Esa visión de la red de ferrocarriles que una los cuatro puntos cardinales del país debe ser rescatada por múltiples razones
En el diario santandereano Vanguardia, el pasado domingo 12 de julio el columnista Sergio Rangel, publicó su escrito titulado El sueño de un país de trenes, (https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/sergio-rangel/el-sueno-de-un-pais-de-trenes-GY2616697) relatando allí una historia de Guillermo Gaviria Correa, cuando ejerció el cargo de director del Invias.
Relata Rangel que, en 1999, a Guillermo Gaviria Correa, le dio por darse un paseíto a pie entre Bucaramanga y Puerto Wilches, para conocer el tramo del ferrocarril que unía estas dos ciudades del oriente colombiano. La travesía de 116 kilómetros duró cuatro días. Se dice en el relato, que el sacrificado gobernador Gaviria Correa soñó con cubrir el país de trenes.
Esa visión de la red de ferrocarriles que una los cuatro puntos cardinales del país debe ser rescatada por múltiples razones, desde la optimización de los recursos logísticos para la internacionalización de la economía colombiana, dejar la dependencia del monopolio del transporte terrestre de carga y dinamizar centros turísticos intermedios del país.
Aunque el país queda seriamente aporreado por la crisis del covid 19, tanto en las finanzas públicas como en la estructura empresarial privada, es necesario aplicar un Plan Marshall a la colombiana, combinado con la teoría del gasto público planteada por Wagner (1883) quien sostenía que el crecimiento económico presiona el gasto público orientado hacia el bienestar social, por un lado y posteriormente por Keynes, por el otro quién a su vez sostenía que el gasto público apalanca el crecimiento económico.
En un estudio realizado por Elvis Aparco y Alex Flores, titulado La hipótesis keynesiana del gasto público frente a la Ley de Wagner: un análisis de cointegración y causalidad para Perú en 2018 concluyen que hay una coincidencia entre las tesis de ambos “el gasto público y el crecimiento de una economía están altamente correlacionados […]” y qué mejor que hacer inversión en infraestructura pública para generar empleo en zonas altamente afectadas por las condiciones de vulnerabilidad y así, también disminuir el riesgo de catástrofes como la ocurrida en días pasados en Tasajera, Magdalena, que el momento de escribir estas notas las víctimas fatales iban en 36; pero también es recuperar una gasto y convertirlo en inversión productiva, como son los diferentes subsidios dados por el Estado a las poblaciones más vulnerables, generando la espiral virtuosa de la economía dado mayor ingreso de las familias vía salarios, por ende incremento del gasto y consumo en el sector privado, los cuales a su vez generarían mayor empleo y pago de tributos al fisco, y así sucesivamente.
Imagínese usted amable lector conectar el occidente (Chocó), con el oriente (Norte de Santander) por vía férrea, o más abajo una vía que una a Nariño con el Vichada., sería el nuevo desarrollo del país no teniendo solo como eje vertical el río Magdalena sino en su artículo.