPS.
EL MUNDO consultó con uno de los mejores neumólogos de la ciudad cuál es la implicación que tiene el aire contaminado con la salud, cuáles son sus consecuencias y cómo se pueden prevenir efectos más severos en algunas enfermedades que terminen perjudicando la salud.
Héctor José Ortega Jaramillo, neumólogo de la Clínica Cardiovascular de Medellín, explicó que en la ciudad “hay un problema serio de la contaminación, que lleva muchos años y que se ha ido agravando, pero hay fenómenos climáticos que empeoran el problema, por eso es que esta situación que estamos viviendo ahora se da en marzo y en octubre que es cuando se da la transición de verano a invierno”, que es cuando las nubes están más bajas y esto genera que los niveles de contaminación aumenten.
Según detalló el neumólogo Ortega, el aire contaminado por gases, vapores y partículas tiene como consecuencias en la salud respiratoria varias cosas: “Una de ellas es que el efecto irritativo que tienen todos esos componentes que contaminan el aire incrementan la frecuencia de síntomas respiratorios como tos y la producción de flema, por un fenómeno irritativo que es igual a como ocurre en los ojos, que provoca enrojecimiento, ardor, rasquiña, etc. Esas sustancias en la vía respiratoria provocan irritación y esta va a incrementar los síntomas respiratorios en muchas personas”.
Otra de las consecuencias es “que se pueden aumentar las frecuencias de las infecciones respiratorias, porque esas mismas partículas que contaminan el aire comprometen algunos mecanismos de defensa naturales del organismo, particularmente lo que tiene que ver con la movilidad de unas estructuras microscópicas que se llaman los hilios, que se mueven permanentemente para evitar que todo lo que trae el aire contaminándolo se queden en la vía aérea o en el pulmón y su movimiento permita que salgan. Esa contaminación puede disminuir el movimiento e incluso paralizarlo y eso provoca un incremento en el riesgo de ingreso de partículas nocivas al sistema respiratorio y de microbios, virus o bacterias que pueden causar infecciones”.
Además, la contaminación, resaltó el médico, “puede provocar enfermedades crónicas diversas como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc), que es fundamentalmente asociada al consumo de cigarrillo, pero un porcentaje, que aunque es marginal puede ser significativo, puede estar dado por la contaminación atmosférica. Esa es una enfermedad crónica que se caracteriza por una obstrucción al paso del aire por cambios en el pulmón, los bronquios y la vía aérea condicionando un aumento de la resistencia y un incremento de los síntomas”.
Héctor Ortega afirmó que también puede ocurrir la bronquitis crónica simple, “asociada a la exposición a contaminantes ambientales y en el caso del cáncer pulmonar, parece que también tiene relación, en algunos casos, aunque la causa más importante del cáncer de pulmón es el consumo de cigarrillo, pero la Organización Mundial de la Salud estima que pueden haber alrededor de 220 mil muertes al año directamente relacionadas con la contaminación ambiental”.
La máscara N95 es la más apropiada para protegerse de la contaminación. Foto: Geraldine González
Otra consecuencia importante son las enfermedades respiratorias crónicas, tal vez las dos más importantes son la Epoc y el asma, que se calcula que la sufren 300 millones de personas aproximadamente en el mundo: “Pacientes que tengan estas enfermedades pueden empeorar su comportamiento y provocar exacerbaciones (aumento transitorio de la gravedad de un síntoma o de una enfermedad) como consecuencia de la contaminación ambiental. En esta época, por ejemplo, es muy probable que muchos pacientes con asma tengan más síntomas y un más mal control de la enfermedad como consecuencia de la contaminación ambiental”.
El neumólogo Ortega Jaramillo manifestó que aunque el control de la contaminación del aire depende en buena medida de políticas públicas y de factores que tienen que ver con la educación y modificación de hábitos de vida, se le recomienda a las personas “tratar de tomar medidas que disminuyan la exposición a ese aire contaminado, como este está en el exterior entonces una recomendación sería ir en lo posible con menor frecuencia a zonas abiertas y particularmente a aquellas donde se concentra la contaminación, que en Medellín están bien definidas con el monitoreo que se está haciendo, y son por ejemplo el Centro de la ciudad, las zonas industriales, entre otras”.
Se recomienda también “evitar hacer ejercicio en zonas exteriores y particularmente en zonas muy contaminadas, porque cuando se hace ejercicio se aumenta la cantidad de aire que se respira, esa es una respuesta fisiológica normal del organismo. Si se respira más se hace más profundo y si se respira más rápido más contaminantes van a entrar al organismo, por eso se recomienda no hacer ejercicio en lugares abiertos, con aire contaminado o en zonas muy contaminadas”.
Igualmente se invita a “utilizar protectores, que serían básicamente mascarillas. Hay que tener en cuenta que las convencionales, las de tela, las quirúrgicas, no logran el objetivo fundamental que es evitar que las partículas más pequeñas ingresen a los bronquios y al pulmón. En las estaciones de monitoreo le hacen mucho énfasis al control de material particulado menor de 10 y de 2.5, que son los más importantes, porque son los que son capaces de llegar realmente al pulmón o atravesarlo y empezar a circular por la sangre. La protección más efectiva es evitar que estas partículas entren y los tapabocas convencionales no son capaces de filtrar estas partículas, pero hay unas máscaras llamadas N95, que filtran el 95% de estas partículas, de tal manera que estas dan mayor protección”.
A su vez, a las personas que tengan síntomas respiratorios persistentes se les recomienda “consultar, porque no solamente es el efecto de la contaminación sino que pueden haber otras enfermedades que hay que identificar oportunamente. La tos puede ser por efecto de la contaminación, pero también puede ser por una infección normal o crónica como la tuberculosis, hay muchos síntomas que hay que evaluar e identificar oportunamente para tratar y tratar bien”, destacó el neumólogo, quien agregó y dejó claro que “la tos se incrementa en muchas personas sólo por la exposición al aire contaminado y es natural, porque es un aire que tiene elementos irritantes que provocan síntomas, pero no quiere decir que todos los casos sean por el tema contaminación”.
Rita Helena Almanza Payares, líder de Epidemiología de la Secretaría de Salud de Medellín, explicó cómo están afrontando el tema desde esta dependencia y si han tenido reporte de aumento de afecciones respiratorias en la población.
La funcionaria aseguró que “durante esta temporada del año, por unas condiciones atmosféricas, se favorece el estacionamiento de partículas contaminantes que son respirables y son tan pequeñas que pueden llegar tanto a las vías respiratorias como al sistema circulatorio. Lo que hacemos desde la Secretaría de Salud es monitorear ese grupo de enfermedades que se pueden afectar a causa de estas micropartículas, como las enfermedades respiratorias agudas; sin embargo, no hemos observado un incremento ni en número de consultas ni en el número de hospitalizaciones por estas causas”.
Este grupo de eventos, como lo son las enfermedades respiratorias, del corazón, el cáncer de pulmón, “comparten un grupo de factores de riesgo que posibilitan que estas se presenten. Por ejemplo, si se fuma se aumenta mucho el riesgo de tener en los vasos sanguíneos, también cáncer de pulmón o enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, si se ingiere mucha grasa es también se va a pegar de los vasos sanguíneos, igualmente si no hacemos ejercicio o si no consumimos frutas”.
La invitación que hace la Secretaría, no sólo para este periodo sino para todo el año, es “mejorar el estilo de vida, disminuir los factores de riesgo a los que en esta temporada se les puede sumar los periodos de contaminación”.
Sobre la automedicación y los síntomas que por estos días las personas sienten como el ardor en los ojos o en la garganta, etc, y que adjudican a la contaminación, la líder de epidemiología aseguró que “el medio ambiente no es estéril, en este siempre hay partículas de gran tamaño como lo son las de 10 micras, el ozono o el monóxido de carbono, estas partículas tan grandes el organismo tiene un mecanismo biológico para filtrarlas, como los bellos de la nariz o el moco que se produce, pero como son tan grandes pueden originar en las vías respiratorias picazón, estornudos, tos o irritación en los ojos, esto lo producen las moléculas grandes. La partícula contaminante que genera la alerta que hace la ciudad para esta temporada son mucho más pequeñas, miden 2.5 micras o menos, una de esas partículas puede caber hasta 70 veces en una hebra de cabello y por ser tan pequeñas pasan esas barreras, el organismo no es capaz de filtrarlas y se van hasta la vía respiratoria inferior, pueden llegar también hasta los bronquios que son la parte más distal de todo el árbol respiratorio y las más pequeñas pueden alojarse incluso en la pared de los vasos sanguíneos, entonces las molestias que las personas sientan en este momento en los ojos o en la nariz pueden estar siendo ocasionadas por otro tipo de contaminantes”.
Por su parte, Ricardo Castrillón, gerente de salud pública de la Seccional de Salud de Antioquia, estuvo también en diálogo con EL MUNDO y coincidió con el neumólogo y la líder de epidemiología en afirmar que “se pueden asociar, casi que directamente, a la contaminación ambiental seis grandes eventos, como lo son la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), el asma, la insuficiencia respiratoria aguda (IRA), las enfermedades cerebro cardiovasculares, la enfermedad isquémica de corazón (infarto) y el cáncer de pulmón”, pero este afirmó que “muchas veces la contaminación ambiental no es la causa de todas las enfermedades. Estas seis se presentan de forma aguda, son enfermedades que se van instalando en el cuerpo a través de los años. Para que a alguien le dé Epoc tiene que haber estado expuesto al agente contaminante durante muchos años, ni siquiera dos o tres años, a no ser de que la exposición sea diaria y demasiada”.
En las estadísticas que lleva la Seccional de Salud, en el que analizaron los casos de consultas, hospitalización y urgencias entre 2013 y 2017, se aprecia un aumento por IRA y Epoc, mientras que el asma, la isquemia y las cerebro cardiovasculares se han mantenido estables.
Cifras compartidas por la Seccional de Salud de Antioquia a EL MUNDO.
En esta medición hay que tener en cuenta que las cifras de mortalidad sólo se cuentan una vez, mientras que las de morbilidad, que son eventos de enfermedad, no se cuenta por personas sino por casos o por servicios prestados, es decir, que la misma persona puede ser contada varias veces en diferentes situaciones, porque una misma persona puede consultar varias veces por el mismo síntoma o por situaciones diferentes.
Sin tener en cuenta que para que estas enfermedades se produzcan necesitan de mucho tiempo, excepto el asma, se ha apreciado, dijo el gerente, que en cuanto a cifras “no hay aumentos significativos en los municipios del valle de Aburrá por temas de contaminación; al contrario, antes tienden a una pequeña disminución y hay una estabilidad en las cifras del cáncer de pulmón”.
En cuanto a la mortalidad, Ricardo Castrillón aseguró que “no se puede concluir que la contaminación ambiental del valle de Aburrá esté afectando a las personas y les produzca la muerte. Hoy no se puede concluir esto, pero es algo que no se sabe si esté igual en unos años”.
En lo que a enfermedades agudas se refiere, como las IRA (Infecciones Respiratorias Agudas), “no todo el que consulta al médico por una gripe es asociado con la contaminación, porque está también la influenza o al que normalmente se le llama virus, que es estacionaria y que da generalmente entre septiembre y octubre, por eso las personas que dicen que se van a vacunar contra la gripe, deben hacerlo antes de abril, porque después el virus ya está en el ambiente y no serviría la vacuna, igual que el dengue, que es el otro grupo de enfermedades que da la picadura del mosquito, que tienen unos comportamientos muy similares a una gripa”.
El gerente resaltó que “aún no se ha aprendido a diferenciar esas cosas y cuando la gente va al médico y le dice que tiene fiebre, dolor de cabeza, malestar general y tos, esos síntomas son muy comunes para todos estos virus, entonces si la gente consulta mucho por gripa no quiere decir que todas sean por la contaminación del ambiente, puede ser algo viral o por la picadura de un mosco”.
En cuanto a la morbilidad, que son las enfermedades, dijo, “se ha venido presentando un aumento, pero llaman la atención tres municipios: Barbosa, que es muy pequeño y por la dirección de los vientos no tendría por qué estar entre estos, aunque parece que hay una afectación en la calidad del dato y al parecer, un error en digitación eleva la tasa en esta localidad. Los otros dos son Copacabana y Medellín, pero en este último lo que pasa es que se atiende un 70% de la población de Antioquia, llega gente de todas partes y no se puede decir que todas las infecciones que se presentaron en Medellín son producidas por la calidad del aire, no se puede decir que hay una relación directa totalmente”.
Lo que sí es cierto, agregó el funcionario, “es que en los organismos con predisposición, es decir personas que ya tengan asma, que sean alérgicos, personas con problemas respiratorios y/o cardiacos, la contaminación les causa una predisposición mayor a que desarrollen enfermedades posteriores. Hay estudios de la Organización Mundial de la Salud que lo confirman, así como también resalta que son más vulnerables los niños y los adultos mayores”.