Roger Waters deja Pink Floyd a mediados de los ochenta considerando que la banda ya no tenía más que ofrecer musicalmente, pero el resto de músicos no coinciden con esto y ganan el litigio para conservar el nombre. Waters incursiona en solitario lanzando 5 trabajos hasta hoy, siendo el último Is This the Life We Really Want? (¿Esta es la vida que deseamos?) de 2017, después de 25 años de su anterior Amused to Death.

En recientes entrevistas Waters se asombra que no haya producido más trabajos, ya que hay cantidad de canciones que ha creado en este tiempo y que sólo algunas quedaron en el último trabajo, que por cierto tiene un clima de escalofriante contenido político. Pero ante esta falta de producciones, Waters se ha propuesto dejar en este siglo una marca imborrable en la mente del público que ha observado sus giras mundiales de alta complejidad.

Vea también: Roger Waters en retrospectiva

Haciendo un recorrido de dichas presentaciones, se recuerda la gira In the Flesh? que se gestó a finales de los noventa después de varios años de inactividad. Luego vendría The Dark Side of the Moon Live que inició en el 2006 y que pudimos observar en Bogotá en marzo de 2007, que al recordarlo todavía estremece, por la ejecución del repertorio de más de 2 horas y por el sonido cuadrafónico de 360° que cubría todo el parque Simón Bolívar. Fue una noche en que el prisma brilló y el cerdo se soltó perdiéndose en la oscura noche capitalina.

Le siguió un proyecto más ambicioso con la gira de The Wall, que inició en el 2010 con motivo de los 30 años del álbum del mismo nombre. El Roger Waters de antes era un hombre con temores acerca del racismo, la religión y la guerra, arrogante y apartado en lo social, muy distinto al personaje que encontraríamos en esta gira donde su madurez lo tenía más cándido, optimista pero con ojo crítico y enfocado en tributar a los inocentes que han muerto en guerra, por terrorismo o por masacres. La última presentación de The Wall la había realizado en Berlín en 1990 después de la caída del muro y era la oportunidad de ofrecer esta obra en vivo aprovechando la tecnología actual que no se tenía, por ejemplo, en los 29 shows que hizo Pink Floyd del The Wall en 1980.

Se pensó que después de esto era lo más grande que se podría ofrecer de un espectáculo de rock, pero Waters, hoy con 75 años, nos sorprende con otra gran escalada de conciertos que inició en 2017 bajo el nombre de Us + Them tour. Se centra en canciones clásicas de Pink Floyd de los álbumes The Dark Side of the Moon, Wish you Were Here y The Wall, algo de su carrera en solitario y de su último trabajo, y particularmente presentando 2 de las 3 canciones que conforman el álbum de culto Animals de 1977, con las imponentes canciones Dogs y Pigs (con las que ya se paga media boleta).Waters ha expresado en los medios mundiales que el concepto es promulgar la empatía hacia los semejantes y que no es bueno crear muros que nos dividan, un Waters diferente al de los años setentas, cierto?

Lo invitamos a leer: 35 años de The Wall, la película

Esta propuesta tiene la finalidad de promocionar el nuevo disco Is This the Life We Really Want? con un contexto que expone negativamente algunas políticas del presidente Trump y que se ve en imágenes que se proyectan en el imponente escenario. Los conciertos de Waters te sumergen en una experiencia sensorial donde sólo sirven estadios y espacios gigantes para poder hacer el montaje, con una alta calidad de producción visual y un sonido cuadrafónico que te deja sin aliento y te lleva a un viaje musical en el que quedas atrapado. No será la excepción con este espectáculo que tendremos en Bogotá donde se espera que ya el cerdo sea manipulado por algún dron, donde haya pantallas flotantes y donde el prisma se pose sobre el público.