La operatividad del recaudo del IVA a la canasta familiar va a ser bastante compleja
La semana anterior escribí sobre la importancia de una flexibilización en impuestos, costos de constitución de nuevas empresas con períodos de gracia, tomando como base la ley Páez y el Plan Vallejo.
El gobierno del presidente Duque ha presentado al Congreso de la República la reforma tributaria, modificando la última reforma presentada por el gobierno santista. Desde este espacio he criticado la tasa impositiva al considerarla como recesiva para la dinámica económica, con una mirada no econométrica, sino desde la simple aritmética, al expresar qué al encarecerse los productos el consumo baja, la disminuir este hay menos recaudo, en vez de bajar impuestos y hacer el recaudo vía volumen de ventas.
La propuesta de la Ley de Financiamiento tiene un foco importante en la disminución de la tasa del impuesto de renta para los empresarios, para incentivar el empleo y la inversión, lo qué está bien, pero, esa disminución se la traslada a la canasta familiar, con el supuesto de devolución del IVA a los estratos bajos, mientras qué la clase media es la directamente afectada con la medida, con la salvedad qué el IVA gradualmente bajará dos puntos en los próximos años, qué seguirá siendo alta.
Con base en lo anterior, la operatividad del recaudo del IVA a la canasta familiar va a ser bastante compleja. Miremos un ejemplo.
Un campesino qué en su parcela se dedica a cultivar verduras y hortalizas sale los fines de semana a los mercados campesinos que hay en las diferentes ciudades del país, como una estrategia de eliminar la intermediación, llega con sus productos para vender de contado, ellos no llevan contabilidad formal, sino la tradicional de tienda en la hoja de papel, entonces con base en la filosofía de la nueva reforma tributaria este campesino tendrá qué:
Son sólo 4 aspectos de la reforma tributaria que afectaría a los pequeños campesinos, qué en última instancia, dado lo complejo del tema, tendría dos posibles consecuencias: una incentivar la informalidad y la evasión, u otra desestimular la pequeña producción campesina.
Si técnicamente la Dian y el Estado colombiano no ha sido capaces de controlar la evasión y la elusión, mucho menos se tendrá capacidad para de hacer control en la producción y venta de los productos provenientes de las parcelas del campesinado colombiano. Como dirían mis amigos abogados, viene una reforma tributaria con cláusulas leoninas.